Capítulo 3 Primera noche

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Termino su discurso y comenzó la masacre, todos los jugadores se empujaban de aquí a haya, se movían aplastando a su alrededor a los más débiles, las sombras monstruos sin forma atacaban de manera sistemática e inteligente, una sombra atrapaba a un jugador y en vez de detenerse todas las demás seguían adelante. Fui arrastrado contra mi voluntad en dirección a un callejón gracias a mi falta de presencia, logré salirme de la bola de miedo y muerte, corrí sin descanso hasta llegar a una casa en ruinas, entre sin pensarlo corrí directamente en dirección al ático, cerré la puerta y me escondí cerca de la ventana, veía desde ese lugar la desesperación máxima, el lugar se encontraba a oscuras, los únicos puntos de luz eran las entradas de las casa iluminadas a donde no se acercaban las sombras, gente se empujaba para entrar sacaban a los demás a pesar de que hubiera espacio suficiente, no pude observar más los que no podían entrar eran devorados brutalmente. Me acosté en cunclillas a un lado de la ventana y espere a que se calmara todo, intente contactar con alguno de mis amigos, el servicio de mensajería no respondía, comencé a llorar en silencio, escuchaba los gritos desgarradores de la gente, explosiones, fuego...

Después de lo que me pareció mucho tiempo un silencio desgarrador, logre calmarme poco a poco aun respiraba fuerte entonces dentro de esa calma mortuoria escuche el sonido de una perilla abrirse, me quede congelado del miedo ¿si era una sombra? pensé; inmediatamente negué con la cabeza las sombras no podían entrar a las casas así que... un jugador como yo ¿sería hostil o amigable?, escuche la madera del piso crujir, las pisadas sonaban cada vez más cerca volteé a ver a mi alrededor busque algún lugar donde esconderme, de pronto, lo divise un ropero de madera viejo, lo suficientemente alto y espacioso para entrar, de puntillas corrí intentando hacer el menor ruido posible, logre esconderme antes de que él o ella girara el pomo de la puerta, un chirrido fue el único ruido audible, lo miré a través de las ropas que yacían colgados ahí, era ¿una chica? se me hacía familiar, quise acercarme pero... ¿si quería matarme?.

Tropecé con una caja que estaba ahí, me golpeé el pie y di un gritito ahogado, la voz hablo con potencia. -El que este ahí salga o lo mato- no lo pensé dos veces, era débil apenas a prendí a usar una espada relativamente poco, así que salí con las manos hacia arriba, me sorprendí al ver a la persona que estaba frente a mí, me alegre en lo más profundo de mi ser que era alguien conocido. Corrí a abrazarla, saco su espada y me apunto al cuello, me pare en seco.

-Tranquila, no soy hostil- dije sin pensar.

Me escudriño lentamente: -Tu- susurro la contraria bajando poco a poco su espada, tal vez se acordó de mi rostro o tal vez no tenía ganas de matarme.

-Hola- fue lo único que se me ocurrió para eliminar el silencio.

- ¿Y tus amigos? - pregunto

-Perdidos, como siempre- sonreí de forma inocente.

-Así que perdiste a los tuyos.. respondió

-¿Y tu?- me dio curiosidad saber que había pasado con el chico que estaba hablando antes.

Se limitó a asentir veía un tono triste en sus ojos, yo hable: -Lamento no haberte dado las gracias por ayudarme a encontrar a mis amigos...- le tome del hombro.

-¿Agradecerme? eso lo haría cualquiera- respondió, dando un paso atrás, por lo que veo no le gusta el contacto físico.

-No cualquiera- me encogi de hombros sino fuera por ella, no los habría encontrado. Mire de reojo hacia la ventana -¿Ahora que haremos? Todo está infestado por esas cosas, incluso la gente ha muerto. No me sorprendería que mi gremio también. Creo que la asuste.

-Mi familia está allá afuera, por favor, guarda silencio.

Asentí, creo que me pase diciendo eso.

-Bueno chico, ¿me vas a decir tu nombre o me dejaras con la intriga? -

- Oh... sí claro mi nombre es Ramses quiero decir Endo, es decir, puedes llamarme Ram y ¿el tuyo?- me puse nervioso.

-Ram...mucho gusto.

-¿Y tú?

-Todos me llaman Cloud, así que para ti soy Cloud.

-Un gusto, ehh Nube.- dije un tanto extrañado.

-Esperaremos hasta mañana para salir, será el momento en que tengamos que separarnos- dijo caminando en dirección hacia una esquina opuesta del ático. Entonces una idea paso por mi cabeza

-Ehm... Tengo un problema.-

-¿Cuál es?- cuestionó en tono somnoliento.

-Mi habilidad con la espada, bueno, este... - realmente no era buena, solo había luchado con monstruos nivel 1 aprendido sus patrones de combate era sencillo vencerlos, pero estas sombras no parecían tener un patrón absoluto, por lo que debería aprender verdaderamente a usar la espada.

-¿Sí?- abrió un ojo

-Es casi nula, verás, este es mi primer juego de espadachines y...

Abrió los ojos como platos, creo que eso no era la respuesta que esperaba. -No jodas- chilló.

-Sí, lo sé- suspire con fastidio- se supone que Rema me enseñaría pero paso esto y sencillamente no pudo hacerlo. Pido disculpas por eso. Creí que me daría una cachetada o un puñetazo, pero simplemente dijo: -Entonces descansa, mañana empieza tu entrenamiento, chico- Suspiré y sonreí ilusionado: -¿En serio?

-Sí...

- ¡¿Hablas en serio?!- aún no podía creer que entrenaría con una experta.

-Sí...-

-¡¿En serio?!

-¡SI!- soltó molesta.

-Bueno, sí, está bien, ¡muchas gracias! - deje de molestar.

Me deje caer en el suelo al lado opuesto de ella, me puse en cruce de piernas y la observe.

Se acurruco sobre si misma y se puso a dormir, mire a mi alrededor no había mucho que hacer, la luz de fondo estaba encendida y podía contemplar la habitación donde me encontraba muchas cajas desacomodadas sin ningún orden aparente, si esto fuera el mundo real diría que era de una familia que estaba desempacando, cajas con fotografías, objetos antiguos, un espejo, me contemple al espejo, mis ropas que tenía antes de entrar a este mundo eran muy ruidosas por lo que me cambie a una sudadera sencilla, un pantalón de pana y mi espada en su funda.

Cuando me estaba aburriendo adopte la misma posición que ella y hable, sin esperar respuesta. -¿No crees que deberíamos conocernos mejor?-

-Dispara- dijo repentinamente

-¿Edad?- pregunte somnoliento

-Tengo 18 años y unos cuantos meses- contesto. -¿Y tú?- fue mi turno de responder.

-17 y medio- hice una pausa, ¿que más le podía preguntar?, lo único que se me ocurrió fue: -¿Soltera, casada o con novio?-

-¡Wow! Tranquilo chaval, vas muy rápido- la hice sonreír,genial pensé.-Digamos que las últimas dos en uno.

-Lo siento- suspiré, ¿Cómo podía estar pensando en eso mientras las demás personas estaban muriendo afuera? Mire de reojo en dirección a la ventana, logre divisar en el cielo una pantalla con un marcador, mostraba el número de personas que seguían con vida 4000, una sexta parte de la población inicial había desaparecido la primera noche.



The Last OneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora