Había llegado el fin de semana y tenía un largo puente por delante, así que decidí vaguear y stalkear a mi vecino de enfrente con los binoculares de mi abuelo.
De repente, sonó el teléfono y lo cogí sin quitar los ojos de los binoculares. Era Alex.
- Ey, Maddy.
- Hola, Alex. ¿Qué cuentas?
- Pues esta tarde íbamos a quedar David, Clara y yo por si te querías apuntar.
- Hmm... - pensé mientras comía las papas fritas de la bolsa.- ...ok, no tengo nada que hacer hoy.
Dejé de stalkear y me preparé para quedar con Alex, David y Clara en el parque del centro. Cuando estaba cerca, les vi con alguien más.
- ¡Maddy! - me llamó Alex mientras me acercaba.
- Hola, chicos y hola...- me fijé en la otra persona, era Lauren, otra chica de nuestra clase.
- Lauren, encantada.
- Ah, soy Maddy. Igualmente.
- Nos encontramos a Lauren y decidimos que se viniera con nosotros.- dijo Clara.
- Ah, bien.
Esa tarde fuimos a comer unas pizzas, nos quedamos hasta tarde. Fue un día divertido.
- Chicos, creo que debería marcharme ya o mi madre se preocupará.
- Sí, yo igual.
- Y yo.
Cada uno estaba de acuerdo. Lauren y yo íbamos por el mismo camino para ir a nuestras casas, así que fuimos juntas.
- Ha sido una tarde genial.
- Sep.
- Haber cuando volvemos a quedar.
Iba a contestar cuando en ese instante, vi pasar al chico de primero en una bici. Por su velocidad, parecía que tenía prisa.
- Eh, ¿ese chico no está en primero?- preguntó Lauren.
Me sorprendí pero me quise hacer como la que no sabía nada.
- ¿Hmm? No sé, no me di cuenta.
- Sí, creo que es ese. Va a la misma clase que una amiga mía.
Aquello llamó más mi atención pero decidí no decir nada.
Después de haberme despedido de Lauren, fui directa a mi habitación y me tiré de golpe en mi cama. Hasta que mi madre entró, sin tocar, obviamente.
- ¡Maddyyy! Te compré algo.
- Ahora no, mamá. Estoy cansada y sólo quiero dormir.
- Bueno, te lo dejo por aquí pero es un diario.
Enseguida la miré.
- ¿Un diario? Mamá, eso ya no se usa.
- Cuando tenía tu edad recuerdo haber tenido muchos diarios, ¡era muy traviesa!
Mi madre había durado media hora antes de dejarme sola contándome sus ya conocidos recuerdos y entonces, en mi cabeza sólo podía pensar en el chico de primero.
¿A dónde iba con tanta prisa y a estas horas de la noche?