Capitulo 6

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Salir de aquí. Esa era mi idea. Comenzar de nuevo, en otro lugar. Lejos de casa y lejos de todas las personas que me conocían. Sabia por experiencia, que los chismes volaban. Como el dia en que papá fue a parar en la cárcel. Al dia siguiente, ya todos estaban enterados de la noticia. Por tal motivo, falte una semana al instituto. Era imposible ir, sin que todos murmuraran a mi alrededor. Sin embargo, aunque eso no era lo mas importante, formaba parte de uno de los motivos para irme de aquí. Quería sentirme libre. Independiente. Todo lo que cualquier adolescente desea. Poder vivir a mi antojo, sin que nadie me dijera que hacer.

En estos momentos me encontraba en mi cuarto. Había decidido comenzar a hacer la tarea para el dia siguiente, pero no lograba concentrarme. Mil ideas se me pasaban por la mente. Después de todo, irse de ese modo, no seria tan fácil como parecía. Tenia que encontrar un buen lugar para vivir. Pero para eso necesitaba dinero. Podía usar mis ahorros aunque dudo que eso, pudiera ayudarme a sobrevivir por un tiempo. Eso quería decir que debía conseguir un empleo. A pesar de que solo tenia 16. Las personas no solían dar trabajos a menores de edad. Pero supongo que podría ingeniármelas. Creo que estaba claro que ir a un colegio no entraba en mis planes. Al menos no, por ahora. Tal vez cuando ya me encontrara mejor lo haría...¡Estaba echa un lió!

Unos golpes en la puerta de la habitación, me sacaron de mis pensamientos.

-¿Puedo pasar?-preguntó Ramiro.

- Claro, entra...-respondí.

Después de dudar unos segundos, entro a la habitación. Ramiro era la persona mas segura de si misma que alguna vez haya conocido. Pero ahora, por alguna razón no parecía serlo. Nuestra relación había cambiado, ya no nos hacíamos bromas ni nos peleábamos como antes. Por lo tanto, toda esa confianza que teníamos se iba desvaneciendo poco a poco. Esto era evidente por la forma en que había entrado, como si por primera vez no supiera como actuar. Por ello, dijo lo primero que se le vino a la cabeza. 

-¿Que haces?- inquirió. Se notaba su esfuerzo porque pareciera una platica normal.

- Emmm...-dude-...nada, solo haciendo las tareas.

-¿Te ayudo?- se ofreció.

Okay, esto ni en mis mas locos sueños hubiera ocurrido. Usualmente cuando Ramiro me ayudaba, era con la intención de obtener algo a cambio. Nada era gratis con el. Sin embargo, nunca le había pedido ayuda con la tarea, pues sabia que él era la persona menos indicada para ese trabajo. Digamos que Alan me servia de mas ayuda...

- Y a cambio, ¿quieres...?- dije.

- Voy a hacer un acto de caridad solo por hoy- añadió, sonriendo de lado.

- No hace falta...-respondí sonriendo. Me alegraba saber que después de todo, él aun podía sacarme alguna sonrisa- Ya casi termino.

- No se que diablos hacer...estoy aburrido- dijo recostándose en la cama. Debido a mi bajo estado de animo y a que mamá y Alan aun estaban trabajando, Ramiro era el encargado de mi "seguridad". Si, claro, como si fuera a hacer algo estúpido. Bueno, esta bien, lo admito, cualquiera pensaría lo mismo, pero eso no iba a ocurrir. Era lo suficientemente cobarde como para hacer algo así. Mi temor a la muerte, como toda persona, me hacia desistir de esa opción.

- Pues, sal a algún lado entonces...-sugerí.

- Se supone que debo cuidarte- contesto frunciendo el ceño.

- No hace falta... ya nada malo puede pasarme, ¿No crees?- dije de forma sarcástica.

Al parecer mis palabras hicieron que Ramiro bajara la cabeza, como si se sintiera culpable de alguna forma. Pero bien sabiamos que eso no era verdad.

Un Nuevo ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora