Capitulo 4

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Sin duda alguna, este seria un día que recordaría por siempre.

Evan me dejo en la puerta de mi casa. Había hecho con mi cuerpo lo que se le dio la gana, sin importar cuantas veces yo le dije que parase. Pensé que seria como en las películas, que luego de abusar de la victima, la matarían para que jamas contara lo que sucedió. Pero no fue así. Para desgracia mía. Aun estaba vivía. Preferiría mil veces que me hubiera matado a tener que dar la cara al mundo después de esto.

- Adiós linda- dijo Evan, parecía satisfecho con lo que había ocurrido- Lo pase muy bien.

No tenia fuerzas para bajar del auto. Solo podía quedarme allí.

- Vamos,bájate ya...- me apuró- Tengo un examen el lunes y no he estudiado aun...- concluyó abriendo mi puerta el mismo para que me bajara.

Reuní todas mis fuerzas para bajar de ese auto. Ese auto que había sido testigo del dolor y la humillación mas ruin que un hombre podía cometer. Luego de esto, me dirigí a casa, sintiendo a mis espaldas como el coche de Evan arrancaba para seguir su camino.

Subí los tres escalones que había en el frente de mi casa. Mis manos seguían temblando y aun no recuperaba del todo la buena visión. Cuando quise introducir la llave para abrir la puerta, me sorprendió que las luces de la entrada se encendieran. ¿Como no lo había imaginado?. De seguro ya pasaban de las 3, y Alan me estaba esperando.

- Mas vale que tengas una buena excusa para llegar a esta hora- dijo mi hermano, abriendo por completo la puerta.

Y si, como pensé, se quedo inmóvil ante mi imagen. Debía tener un aspecto horrible. Mi ropa estaba desarreglada, y aunque no me había visto, mis ojos de seguro estaban rojos de tanto llorar, y como consecuencia el maquillaje se había corrido. Pero eso no era lo mas importante ahora. Tenia que buscar una buena excusa para pasar de él. Lo único que quería en estos momentos era ir a mi habitación para dormir y que cuando me despertase, esto haya sido solamente una pesadilla.

- Kat...pero...que diablos te paso?- pregunto Alan, sacándome de mis pensamientos. Su primer impulso fue acercarse a mi, pero no podía soportar estar cerca de el. Por lo tanto, me aleje dos pasos lejos de su alcance, movimiento que no paso desapercibido ante el- Que te pasa? Te encuentras bien?

¿Que podía contestar a eso? No podía mentir, es obvio que no me encontraba bien. Nada en este maldito mundo estaba bien. Sin embargo, ahí estaba mi hermano, esperando una respuesta de mi parte.

- Yo...- dije escapando un sollozo que traiciono mis intenciones de inventar una buena coartada. No podía decir la verdad, si la decía, me iban a juzgar, iban a sentir lastima de mi y lo que menos quería en este momento era gente a mi alrededor consolando a la pobre e indefensa chica de la cual abusaron. Mas lagrimas bajaron por mis mejillas, me pregunto como es que aun siguen habiendo mas, después de tanto tiempo de haber estado llorando. En eso estaba pensando momentos antes de caer en un estado de inconsciencia, aunque lo ultimo que recuerdo es haber sido atrapada por los brazos de Alan. Mientras escuchaba como el llamaba a mi mamá en busca de ayuda.

- Corre, vamos... Tu puedes hacerlo...- grito papá.

- No... Estoy cansada, ya no puedo mas...- suspire con el poco aire que quedaba en mis pulmones.

- Vamos niña, tu naciste para ganar- contesto orgulloso. 

Seguí corriendo a todo lo que daban mis piernas. Tenia que salir de aquel lugar oscuro en el que solo escuchaba la voz de mi padre. Intentaba correr con todas mis fuerzas, pero por alguna razón mis piernas estaban cansadas. Fue como si intentara moverme pero seguía en el mismo lugar. Aunque si podía percibir la presencia de alguien a mis espaldas. Quería girarme a ver quien era, pero el miedo me paralizaba.

Un Nuevo ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora