Capítulo 24

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Semanas después...

Luego de conocer las noticias de la enfermedad de su mamá, ___ actuaba de manera rara. Había dejando de comer y dormía pocas horas por la noche y solía caminar por la casa de forma desesperada. Su esposo cada día se preocupaba más, sabiendo que posiblemente estaba afectando al bebé. Jin intentaba diariamente de preguntarle que le ocurría y ella solo contestaba que se sentía inquieta y como si algo malo estuviera por ocurrir. Una noche, Jin y ___ estaban durmiendo placenteramente en su cama acurrucados; Jin abrazaba protectivamente el vientre donde crecía su pequeño hijo y, hasta ahora, ___ dormía profundamente, cuando de repente comenzó a sonar el teléfono. ___ se levanto rápidamente y corrió a contestar.

•••

Narra ___

Corrí hacia la cocina y contesté el teléfono rápidamente, podía oír a Jin intentando de detenerme pero le hice caso omiso.

-¿Bueno?

-Buenos días, ¿hablo con la Sra. Kim ___?

-Si, con ella habla...

-Ehhh... Le habla el secretario de los Condes Wesley...No son buenas noticias.- Sentí que mi cuerpo se tornaba frio y comencé a temblar. Jin me sujetaba por la cintura e intentaba de quitarme el teléfono.

-Amor, por favor dame el teléfono...yo me encargaré de la llamada.- Sacudí la cabeza y sentí las lagrimas correr por mis mejillas.

-¿Sigue ahí Sra. Kim?

-Si...por favor dígame que pasó.

-Es su mamá...falleció en la noche placenteramente dormida, junto a su esposo. El testamento sera leído en varias semana.- Solté un llanto de agonía y Jin por fin me pudo quitar el teléfono y comenzó a discutir con el secretario.

-¡¿Como se le ocurre llamar conociendo la condición de mi esposa?! ¡Esto es absurdo!- Sentí una correa de dolor en mi abdomen y como un liquido cálido corría por mis piernas y empapaba mi camisón.

-¡Jin, el bebe!

-¡Maldición!- Jin colgó el teléfono y tomo mi rostro en sus manos.

-Respira amor...déjame colocarme una camisa y buscare tu maleta, iremos al hospital de inmediato.

•••

Narra Jin

15 horas después

Decir que estaba tranquilo, simplemente era una mentira. Sentía mucho miedo, no sabia que estaba pasando con mi esposa. Los médicos me exhortaron que me quedara afuera porque iba a ser un parto difícil ya que el bebé nacería fuera de termino. Habían pasado casi 15 horas y todavía no sabia nada, estaba sentado justo al lado de la sala de parto cuando de repente escuche el tan anhelado y dulce llanto de un bebé. Mis ojos se llenaron de lagrimas y sonreí como tonto. Minutos después, una enfermera joven vestida de amarillo salio de la sala y se acercó a mi con una pequeña envoltura de sabanas azul cielo en sus brazos. La pequeña envoltura gemía y se movía desesperadamente.

-¿Es usted el Sr. Kim Seok Jin?- Asentí. La enfermera sonrió y coloco la envoltura en mis brazos, donde estaba acurrucado mi pequeño hijo.

-Felicidades, le presento al pequeño Seok Young. Su esposa esta muy cansada y tuvo un poco de problema por estar en duelo pero esta más tranquila. Puede esperarla en la habitación si quiere.

-Muchas gracias.- Comencé a caminar hasta la habitación y tomé asiento cerca de la ventana y mire los ojos de mi pequeño hijo. Su cabello era oscuro y su piel estaba rosadita, tenia mi nariz y los labios de su mamá. Momentos después, una enfermera ayudo a acostar a ___ en la cama. Estaba despierta pero se notaba muy cansada, me acerque a ella y le di el bebé.

-¿Como te sientes cariño?- ___ saco uno de sus senos y comenzó a amantar al bebé, quien tomaba leche de forma desesperada, ella sonrió y corrió sus dedos por sus mejillas delicadamente.

-Ya veo a quien salio tan comelon el niño y me siento tranquila. Mi madre me hace falta y me hará falta siempre pero...ahora tengo que enfocarme en nuestro bebé y en ti. No puedo hacer lo que mi madre hizo conmigo, quiero ser la mejor madre del mundo.- Sonreí y tome su mano y la besé.

-Ya eres la mejor madre y esposa del mundo. Gracias por darme la bendición de tenerte conmigo y por darme un hermoso hijo. Te juro que haré todo lo posible porque seas feliz y porque a nuestro hijo nunca le falte nada.- ___ sonrió y apretó mi mano.

-Te amo Jin.

-Y yo te amo más, gordita mía.- La bese dulcemente y nuestro hijo gimió con un poco de molestia. Sonreí y observaba a mi hijo y a mi hermosa esposa, las dos personas en este planeta por las cuales daría mi vida por verlos feliz, siempre, hasta el día que diera mi último suspiro.


~F I N~

La Gordita de Jin ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora