Chapter IV

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Chapter IV

Viernes, 25 de Mayo de 2007
La sorprendente visita de su madre...

Draco terminaba de digitar un correo para el gerente de Chamex, luego de enviarlo, levantó su mirada hacia uno de los sofás, que era donde Lissy se encontraba mirando un viejo libro infantil. Ya había pasado exactamente una semana desde que la pelicastaña había entrado en su oficina anunciándole que tenía que hacerse cargo de su ahijada, y aun le constaba acostumbrarse a esa nueva realidad.

Su vida había vuelto a dar un giro de 180°, y había vuelto a su punto de inicio, al punto en donde volvía a ser parte de ese mundo mágico que tantos problemas e infelicidades le había traído. Además, sin contar el hecho de que en la última semana su hogar había recibido, como nunca en esos siete años, un par de ataques muy similares a los de la primera noche y aun desconocía qué o quién era el causante.
- Draco... - La dulce voz de su ahijada lo sacó de sus pensamientos, trayéndolo de vuelta a su oficina.
- Si, dime ¿Ya te aburriste de leer? - La pequeña simplemente negó con su cabeza, mientras le respondía un "Tengo hambre". El rubio miró la hora en su computador dándose cuenta que ya eran pasada las dos de la tarde - Lo siento, se me fue la hora trabajando, iremos enseguida.

Antes de salir, dejó bloqueada su computadora para evitar problemas, luego se acercó hacia perchero en donde descolgó su chaqueta gris y la chaqueta azul de la menor, ya que a pesar de ya haber comenzando el verano, aun había frías corrientes de viento.
- Bien, hoy te llevare a conocer el Giovanni's, es uno de mis lugares favoritos, preparan una comida italiana deliciosa.

El rubio le sonrió a la pelinegra, quien asintió energéticamente. Entre ambos se había vuelto una nueva práctica salir a comer a distintos restaurantes de la zona, con el fin de que Lissy conociera al chico, y a la vez esté había descubierto que a la menor le encantaba el pollo y el jugo de piña, pero que a la vez rechazaba comer verduras.

Cuando salieron de la oficina, se encontraron con ambas asistentes, que ya habían vuelto de su hora de comida, junto a una hermosa mujer de pálido rostro y azules ojos, de cabello largo y rubio, muy similar al de Draco, y que debía rondar entre los cuarenta o cincuenta años.
- Draco te buscan - le dijo Skaila al sorprendido muchacho.
- Hola hijo - Narcissa Malfoy le sonrió fraternalmente a Draco, quien aun no salía de la sorpresa.
- Madre... ¿Qué haces por aquí?
- ¿Podemos hablar... a solas? - contestó la mujer, remarcando las últimas dos palabras, mientras miraba de reojo a las asistentes muggles.
- Lissy y yo vamos saliendo a comer, si quieres puedes venir con nosotros - Cissy solo asintió, sin despegar ahora su mirada de la menor de cabellos negros, que agarraba firmemente la mano de su hijo. - Skaila saldré a almorzar, andaré con mi móvil cualquier cosa importante me avisan, por favor.
- Claro Draco.

Caminando por el pasillo de blancas paredes, se dirigieron hacia el ascensor, el que los llevo hacia el primer piso, cuando estuvieron allí, atravesaron el vestíbulo, saliendo en dirección a la calle, en donde Lance, uno de los encargados de cuidar los vehículos, los esperaba ya con su Jaguar plateado.

Abriendo primero la puerta trasera, permitió que Elizabeth se subiera, para luego cerrar la puerta suavemente, repitió el mismo acto con la puerta del copiloto, para permitirle a Narcissa subirse, esta se quedó mirando recelosa el dichoso aparato, pero solo una mirada de parte de Draco hizo que la mujer finalmente se subiera al vehículo, sin rechistar.
- Gracias Lance - el rubio le entregó una pequeña propina al encargado, para luego subirse a su automóvil. - Tienes que colocarte el cinturón - el chico al ver que su madre no sabía mucho que hacer, decidió el mismo abrocharle el cinturón.
- No puedo creer que te hayas familiarizado tanto con estos aparatos muggles - comentó Narcissa una vez que el vehículo ya había comenzado a andar.
- Aunque no lo creas son bastantes útiles, actualmente ya ni uso magia
- Eso es lo que más me preocupa Draco, ¿Dónde quedaron los valores que te inculcamos con tu padre?
- Madre por favor, ya no soy ese niño al que pueden manipular como quieren, esta es la vida que elegí y estoy bien así. -Dicho aquello, Draco dio por finalizada aquella disputa, desde el comienzo había estado consciente de que si sus padres hubieras visto la vida que llevaba en ese momento se habrían decepcionado, pero esperaba que aquello nunca ocurriera, cosa que no le salió tan bien como había querido. Cuando llegó a la 12 City Road, buscó un lugar habilitado para estacionarse, el cual para su suerte solo se encontró a una manzana del local de comida. - Tendremos que caminar, pero no es mucho - explicó el chico mientras apagaba el motor del vehículo.

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