James Sirius Potter

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Advertencia: 1) Algo de smut
2) Es una adaptación de mi libro favorito créditos a la autora

Hace meses Camila y James habían planeado tener relaciones sexuales para las vacaciones de verano, ya que Camila quería tener su primera vez con su novio de un año, James Sirius.

James la había ido a buscar a su casa para poder, según el, a un lugar para estar solos. En el momento que se encontraron ninguno habló, aunque si bien la única inexperta aquí era Camila, James estaba muriéndose de ansiedad.

James se inclinó y le saboreó los labios colmados de brillo con gusto a frutas. Camila los entreabrió para dejar escapar un sonido de complacencia y él aprovechó para chuparte el labio inferior y, acto seguido, penetrarla con la lengua. No se tocaban a excepción de sus bocas y, aunque Camila reflexionaba de que posiblemente los vecinos estuviesen por ahí, no conseguía romper el hechizo que la mantenía unida a esos labios.

James se apartó para expresar: Estas vestida igual al día en que te conocí-Le dijo haciendo referencia a la pollera blanca larga y su remera de mangas cortas.

-Que bueno que te diste cuenta.

-¿Como podría olvidarlo?

-Lo hice a propósito. Las zapatillas son nuevas- dijo, y las sacó de debajo de la larga falda blanca para mostrárselas- Las otras me quedaron chicas. Pero son rosa, como las que viste aquel día. Y todo lo demás, desde la vincha hasta la pollera, son las mismas cosas que tenía cuando me conociste- le dijo esta haciendo referencia a cuando se cruzaron por primera vez en la estación King's Cross.

-Si. Vamos- dijo, y la tomó de la mano para iniciar su marcha.

-¿A donde?

-A mi casa.

La desilusión calló sobre ella como un piano.

-No hay nadie- Potter giró para apenas mirarla y, enseguida, volvió a fijar la vista al frente-. Se quedaron en La Madriguera con la abuela Molly.

-Ah.

Camila elevó la vista al cielo y experimentó una súbita dicha al descubrir que se trataba de un día glorioso y diáfano, con la temperatura cálida, pero no bochornosa, y una pequeña brisa le soplaba el mechón sobre la frente. Se trató de una caminata de pocas palabras que no la incomodó; por el contrario, aprovechó el silencio para serenarse. Sus esfuerzos se desmoronaron cuando llegaron a la casa de los Potter.

La parquedad y el ensimismamiento desplegados por James se desvanecieron en el instante qué cruzaron las puertas de su casa. La oprimió contra la pared besándola con ferocidad dándose el placer de sentir su boca contra la de él.

-Mi amor, no sabes cuánto pensé en este momento-. Le dijo James.

-¿Si? Creí que te habías olvidado.

-Olvidado... si claro.

-Nunca me lo mencionaste en las cartas.

-No era algo para hablar por cartas.

-Que bien te queda la remera. Estas tan lindo. Y me encanta su perfume- añadió, y olisqueó su cuello.

-Y a mí, el tuyo me mata.

-¿Si? Me lo regaló el chico que amo.

James le clavó la vista, de pronto serio y, por un lapso infinitesimal, Camila se abismó en la profundidad de ese adolescente, que, por alguna razón inexplicable, la había elegido a ella, a la simple Camila.

One Shots ⚡️Harry Potter⚡️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora