Capítulo 6

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- Te dejaré solo, tienes que hablar con Jess -

- Jess no se enterará, ni Abby tampoco -

- No puedes hacer eso. Ellas tienen que saber -

- ¡No lo harán! ¡Ya basta! ¡Ni siquiera se te ocurra mencionarles una palabra! - me levanté poco a poco lleno de odio

Sentía odio de mi mismo.

Yo mismo me daba asco.

Las venas de mi cuello se querían brotar una por una. Mis brazos estaban iguales y mis orejas estaban rojas. Mis dientes chillaban con cada palabra que decía.

Jeff me miraba asustado. Casi como si hubiera visto un monstruo frente a el. Y así era todo. Los demás me veían como un monstruo.

Me estaba convirtiendo en un mounstro. ¿Estaba dispuesto a perder a mi familia y a mis amigos por, por esto? Sí, lo estaba.

- Entiende Jeff, yo no quiero que Jess sufra más de todo lo que lo está -

- Tampoco lo vas a sobrellevar sólo -

- Es el destino - lo miré - El destino quiere que así sean las cosas - al decir la última palabra, mi voz se rompió y tuve que aguantarme un sollozo

Un nudo en mi garganta no quería bajar fácilmente o simplemente yo no quería intentar que lo hiciera.

- Toma - me extendió su celular y supuse lo que quería que hiciera

Lo tomé y jugué con él en mis dedos. ¿Hacerlo o no hacerlo?

- Papá - dije sin dejarlo responder

- ¿Luke? ¿Qué pasa? ¿Y tu celular? Lo siento, ahora no te puedo atender, más vale que sea rápido -

Al notar su interés en mi me llené más de furia. Jeff me quitó el teléfono y se alejó de mi para hablar con papá cuando vió como apretaba mis dedos al rededor del aparato.

Apreté los dientes y grité lo más bajo que pude. Suerte que Jess no estaba alrededor porque para escucharme tendría que asomarse a la puerta.

- Tu padre quiere que vayas a su oficina de inmediato -

- No puedo salir así - me señalé

- Habla con Jess pero tienes que tranquilizarte, si quieres yo me quedo con ella -

Suena bien.

- Está bien - me pasé las manos violentamente sobre los ojos limpiándome cualquier rastro de lágrimas

Me miré en el espejo. Estaba irreconocible. Definitivamente no podía salir así.

Intenté pensar en cosas bonitas mientras inhalaba y exhalaba. Pensé en Abby. En mi pequeña. Pensé en Jess. Pensé en mi familia.

No me logré tranquilizar porque siempre pensaba en qué sería de ellos si les llego a dar la noticia que tantas vueltas he querido dar.

Pero necesitaba hacerlo. Tenía que hablar con papá y Jess no podría sospechar nada. Respiré profundo, pestañeé varias veces y soplé mi nariz.

Poco a poco volví a la normalidad mientras daba vueltas en círculos dentro de mi oficina.

Jeff no hacía nada más que mirar al suelo con sus manos juntas. Sus codos se apoyaban en sus muslos y su cabello era un desorden total. Casi peor que el mío.

Me miré en el espejo una última vez. Cepillé mi cabello con mis dedos haciéndolo parecer un poco decente.

- ¿Estás listo? - preguntó Jeff

Suspiré lo más hondo que podía.

- Sí - no soné tan seguro pero asentí para hacerme ver creíble

Salimos de mi oficina y busqué a Jess. Estaba en la habitación viendo televisión. Me recosté en el marco de la puerta y crucé mis brazos y mis pies.

- Iré a ver a papá a la oficina. Me ha llamado y tiene algo que contarme. Si no te molesta, le he pedido a Jeffrey que se quede contigo. Te haría bien un poco de vigilancia eh -

No dijo nada y asintió cambiando de canal. Ni siquiera me miró ni hizo caso a la broma que intenté soltar y eso me ayudó bastante porque hubiera tartamudeado.

Bajé las escaleras y me encontré a mi mejor amigo apoyado en su auto esperando por mi.

- ¿No sospechó nada? -

- Ni una palabra -

Todo CambióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora