Capitulo 4: Ice cream

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HimChan miraba el techo de su cuarto, su celular no paraba de sonar pero sencillamente no deseaba contestar, estaba cansado de actuar lindo para otras personas, cerró sus ojos para recordar su dulce pasado aquel donde no paraba de jugar con su vecino aquel donde sus familias eran amigas, donde los problemas no existían, solo ellos dos tomados de las manos, dolía admitir que lo quería, que lo amaba, que no pasaba una noche que no pensaré en él, en su sonrisa, en sus ojos, en ese lunar dibujado en su nariz, en su escultural cuerpo, lo deseaba, lo necesitaba para ver brillar el Sol, todas las mañanas adoraba esa plática tonta, sin sentido, era un acosador ya que siempre lo espiaba cuando entrenaba hasta muy tarde en los salones de baile, vigilaba su ventana por las noches hasta que apagaba su luz, cuidándolo a lo lejos, tratando de olvidarlo, probo miles de labios para no seguir anhelando tocar los de él, era un egoísta, era consciente de eso, sus pensamientos se vieron interrumpidos por su hermano.

—Debes tener cuidado princesito. —Hablo un pelinegro de bellas facciones mientras se miraba en el espejo. —Mantente lejos de JongUp sino quieres que le diga a mi padre que lo has estado visitando por las noches.

—Toca entes de entrar Heechul, sabes que odio que me interrumpan. —Grito hastiado el rubio sacando a su molesto hermano. —Tú abres tu imbécil boca, yo le voy a contar a tu marido que te acuestas con su socio, no te conviene zorra.

Los dos jóvenes se odiaban, eran medio hermanos, el mayor era hijo del primer matrimonio del Sr Kim, mientras que HimChan era hijo de su segunda esposa, el pelinegro lo odiaba ya que juraba que Hara (la madre de HimChan) se le había metido por los ojos a su padre para que dejara a su madre, por eso buscaba hacerle la vida imposible a su medio hermano, era su forma de vengarse por separar a su familia.

—En serio crees que ese niño se va enamorar de ti, por favor recuerda lo que nuestro padre le hizo al suyo. —Le grito señalándole con el dedo. —De seguro te odia tanto como su padre lo hace, jamás se podrá fijar en ti ya que llevas la sangre del hombre que más desprecia en esta vida.

—Vete al diablo Heechul, ve y ábrele las piernas al mejor postor. —Le escupió furioso cerrándole la puerta en la cara. —Vete al maldito infierno, idiota.

El rubio puso el seguro para después caminar al tocador donde se miró en el espejo, era idéntico a su padre, su reflejo, tiro los objetos que estaban sobre el mueble, no podía negar su origen, esa era la razón porque no tenía el suficiente valor para enamorar a su JongUp, porque nunca los dejarían estar juntos, sabia del inmenso amor que el peliazul sentía hacia su padre, no lo pondría en su contra, no lo haría luchar por él, no quería dividirlo, pero lo amaba, se dejó caer en el piso, una vez más las lágrimas rodaban por sus mejillas tampoco podía dejar de amarlo. YoungJae observaba una vez más como su amigo metía la pata, inflo los cachetes en señal de frustración, ese chico era un verdadero idiota cuando se trataba de enamorar, se acomodó los lentes dándole la espalda a esa escena, DaeHyun se disculpaba repetidamente ya que llevaba un jugo pero el castaño pero no miro el escalón así que se tropezó vaciando el contenido en un sonriente peliazul (ya no tiene el cabello rosa) que no paraba de detener esas reverencias que lo estaban mareando.

—No te preocupes además ya iba a ducharme, gracias por esperarme después del mi entrenamiento. —Comentaba con su típica sonrisa tomando por los hombros a su amigo. —Espero Jae no se moleste por quitarles su valioso tiempo.

—Lo siento, soy demasiado torpe cuando estoy contigo, el cachetón es muy paciente. —Contestaba el castaño nervioso al sentir que el menor lo tocaba. —Te esperamos en el estacionamiento ¿Verdad Jae? ¿Jae?

El castaño se giró buscando a su amigo pero no estaba, se sintió un poco traicionado ya que tal vez el más joven lo había abandonado a su suerte, de pronto Moon lo tomo por la barbilla para que viera al pelinegro quien platicaba alegremente con un compañero de clases, el chico no paraba de reír apenado, el corazón de DaeHyun se detuvo ante esa imagen de su amigo, el aire ondeaba su cabello negro, sus bellas facciones brillaban ante los rayos del Sol, su delgado cuerpo, un suspiro escapo sin su permiso, nunca se había dado cuenta lo hermoso que era, lo frágil que se llegaba a ver, lo invitaba abrazarlo, a cuidarlo.

Never give UpWhere stories live. Discover now