12 de septiembre

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No pude dormir todo el fin de semana, solo pensaba en él, en mi hermoso Mickey, en sus hermosos y brillantes ojos que hacían que me perdiera en ellos, que combinaban a la perfección con su hermoso cabello castaño y que hacian me olvidara del resto del mundo, me hacían caminar en las nubes, y me transportaban a otra dimensión, donde no existía nadie más que el y yo.

Nunca había esperado con ansias un lunes, y hasta yo me sorprendía, la única razón de mi inquietud era llegar a la escuela, para poder verlo. Desayuné e hice la misma rutina de todos los días, llegué a la escuela, pero no logré verlo, ya que estábamos en salones diferentes, mi única oportunidad para verlo era en el recreo, en la mañana y en la salida, pero desgraciadamente, yo siempre llegaba temprano y él tarde, lo que me daba solo 3 horas más hasta poder verlo.

Llego la hora del recreo, donde mi pasatiempo favorito era contemplarlo en secreto, sólo me sentaba en una mesa, y miraba hacia la cancha de basketball, donde él todos los días jugaba con sus amigos, a mí nunca me había gustado el deporte, me gustaba verlo por televisión de vez en cuando, pero nunca había sido muy fan del deporte, los balones me odiaban, cada vez que había uno cerca iba directo a mi cara, era prácticamente un imán de balones, por decirlo así.

Ese paso a ser mi pasatiempo, ver a mi querido Mickey jugar basketball, mientras lo contemplaba y mis ojos recorrían todo su ser, trataba de lograr ver su alma a través de sus ojos, dicen que si miras a una persona directo a los ojos podrás ver su alma reflejada en ellos, pero todavía no podía asegurarlo, sus ojos eran hermosos para mí, pero no lograba ver más allá, supongo que poco a poco lo iré conociendo.

Pero ese era el problema, era demasiado tímida, no era capaz de por lo menos acercarme y decirle un simple "hola", las palabras no lograban salir de mi boca, simplemente no me atrevía, y como voy a conocerlo si nunca me hacerco y le hablo.

Eso siempre lo tenía presente en mi cabeza, pero no tenía el valor de hablarle, supongo que luego tomaré el valor, aunque lo veo muy lejano.

Invisible GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora