Primera Función

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¿Por qué aún estoy aquí?

- ¡Bienvenidos sean una vez más al circo del terror! -

¿Porque sigo con vida?

-Pasen, pasen, pasen adelante y vean...-

Miedo.

-Al "sombrerero loco"-

Tengo miedo.

Una cortina se abrió, produciendo un sonido estruendoso de metal corriendo.

¿Porque sigo aquí?

Las cálidas luces de los reflectores tocaron su piel una vez más.

¿Por qué el circo es divertido?

Aquel chico se paró con dificultad, caminó y se apoyó en aquellos tubos que lo separaban de la sociedad.

Bienvenidos a la mayor farsa que vivirán, gracias a este tipo, no logro diferenciar entre fantasía y realidad, cada uno de nosotros éramos niños normales, nos secuestraron, experimentaron con nosotros, para divertir a personas como ustedes.

-Sean cautelosos y no hagan tanto ruido, pues aún con su cabello rubio y brillante, y su rostro tan juvenil y lleno de vida; esconde en su mente las peores pesadillas. Condenado de por vida a ver y escuchar cosas que nosotros jamás podríamos, condenado a vivir en su propia realidad-

Púdranse todos.

Siempre era lo mismo, la luz de los reflectores chocando con su rostro, mientras que ese horrible ser hablaba y hablaba con las asquerosas personas que venían a divertirse con su sufrimiento; es que no sabían... Nadie lo sabía... Si lo supieran...

Muéranse todos.

Pero aún sumergido en sus pensamientos de odio puro contra esos bastardos hubo alguien que entre ellos se encontraba que captó su especial atención, creía estar completamente seguro de que jamás había estado tan concentrado mirando la plasta de gente ignorante que venía para verlos.


Era una chica...


¡Era una chica!

Corre, antes de que sea tarde...

Esa chica... Esa chica era diferente, se notaba a leguas que lo era. No reía como los demás, no se divertía como todos los demás ignorantes de corazón frío; como si supiera, como si sintiera el dolor y sufrimiento que sentían.
Los ojos son las ventanas del alma dicen por ahí, pues aquel que lo haya dicho era alguien muy sabio; su mirada no solo reflejaba dolor, reflejaba compasión de un alma noble. Con solo ver sus ojos brillosos y su expresión de inconformidad y lástima se notaba que ella realmente era un alma noble capaz de cualquier cosa con brindar paz y felicidad.

¿Por qué me miras así?

-Vengan, síganme, aún hay más bestias que ver-

¿Por qué no puedo dejar de mirarte?

Sin embargo, esa chica no siguió al grupo, se quedó allí, mirando a aquel chico enjaulado.

Se acercó lentamente, y con sumo cuidado introdujo su mano entre aquellos barrotes, acariciando la mejilla del rubio.

- ¿Qué haces? - se atrevió a preguntar el chico.

La chica le sonrió y empezó a caminar hacia el grupo.

No sabía quién era ella, ni su nombre ni qué hacía ahí si no iba a "divertirse" como los demás, pero aquella mirada lo había dejado completamente intrigado por aquella chica.

¿Qué acaba de pasar?

Sabía que era especial.

Aquella mirada, ¿por qué me tiene así?

Todas esas dudas comenzaron a generar mares de nuevos sentimientos en nuestro perturbado sombrerero, sentimientos que no podía -ni sabía- controlar.

¿Su nombre? Fue arrebatado junto a su sonrisa.

Pero alguna vez fue conocido como Kenneth McCormick, nuestro "sombrerero loco".

Dark Wood Circus (South Park AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora