Capítulo 22

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___ se colocó el hermoso vestido de gala rojo que Jin le había traído. Le encajo como un guante, se veía perfecto. Ella tomo el joyero y jadeo al abrirlo. Dentro de el, había un juego de rubíes y diamantes, que incluía unos aretes, el collar, un brazalete, una sortija y tres peinetas. Las peinetas eran un pequeño manojo de hojas de hiedra en oro blanco con diamantes y pequeñas cerezas en oro amarillo con rubíes. El resto de las joyas coincidía elegantemente con las peinetas. Jin esperaba ansiosamente a ___, esperaba que todos los periodistas estuvieran presentes. Habia decidido mover la apertura de su restaurante al salón enorme del hotel donde se hospedaba.

...

Narra ___

Me recogí el cabello de la mejor forma que pude con lo poco que tenia disponible y lo asegure con algunas horquillas que encontré en el baño y dos de las peinetas que habían en el joyero. Asegure que se viera bien toda la joyería y que no había ni un cabello fuera de su lugar antes de colocarme mis tacones y salir a donde Jin.

-Jin, ¿a donde te haz ido?

-Estoy en la barra, preparándome un trago.- Fui hasta donde el y sonreí levemente.

-Ven aquí. -Me acerque a el y me envolvió en sus brazos- Te vez hermosa, vida mía.- Me sonrojé y evite mirarlo. Jin acaricio mi mejilla y luego me besó.

-¿Nos vamos?- Asentí con la cabeza.

Jin me tomo la mano, entrelazó nuestros dedos y salimos de la habitación. Tomamos el elevador hasta el lobby del hotel y luego nos dirigimos al salón. Estaban tocando música suave y se escuchaban voces como si hubiera más gente.

-Pensé que seriamos solo nosotros.

-No, amor. La inauguración del restaurante fue traída para acá. Al parecer ocurrió algo en el restaurante. - Entramos al salon y los fotógrafos comenzaron a tomarnos fotos. Llegamos hasta una mesa y Jin me ayudo a sentarme pero el permaneció de pie, aclarando su garganta antes de hablar.

-Quiero agradecer a cada uno de ustedes presente por ser parte de este momento tan especial en vida. Desde muy pequeño, siempre soñé en tener un restaurante y gracias a mis padres pude abrir uno en Seúl. Ahora, casi 14 años después he podido expandir mi negocio por gran parte del mundo. Ahora si verdaderamente puedo compartir mis logros con la mujer que más amo y mi pasión por la comida con toda la gente afortunada de comer en uno de mis restaurantes.- Los fotógrafos se volvieron locos tomando fotos al Jin mencionar a su "esposa". Jin me ayudo a pararme de la silla y sonrió.

-Les presento a mi amada esposa, la sra. Kim ___. Es la hija mayor de la Condesa Wesley, nos conocemos desde muy pequeños, llevamos 8 años casados y no gracias a su madre, estuvimos estos últimos años separados. Pero las cosas cambiaran ahora, por fin estoy con ella y tengo toda las intenciones de llevármela de regreso a casa. Hagamos un brindis, por mi querida esposa y por nuestros sueños. Salud.- Jin toco su copa junto con la mía y tomamos asiento.

...

Luego de cenar, Jin me saco a bailar. Me acercó a su cuerpo y colocó sus manos en mi espalda baja mientras yo abrace su cuello. Fui cegada momentariamente por el flash de las cámaras.

-¿Que estas planeando, Seok Jin?

-No se de que hablas, cariño.-

-Traes algo escondido. Te conozco de toda la vida y se que te traes algo entre manos ¿Que vas a hacer?

Jin soltó una carcajada y me tomo por la mano y me dio una vuelta lentamente. Cuando termine de girar, Jin estaba en una rodilla y sacaba una pequeña cajita negra del bolsillo de su chaqueta. Dentro de ella había una hermosa sortija de diamantes rosados y blancos.

-¿Quieres casarte conmigo...de nuevo que diga, ___?- Jadeé y cubrí mi boca con una mano. Mis ojos se llenaron de lagrimas y solo pude asentir con la cabeza. Jin sonrió brillantemente y tomó mi mano. Removió la sortija de su madre y la reemplazo con la que estaba en la cajita.

-Te amo, mi gordita.- Trague fuertemente y me reí entre lágrimas.

-Y yo te amo a ti, Kim Seok Jin.



La Gordita de Jin ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora