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Capítulo 9.

SeungHyun estaciona su auto en el parqueo de su edificio, cierra sus ojos unos segundos, es sábado y le ha tocado ir a trabajar toda la mañana con algunas cosas que tenía pendientes. Su pequeño y travieso rubio seguro le estaba esperando. Le había hecho un berrinche en la mañana porque lo dejó caliente y a medio orgasmo en la mesa de la entrada.

Le encantaba, más de lo que debía. Jiyong es hermoso y adictivo a sus ojos, cada pequeña cosa es maravillosa en él, aún cuando en su delgado y esbelto cuerpo solo haya descaro y unas insaciables ganas de sexo.

"Mi pequeña puta".

El castaño baja de su auto y camina hacia su apartamento, la primera vez que había traído a Jiyong a su casa habían casi follado en el capote de su auto,a los ojos de cualquiera era un acto más que insano y alocado, incluso para él, el dueño y director de la mejor compañia Pornografíca, y ahora un par de meses después, habían hecho tantas cosas sucias a la vista pública.

Habían pasado demasiadas cosas, unos cuantos días con Jiyong y él había perdido la cabeza, estaba más que loco por sus labios, sus piernas, su cuello, sus ojos .. todo él. SeungHyun presiona el botón del ascensor en su piso, apoya su cuerpo en la pared de éste, recordando cuando se "averió" el ascensor hace un par de semanas. Era de noche cerca de las 2 AM y Jiyong estaba en su día libre, jamás se esperó encontrarse con el menor en una camiseta larga en su lobby, sus piernas deliciosas habían hecho que terminaran ambos follando y gimiendo sus nombres en el ascensor. Seguro todo el edificio sabía que estaban en ese tipo de relación.

"Hyunnie, vamos a darles un buen show a todos. Gime más alto".

El sonido del ascensor le trae de regreso de sus pensamientos. Entra en la sala principal de su piso, unos cuantos muebles, un sillón y al fondo el hermoso cuadro que habían pintado junto a Jiyong.

"¿Puedo donarlo, no? La pared es tan blanca que necesita un poco de esto y aquello... ya sabes, quiero que todos aprecien tu arte, Seung."

La risa traviesa de Jiyong le trae escalofríos. Sabe que la intención de Jiyong era y será de excitar cada vez que él baje de ese ascensor, el recuerdo del rubio gimiendo bajo sus manos y las salpicaduras frías y pegajosas de pintura es su más preciada fantasía sexual. Suspira tratando de relajarse, está por entrar a su apartamento, no sabe qué es lo que el menor está haciendo, ni en qué posición puede encontrarlo.

El silencio aparente de su apartamento lo hace temblar, el apartamento está muy frío. El menor le ha subido mucho a la calefacción, se despoja de su abrigo y camina buscando al rubio.

-Hmmm...-

SeungHyun se detiene agudizando el oído, los gemidos ahogados de Jiyong apenas y pueden ser escuchados por él, pero aún así hay más voces junto a la suya. Camina casi de puntas y llega hasta su sala, encontrándose con una de las sorpresas de Jiyong.

Sus dedos en su boca le ahogan los gemidos, aparentemente simula penetrarse la boca con ellos, la saliva se le derrama mezclandose con su sudor que ya le ha pegado el cabello a su frente. Su cabello está más largo que antes y el color de su cabello ha bajado a un rubio más claro. El sonrojo de sus mejillas y orejas le hace ver hasta adorable pese a su situación comprometedora. SeungHyun se apoya en la entrada, baja su vista encontrándose con el no tan pequeño consolador vibrando en su entrada. La mano de Jiyong masturba su miembro necesitado, el liquido preseminal sale a montones, salpicando parte de la piel blanca del menor.

SeungHyun observa con cuidado la escena tratando de no gemir para evitar interrumpir al rubio. Jiyong está en el suelo de su sala, sobre la alfombra totalmente desnudo, masturbandose y penetrandose con un vibrador. Sus labios chupan sus dedos mientras su lengua los ensaliva. Sus pezones están totalmente erectos a causa del frió del apartamento. Y por si no fuera poco, los otros gemidos provienen de su televisión. El menor está viendo pornografía en su sala mientras se toca en su alfombra.