-Celos-

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En ése instante empezaron a golpearnos los libros que caían desde arriba del estante interrumpiendo el momento, me sentí aliviada, muy apenas lo conocía.

Me quedé ahí sentada mientras me observaba desde arriba.

-¿Estas bien?-. Preguntó preocupado.

-Si, estoy bien. ¿Y tu?-. Seguía nerviosa por la situación.

-Claro que sí-. Me sonrío amablemente de nuevo.

-¿Po..r cierto?-. Tenía que realizar una pregunta.

-Sí ¿Qué sucede?, dilo por favor-. Era demasiado tranquilo.

-¿Me podrías decir tu nombre?, Ammh,  es que no nos presentamos-.Era algo esencial al conocer a alguien, no quería ser la chica que pregunta irespetuosamente después de hablarse mucho tiempo.

-¡Es cierto, lo olvidaba!. Mhh, mi nombre es James Mayer, ¿Y el tuyo?-Finalizó, era un lindo nombre, debía admitirlo.

-Él mío es, Ashley Henderson, un gusto saber tu nombre-. Suspire, ya había pasado el momento de tensión.

El timbre que anunciaba el final del descanso comenzó a sonar. Debíamos ir a clase y como pensé  no nos tocaba juntos.

-Emmh, Fue un gusto, espero verte pronto-. Se retiró hasta llegar a la puerta y se quedó ahí parado. Sé regreso a donde me encontraba.

-Soy un torpe, ¿Me podrías pasar el libro?. Reaccioné al instante levantandome de ahí.

-¡Oh, cierto!-. Se lo entregué, se despidio de beso en la mejilla, no podía moverme. Ahora si tenia que irse, y por lo visto yo igual.

Seguí caminando intentando guardar la calma, llegué al aula, Mía estaba en otra. Quería contarle pero no sabia donde estaba. Pasaron las horas, y ya tenía que salir,  lo hice e intente buscarla.

Salí a los pasillos, buscando entre la multitud, pero solo encontré ver a Clarise y Kain. Mejor fui a mi casillero, estaba muy cerca de ahí. Mi estómago se sintió como si fuera a caer, no quería que me vieran mal.

Saque unos libros tratando de disimular, estaba a punto de comenzar a llorar, y lo logré, realmente no quería hacerlo.

Una sombra detrás de mí se asomaba, me tomo de la muñeca, cerró el casillero y me llevó a mi habitación.

-¿Qué sucedió?- Estaba, preocupada por mi.

-Los ví juntos de nuevo, no quería estar así, pero no me pude controlar-.Sentía que las frías lágrimas saladas caían sobre mis mejillas. En ése instante mi mente comenzó a recordar.

*Inicio de Flashback*

"Se despidió de beso en la mejilla"

*Fin de Flashback*

Lo recordé, aquel sentimiento de calidez que sentí rozar con sus suaves labios mis mejillas. Tomé mi mejilla, sentía que ardía mi cara.

-¿Por qué te sonrojaste?- Preguntó Mía.

-Conocí un chico el día de hoy, justamente cuando escuchaba música en la biblioteca- Su cara de emoción fue inexplicable.

-¡¿Qué enserio?!- Su voz fue casi gritando.

-Sí, es verdad-. Me sentí mucho mejor.

-¿Y, es lindo?- Me alzó las cejas.

-Emmh,  sí, lo es-. Me sentía nerviosa.

-¡Mira te sonrojaste de nuevo!- Sus palabras causaban que mejor cubriera mi cara con mis manos.

Ella las quitó -Tenemos que encontrarlo-.

-¿Cómo... ?-. Quería saber, era claro que deseaba verlo de nuevo.

Salimos de mi habitación, me llevo casi a rastras.

-¿En dónde lo viste por última vez?. Estaba muy ansiosa por saberlo.

-En, la biblioteca- Respondí.

- ¡Perfecto!- Nos dirijimos a la biblioteca, empezó a hablar con la señorita encargada por unos, aproximadamente diez minutos.

Salió muy animada, suspiró- No fue nada fácil, pero la convencí de que me diera la dirección de su habitación-.

Me sorprendió el hecho que se logrará averiguar, la encargada parecía arrogante la primera vez que entre ahí.

-Entonces ¿Qué haremos?- Podía sentir los nervios.

-El plan es así, toco la puerta de su habitación, tu pasas con este libro desorientada y cuando salga le dices que viste a un chico tocar su puerta que salió huyendo- Ví el libro, después a Mía, tenía que hacerlo para continuar adelante. Por primera vez desde que entré,  sentía unos estupendos ánimos de continuar.

-Está bien, vamos-. Acepté.
-¡Perfecto!-. Gritó

Recorrimos los pasillos de las  habitaciones  caminando y riendo como unas chicas ebrias.

Llegamos al pasillo, me fui muy atrás para que pareciera coincidencia cuando abriera la puerta. Mía fue corriendo a tocar, al irse huyendo  me guiñó el ojo.

Me quede inmóvil cuando escuché el crujir de la puerta, no estaba segura si era James el que dormía ahí, aunque lo deseaba.

La puerta finalmente se abrió, una linda y pequeña mano fue lo  primero que conseguí observar, era una chica extrañada mirando a los lados, mejor me escondí detrás de una columna que ahí se encontraba. Esta no era la habitación.

Sentí unos inmensos escalofríos recorrer por completo todo mi cuerpo, la piel se  me ruborizó del susto al escuchar desde lejos -¿Quién era?- proviniendo de la voz de James.

Sentí como mi corazón se rompía en mil pedazos de nuevo. Caí sentada arrastrandome de la pared. Las lágrimas comenzaban a caer, todo chico con el que lograba  ilusionarme terminaría por dañarme un poco más, ¿No les era suficiente?, ¿Cuál es el propósito de hacerlo? ¿Acaso no ven que me lastiman?, estoy cansada de esto. Me levanté de ahí, antes de que alguien me encontrará.
Sentía el odio por todo mi ser.

La puerta se abrió de nuevo, escuché a lo lejos una conversación. Decidí continuar caminando  antes de que me  vieran hacia la pared de la vuelta.

-Agradezco hayas venido, fue un placer verte de nuevo- Decía James a la chica amablemente.
Estaba claro que habían pasado la noche juntos.

-Sí,  vendré con más frecuencia, para verte-. Dijo la chica desconocida.
Tenían el maldito descaro de decir que se verían más seguido.

-Sí, y no olvides venir de nuevo si surge otro problema-
-Chsst-, Chasqueé los dientes irónicamente, seguí mi camino no debería seguir escuchando.

- ¡Por cierto, me saludas a la tía Rousse!- Gritó James animadamente
-¡Lo haré!- contestó la chica.

Me quede paralizada por un instante, todo este tiempo estuve creando ideas que no eran  ciertas, me sentí tan estúpida... Ellos sólo eran primos, y ya me había creado el escenario de ellos juntos.

"En efecto...los celos me cegaron totalmente "...







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