Precipitación

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Ciel Phantomhive Pov

Tenía los nervios a flor de piel. Desde que comencé a colocarme el kimono, sentía las manos temblar y el corazón latiendo a mil por hora, golpeteándome rítmicamente el pecho de manera dolorosa y asfixiante. Preguntándome si estaba haciendo lo correcto, si esto es lo que deseaba. Incluso me pregunte si esto era lo que necesitaba para olvidarlo.

No existía duda de que amaba y amo a Claude, es un hombre maravilloso, serio y confiable, alguien que siempre estará cuando lo necesite, alguien en quien apoyarme y recurrir. Entonces me digo que es perfecto, que es la persona indicada y con quien puedo compartir el resto de mi vida, disfrutando de las cosas que tenemos en común, sin mencionar que pronto seremos padres, que pronto tendremos un lazo mucho más grande que nos una. Pronto seremos una familia feliz... me dije, y fingí alegría.

Suspire con discreción, apretando fuertemente el ramillete entre mis manos, conteniendo las inmensas ganas de llorar, y de salir corriendo como un cobarde cualquiera. Tan solo trague saliva, mire al frente e ignore todo a mí alrededor, concentrándome en la tranquila y pausada voz del sacerdote que efectuaba la ceremonia. En menos de quince minutos sería Ciel Faustus, esposo de Claude Faustus y eso estaba bien porque iniciaría una nueva etapa de mi vida con mi esposo. Así que cuando le mire de frente, intente concentrarme en su mirada, perderme en aquellos preciosos ojos ámbar que desde siempre me parecieron fascinantes, sin embargo, esta vez fue diferente, fui incapaz de mantener la vista en su rostro, como si supiera algo que ignoro o que deseo olvidar, que anhelo ocultar.

—Claude Faustus, ¿acepta en Santo Matrimonio a Ciel Phantomhive para amarlo, respetarlo y cuidarlo en la salud y enfermedad, hasta que la muerte los separe?

—Acepto.

Su voz firme y decidida contrastaba completamente con sus manos temblorosas que sujetaban débilmente las mías. Estaba nervioso, puede que tanto como yo, no lo sé.

Solté el aíre que instintivamente retuve y sin querer, mi vista se enfoco en un punto tras Claude, para mi desgracia, no evite observar a Sebastián sujetando suavemente la manita de Beast, zapateando y con una expresión nostálgica o puede que de frustración, como si en cualquier momento se fuera a poner de pie y marcharse de ahí.  No solo se iría de la iglesia, sino que de mi vida, de la de Claude, y jamás volvería a verlo, al menos no como deseo.

Jamás volvería a sentir sus manos sobre mi piel, ni sus labios sobre los míos en un arrebato de pasión y locura desmedida, que logra llevarme al éxtasis sin ningún esfuerzo aparente. ¿Lo amaba? No lo sé. Lo deseaba, era un hecho, pero no podía intercambiar una vida tranquila por una tarde de sexo casual. Sin mencionar que eso es lo que yo siento, lo que yo quiero, pero ¿y él? Él me dejo muy en claro lo que significo en su vida: un momento... un desfogue... solo eso. 

—Ciel Phantomhive, ¿acepta en Santo Matrimonio a Claude Faustus para amarlo, respetarlo y cuidarlo en la salud y enfermedad, hasta que la muerte los separe?

El aíre abandono mis pulmones, obligándome a volver a la realidad, a mirar a Claude, a enfrentarme con su intensa mirada que me contemplaba con un amor que no merecía mientras esperaba mi respuesta afirmativa. Dudaba, eso era un hecho, y lo hacía justamente por el hermano de mi prometido, el mismo hombre que me observaba anhelante, esperando una negativa.

Era curioso, uno esperaba un "acepto" y el otro un "lo siento", o puede que simplemente este alucinando. Todo lo que sabía es que era incapaz de dar una respuesta, y el sepulcral silencio que nos rodeaba hacía todo más complicado, estremeciéndome las miradas sobre mi persona. 

—Yo...

—Ciel —Claude dio un paso al frente, quedando a escasos centímetros de mí. Juntó su frente con la mía, acunando mi mejilla en su mano derecha. Era tan cálido—. Te amo... lo sabes, ¿cierto? —Por unos segundos, sentí que su voz tembló, amenazando con romperse—. Quiero que seas feliz, no deseo que hagas esto por obligación... y no voy a forzarte a estar conmigo... 

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