El más bello de mis poemas

xiv.

Nunca olvidaré aquella noche en la que nos entregamos,

en medio de suspiros y necesitados abrazos.

Nunca olvidaré tu piel a la luz de la luna,

tan pálida y frágil que parecía pecado tocarla.

Recuerdo tus ojos llenos de pasión y de fiereza,

pero que también revelaban tu timidez y pureza.

Estabamos tan nerviosos, aunque tratasemos de ocultarlo

y es que por primera vez, de hacer el amor sabríamos su significado.

Aunque sé que fue más que eso,

nosotros sentimos el amor en cada caricia, en cada beso, en cada risa que bajo sábanas soltamos.

En esa lágrima que derramé cuando por primera vez un " te amo" salió de tus labios,

aquellos que con frenesí besé, al sentirme completo a tu lado.

En realidad ninguna palabra, ni un verso, ni un poema, expresaría lo que sentimos esa noche.

Eso sólo lo sabemos tú y yo, cuando nuestras almas se unieron, destinadas a amarse por siempre.