casi

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Ha pasado una semana desde aquel suceso, y ni siquiera se ha dignado a saludarme por los pasillos, ¿es en serio? ¿Qué esta mal con él? Tanta curiosidad que tenía el chico de saber mi nombre y ahora ni siquiera me sonreía al verme, flipante.
Era sábado y yo estaba más que dispuesta a salir por la noche al centro y divertirme. Decidí quedar con mi mejor amigo y su grupo, quienes prometieron que lo pasaría bien en los sitios a donde ellos van.
-Vamos a un bar donde se reúne la gente antifa de tu instituto.-Dijo mi mejor amigo, Mario.
-Venga ya, sabes que allí estará el chico que me evita.
-¿Y? A lo mejor allí se atreve a saludarte, ya sabes, estará en su salsa con su grupo.. -Dijo guiñándome el ojo.
-No lo creo, pero vale.
-Nos vemos luego en el parque debajo de tu casa.
-Venga, ¡nos vemos!
Después de eso fui corriendo a ducharme, habíamos quedado a las 9. Decidí ponerme una camisa enorme que fácilmente podía pasar por un vestido, unas medias de rejilla, junto a mi más preciado tesoro, las crepper militares, y para rematar un choker negro.
Me miré al espejo, me eché un poco de rímel y los labios oscuros. Observé mi melena rizada, no estaba tan mal hoy. Bajé al parque y ahí estaba Mario.
-Vamos, no están esperando estos.
-¿Cómo se llama el sitio?
-Anarquía.
Finalmente nos reunimos con sus amigos y decidimos entrar.
-¿Te pido algo?-Me preguntó uno de ellos.
-Umm, claro, ponme un quinto.
-¡Marchando!-Le sonreí.
De repente noté como una mirada me atravesaba la nuca, pensando que era Mario, me giré, y ahí estaba él. Con su estilo, su chaqueta bomber militar, sus vaqueros negros ajustados y sus botas Dr. Martens. Nos quedamos mirando hasta que el levantó la mano, se lamió los labios y vocalizó un hola. Yo literalmente me había quedado con la boca abierta, sin embargo, no me dio tiempo a responder, pues justo vino el chico con mi cerveza.
-Aquí tienes señorita.-Dijo sonriéndome.
-Gracias Edu.
Pasaron las horas y la gente iba cada vez más borracha, yo en cambio todavía seguía reproduciendo en mi mente a el chico misterioso.
Me apoyé en la barra mientras miraba los distintos cuadros de importantes bandas de música, me quedé mirando el de Gun's and Roses.
-¿Te gustan?
Me sobresalté, era él. Lo miré, sonreí y contesté:
-Me encantan.
-¿Tu canción favorita?
-November rain, nací en noviembre y por alguna razón le guardó un cariño especial.
Se quedó mirándome, estudiándome con la mirada.
-¿Qué pasa?-Me puse nerviosa, yo era muy patosa y si tenía algo en la cara, ¿que se yó, la espuma de la cerveza en mis labios o algo?
-Nada, sólo quería pedirte perdón, esta semana ni siquiera te saludaba en el instituto.
-Ni me había dado cuenta. -Mentí.
-Bueno, lo siento de verdad, no podía mirarte. -Dijo mientras se acercaba un poco más.
-¿Por qué?
-Porque sabía que iba a terminar haciendo esto.
Y juro que me iba a besar, él estuvo a punto de besarme, pero gracias chica borracha por tirarme tu cubata.

Skinhead attitude; s.uDonde viven las historias. Descúbrelo ahora