Capítulo 8.

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Sus castaños cabellos deslizan por todo su cuerpo las gotas de agua de su reciente baño. SeungHyun toma una de las toallas del estante de su baño y se aproxima al lavamanos. Detenidamente examina su figura en el espejo, siempre se veía igual. Sus pómulos altos, su cabello un tanto desordenado, sus ojos grandes y negros, sus labios delineados. SeungHyun sonríe para sí mismo, no tenía idea de que era lo que volvía locos a todos, sus siempre amantes se arrojaban a sus brazos esperando tener algo más que sexo, cada uno de ellos lo había conseguido y luego, él mismo los había terminado, puesto que él no buscaba ninguna relación y ninguno de sus amantes buscaba solo sexo.

"Excepto Kwon Ji yong, él siempre quiere tener sexo." La risa se le escapa de sus labios.

Jiyong era una máquina de sexo incontrolable, apenas y podía seguirle el ritmo con cada encuentro que han tenido. De una u otra forma Jiyong ya lo había conseguido antes, la noche de su fiesta. A todas las voces de SeungHyun, el sexo con Jiyong había sido el mejor y el más estimulante de toda su vida. No podía dejar de recordar cada uno de sus gemidos, la forma de entregar su cuerpo, sus ojos brillosos y excitados por el mismo placer de ser observado y escuchado por todos aquellos que se deleitaron con la escena sexual de su primer encuentro.

"Las casualidades no existen, el destino me ha traído nuevamente a Jiyong"

SeungHyun ríe un poco más ante sus delirios del destino y su pequeña puta, cepilla sus dientes para después ocupar enjuague bucal antes de ir a la cama y, finalmente dormir.

Lentamente entreabre la puerta de su habitación, había olvidado encender la luz y apenas podía diferenciar las cosas que había dentro. Busca a ciegas el interruptor, pero es detenido por un sonido ya no tan extraño para él.

Jadeos, y más jadeos apenas audibles. Los gemidos de Jiyong se ahogan con sus dedos introducidos en su boca. SeungHyun gira su cuerpo tratando de encontrar a Jiyong dentro de su cuarto pero no ve nada.

-Cariño, no te veo ¿Dónde estás? - su respiración se vuelve lenta y pausada. Está siendo cauteloso.

-Ahmm Seung ... estoy ahmm acá - Los gemidos de Jiyong llegan hasta los oídos del castaño calentando su cuerpo - Tampoco ahmm puedo verte cielo -

SeungHyun camina hasta su cama tropezando torpemente con algunas de sus cosas, y casi como desesperado enciende una de las lámparas de su mesilla de noche.

"Dios."

SeungHyun casi muere de la sorpresa de encontrarse a Jiyong en tal escena. Pasa sus dedos por el borde de su toalla casi como reteniéndose por saltarle encima y, poseerlo ahí mismo.

-Seung... ahhmm- Jiyong tira de su cabeza hacia atrás, sus rubios cabellos empapados por el sudor se revuelven en la blanca sábana de la cama del mayor. Sus ojos están vendados por alguna de las corbatas del castaño. Sus rosados labios sujetan dos de sus dedos, ahogando sus gemidos y convirtiéndolos en jadeos casi inaudibles. El mayor gime ante las manos ocupadas del rubio.

-Jiyong... Dios ahmm - El rubio sostiene su propio pene entre sus manos, doblándolo ligeramente hacia abajo, tocando y rozando su entrada con el glande. Sus testículos son empujados a un lado y aplastados por el mismo falo, haciéndolos ver más grandes y apetecibles de lo normal. Jiyong está follándose a sí mismo.

Los gemidos de Jiyong llegan a su sentido más estimulado por ahora. Hace un rato que había estado en silencio escuchando cada uno de los movimientos del mayor, imaginando su cuerpo desnudo bajo el agua, cada pequeño sonido había sido como una corriente eléctrica para su vientre bajo.

Jiyong no puede ver al mayor pero su mente trabaja tiempo extra imaginando su cara de excitación al verle en tal posición, aún pese al dolor, el placer le supera, estando a punto de estallar ante tales sensaciones decide probar algo más que roces a su entrada.

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