16. ¿Pero porque?

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Me levanté por la claridad que entraba por la ventana, me había olvidado de bajar la persiana y por lo visto a Catlyne también, mire su cama, allí estaba durmiendo cómodamente, me hice con las zapatillas y bajé a desayunar, era una hermosa mañana de sábado, tan solo eran las diez y me quedaba un genial día por delante, mi madre desayunaba plácidamente en la cocina.

-Buenos días mama, ¿hoy el papa trabaja?- pregunté encendiendo la máquina de café.

-Buenos días princesa, y si ha ido a la oficina le ha venido una defensa urgente de última hor, yo hoy también abro consulta-dijo mi madre.

Ella era dentista y mi padre abogado, se conocieron gracias a sus trabajos, no entendéis como?, encantada os lo explico.

Mi padre llevó el caso de una paliza en la que dos hombres tenían varios hematomas y tenía que defender al denunciante de dicha paliza y mi madre tuvo que llevar pruebas al caso ya que era y es la dentista de confianza de dicho hombre al que mi padre defendía, fueron tres días de juicio en los que triunfo el amor.

Tras charlar con mi madre mientras nos tomabamos los cafés, decidí ir a estudiar, era mi última oportunidad para aprobar la maldita asignatura que me había quedado coleando, matemáticas, las malditas y odiosas matemáticas.

Subí a la habitación y lo más sigilosa posible me puse a hacer los ejercicios que peor se me daban y si efectivamente se me daban, fatal, fatal, fatal, me cabree conmigo misma lanzando el boli contra la pared, Catlyne se movió.

-Mierda.... -dije observándola.

-Buenos días frustada- soltó sin más Catlyne, después abrió los ojos y se me quedó mirando.

-Genial ya estoy suficientemente frustrada como tu has dicho para tus tonterías, así que dejame empaz-dije recogiendo el bolígrafo que había ido a parar al otro extremo de la habitación.

-¿Esto te estresa? Pero si esta chupado-dijo Catlyne que se había levantado y observababa mi libro.

-A si? Pues si tan chupado esta resuelvelos venga-dije dándole una hoja y el bolígrafo.

Ella lo cogió y con un trazo fino pero seguro empezó copiando los enunciados de las operaciones para continuar con esa misma seguridad, poniendo todas las cifras hasta dar con el resultado, no había pasado ni un minuto cuando ya había resuelto seis y de las mas complejas.

-Yo también puedo inventarme los números y parecer que se me da de puta madre, sabes?- le solté, era imposible que las estuviera haciendo tan rápido y bien.

Dejo el bolígrafo dando un golpe en la mesa, agarro la calculadora y me la colocó encendida delante.

Yo titubeante la coji, y empecé a mirar los resultados, uno correcto, casualidad, dos correctos, seguía siendo casualidsd, tres correctos me empezaba a mosquear, cuatro, cinco seis....todos correctos, deje la calculadora observandola.

-Y bien?-dijo ella con media sonrisa  cruzándose de brazos.

-Eres algún tipo de genio de las matemáticas o algo por el estilo?-pregunte con una mezcla de indignación y asombro.

-Algo por el estilo-tras decir eso se metió en el baño.

Necesitaba aprobar esa maldita asignatura y aunque no me hacia nada pero absolutamente nada de gracia....

-¿Me hecharias una mano?- dije con la voz algo alta para que me escuchara.

Ella salió y apoyándose en el marco de la puerta con su famoso cruce de brazos me observababa.

-¿Me hechas una mano?-volví a preguntar.

-¿Donde quieres que te heche mano?- me dijo con su maldita sonrisa embacaudora y picarona.

-Que graciosa, con las matemáticas por favor-creo que le puse incluso ojitos.

Ella se acercó a mi sentándose en el brazo de la silla.

-Que no entiendes?-me preguntó.

-Todo-me reí.

Ella también río y con unas palabras muy coloquiales y básicas  empezó a explicarmelo todo.

No pasó ni una hora cuando ya lo entendía absolutamente todo, hice los ejercidos y me salieron a la perfección.

-Bieeen, ya entiendo- dije feliz.

-ojala entendieras..... -dijo ella.

-Si ya lo....-pille a lo que se refería-Catlyne, le di un golpe en el brazo que hizo que cayera al suelo ya que estaba mal posicionada.

-Catlyne.....-la observé y sin poderlo evitar empecé a reírme como nunca.

Ella también empezó a reírse y cuando menos me lo esperé se incorporó y tiró de mi brazo haciendome caer encima suyo.

-Catlyne- estaba a escasos centímetros de sus labios, y algo muy dentro de mi, deseaba besarla.

-Hazlo-dijo ella apretandome mas hacia ella.

-¿Hacer el que?- dije seguramente con  color en mis mofletes.

-Quieres besarme lo estas deseando, si no fueras tan terca yo podría hacerte feliz, más que el chico al que llamas novio-me dijo ella con una voz muy dulce, un tono de voz que jamas había escuchado de su boca.

-Catlyne porfavor- me libre de ella, incorporándome.

-Lo siento, Ivi-se levantó y salió de la habitación.

Me quedé atónita era la primera vez que me decía lo siento, agarré el móvil y llame a mi novio.

-Hola Ivi-me dijo el, ¿Ivi? ¿Desde cuando me llamaba Ivi? Si desde el primer momento me llamó princesa o cariño o cualquier cosa menos Ivi.

-Hola, ¿puedes quedar?-le dije

-Si, en veinte minutos paso a buscarte-me dijo.

-Vale-dije y después colgué, baje abajo Catlyne estaba viendo la televisión.

-Catlyne, ¿estas bien?-le pregunté sentándome a su lado.

-Si, ¿porque no iba a estarlo?- me dijo ella mirándome.

-No queiro que estés mal por mis rechazos, no quiero hacerte daño ni ser la culpable de que estés rallada- le dije.

-Ivi-me cogió de la mano, esas cosquillas esa maldita sensación, sueltamente, no,no me sueltes-Algún día te darás cuenta que te equívocas, que si tu quisieras yo podría hacerte feliz- otravez esa dulzura en sus palabras-No quiero que me veas como una enemiga o como una buscona-se acercó a mi bruscamente quedando prácticamente encima mio- me gustas y quiero que seas mia-y pum juntó sus labios con los mios.

Mi susbsconciente quería separarse en mi mente ya lo había hecho, ya la había empujado y estaba en la habitación, pero la realidad era otra, no me había separado, le estaba siguiendo ese dulce beso, y justo cuando nuestras lenguas empezaron a jugar, sonó el timbre, fue ella quien se separó, yo rápidamente fui a abrir, era mi novio.

-Hola mi amor-dije cruelmente e insconcientemente.

-¿Nos vamos?-me dijo el.

-Si, adiós Catlyne-dije agarrando mi bolso.

Ella me devolvió la despedida con la cabeza y subió el volumen de la televisión.

Ivan y yo salimos por la puerta, empezamos a caminar cogidos de la mano, noté que su mano no me trasmitía lo que antes, el tacto era frío, fuimos a una cafeteria cercana y el como siempre se sentó a mi lado.

-Hoy estas increíblemente bonita-me piropeó, para después besarme.

Le seguí el beso, me culpe a mi misma de no sentir nada, me separé con ganas de llorar, solo tenía en mente los besos de Catlyne, ¿que me estaba pasando? Sólo de recordar su contacto, sus besos sus miradas, su voz, se me erizaba la piel, y en cambio teniendo al chico que yo había conseiderado el amor de mi vida delante, había dejado de sentir por el.

-Mi amor creo que me iré a casa....-dije algo desganada.

-¿Pero porqué?- dijo el.

-No me encuentro muy bien-menti y empecé a caminar calle arriba sin saber ni importarme si el iba o no detrás.

Novia de adopción. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora