7 de octubre

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Hoy es un día normal como cualquier otro, un común viernes. Como todos los días fui a la escuela, claro para estudiar, es el propósito con el que vas a la escuela aunque claro yo no le tomaba mucha importancia, era buena estudiante, sacaba buenas notas, aunque la única razón por la que me levantaba todas las mañanas era para ver a mi adorado Mickey.

Llegué a la escuela, siempre acostumbraba llegar temprano, y hoy me sorprendió, Michael llegó más temprano de lo común, él siempre acostumbraba llegar tarde, aún no llegaba casi nadie, él se encontraba sentado a unas cuantas mesas justo enfrente de mí, yo como todos los días lo admiraba, tratando de que no pareciera una tonta perdida en esos ojos esmeralda, brillantes que me dejaban ciega... de amor.

Simplemente no podía evitarlo, con sólo ver esos ojos caía totalmente enamorada, era prácticamente imposible no caer y perderme en esos hermosos ojos o al menos eso sentía yo.

Como todos los días,  pasaron las horas y me senté donde todos los días para admirarlo y contemplarlo tal obra maestra, frente mis ojos él era mi luz, mi todo, en cambio yo frente sus ojos no era nada, una total extraña que ni conocía su nombre.

Era una de las primera veces que de verdad me ilusionaba con alguien tanto tiempo, y como yo siempre había sido muy tímida nunca hacía algo, sólo me quedaba callada, pero esta vez por lo menos tenía un pequeño rayo de esperanza.

A la hora de la salida, como todos los días camine por la calle, el mismo camino que tomaba todos los días para tomar el autobús de regreso a casa mientras escuchaba música y caminaba por la calle, por alguna extraña razón a veces miraba al piso mientras caminaba y hoy era uno de esos días.

De pronto se terminó el camino, tenia que dar la vuelta en la calle, levanté la cara, y de pronto a lo lejos logré visualizar dos figuras abrazandoce muy cariñosamene mientras se besaban y reían, miré con más detenimiento y logré verte a ti... Michael, con una chica alta, rubia, con un cuerpo delgado, el cuerpo que cualquier chica desearía.

No sabía que decir, algo dentro de mí se había roto, este dolor que estaba sintiendo nunca lo había sentido, tenía muchas ganas de llorar, pero simplemente no lo hice, cuanto te había soñado, cuanto había soñado con tenerte cerca, cuanto te había contemplado, cuanto había soñado por lo menos un abrazo tuyo, que me sostuvieras con tus brazos y que nunca me soltaras  y ahora simplemente estaba rota.

Cuando te vi en la calle no pude evitarlo, quise irme, maldecirte, mi único rayo de esperanza se había ido, sentía que una aguja me pinchaba el pecho y dejaba un hueco en él.

Invisible GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora