Fred Weasley, you are my always.

En la madriguera

-Claro, de hecho apenas terminara aquí iba a buscarte para lo mismo, necesito hablar contigo.

-Esta bien, empieza tu.

-¿Segura?.

-Si.

-¿Por que estas enojada conmigo?

-Prometiste que me escribirías en vacaciones.

-Y lo hice, cada semana.

-Claro que no, ninguno de mis amigos me escribió.

-Te juro que George, Ron y yo te escribimos cada semana.

-Pero yo nunca recibí nada.

-Por favor créeme, no se que paso con el correo, de pronto fue que nuestra torpe lechuza no supo como llegar a tu casa, pero siempre te escribimos.

-Esta bien, te creo.

-¿Enserio?

-Si.

-¿Tu que querías decirme?

-Su madre dejo que duerma con ustedes, pero creo que va a estar toda la noche vigilando que no me hagan algo.

Fred rió.

-Me lo esperaba.

-Oye, ¿quieres que te ayude a desgnomizar?

-¿Segura quieres hacerlo? tu siempre viviste en un lugar muggle, no sabes que es esto.

-Lo se, pero te castigaron por ayudarme, ahora debo devolverte el favor, y tu me puedes enseñar.

-Esta bien, ponte los guantes.

Fred la rodeo con sus brazos, y le indico como debía lanzar los gnomos del jardín, finalmente terminaron haciéndolo como un juego y terminaron rápidamente.

En la noche, estaban todos reunidos en el cuarto de Fred y George haciendo una guerra de almohadas hasta que la señora Weasley los regaño y cada uno se fue a su cuarto.

-Y... ¿como vamos a dormir?- preguntó George.

-Pues, yo puedo dormir en tu cama y le dejamos mi cama a Mary- contestó Fred.

-Me parece bien-respondió Mary.

-Mary... ¿estas dormida?-susurró Fred.

-No, aun no.

-Mary, tenemos que hablar, aun no hablamos de lo que paso... en navidad- Fred se sonrojo al recordar lo sucedido y agradeció que ella no pudiera verlo por la oscuridad.

-Es verdad-contestó Mary sonrojándose a su vez.

-¿Me puedo pasar a tu cama? siento que así vamos a despertar a George y nos va a matar- ella rió.

-Claro.

-Nunca me dijiste... que sentiste con eso, que piensas de lo que pasó.

-No se que decirte Fred, la verdad nunca lo tuve muy claro ya que fue mi primer...

-...¿Pero te molestó o no te gusto?

-No, antes al contrario, me... gustó mucho, no lo cambiaría.

Y así siguieron toda la noche, los dos sonrojados y con el corazón latiendo les fuerte en el pecho hasta que los dos se quedaron dormidos.