Extrovertida

Capítulo 8: Nada es para siempre

Observaba de reojo su teléfono y volvía a concentrar su vista en el televisor, donde pasaban una película romántica, dejó escapar un bufido y volvió a mirar el teléfono frustrada “Sabes que no tienes poderes mentales como para saber cuándo te van a llamar” Tiffany se levantó de golpe del sofá, miró a sus espaldas, era su hermano mayor, dejó escapar un suspiro “Si piensas que esa niñita vale la pena, sigue esperando allí” “¿Por qué odias tanto a Taeyeon?” pidió mirándole entristecida, el joven le miró y chasqueó la lengua “Tú no te comportabas de esta manera antes de ella, te has vuelto totalmente dependiente de esa chica… no me importa si eres lesbiana o no, pero ella no me agrada, es mala para ti” “No sabes nada” exclamó la menor apretando los puños, sentía que las lágrimas querían hacer frente pero ¿de qué le servían? Ni siquiera Taeyeon la estaba tomando en cuenta últimamente “Ella te tiene de ésta forma, no me va a agradar jamás una chica que lastima a mi hermana” disparó el joven colocándose la mochila en el hombro y saliendo de su hogar de un portazo, Tiffany se sentó en el sofá y ocultó el rostro entre sus manos volviendo a llorar.

A la mañana siguiente, Tiffany salió del salón de clases, agotada “Hola preciosa” “No estoy de humor para tus cumplidos Nichkhun” comentó pasando por el lado derecho del joven, él sonrió y se acercó a ella “¿Qué dices? ¿Tienes el periodo o qué? Tengo una hermana y cuando está así siempre está furiosa” la joven le miró molesta “No te metas conmigo” gruñó la americana, el muchacho sorprendido se llevó las manos a los bolsillos “Solo quería hablar un poco contigo” Tiffany se le quedó viendo fijo y esbozó una sonrisa torcida “Eres un…” miró de reojo por el costado, caminaba hacia la misma dirección en la que estaban ellos, esperanzada porque agarrara su mano y le reclamara “Hola Taeyeon” “¿Qué hay Nich?” pasó de largo la joven y el muchacho sin entender nada dejó caer su mirada en la americana que no aguantó mucho y volvió a llorar.

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“¿Ya no la has vuelto a ver?” Pidió sorprendida la americana al encontrarse entre los pasillos con Yejin, la joven sonrió negando “Todo se terminó en un abrir y cerrar de ojos, pero no es como si me doliera, sabía que ella no quería nada serio y acepté eso” la menor de ambas apretó los puños enfadada “Tú… ¿fuiste algo especial para ella?” pidió la joven inquieta, Tiffany volvió a mirarle con los ojos brillosos, sorprendida y nerviosa a la vez “Y-yo…” “No es como si me molestara que fueras especial para ella, se notaba cada vez que venía a recogerme a la universidad y preguntaba por ti” “¿Qué?... ¿lo hacía?” apretó entre sus manos los planos de su trabajo, estaba confundida con las acciones de la bajita que había estado evitando, aunque por un momento, sintió una sensación agradable recorriendo su cuerpo.

Suspiró hondamente volviendo a masajearse las sienes, se paseaba por el salón de clases mientras observaba a los nerviosos estudiantes revisar sus respuestas de los exámenes, miró de reojo a la canadiense, mordía la punta de su lápiz, una sonrisa recorrió los labios de la rubia al descubrirla nerviosa pero le era imposible ayudarla, debía dejar que aquellos estudiantes demostraran sus conocimientos “¿Su-sunbae?” Taeyeon dirigió su mirada a la rubia de mechas rojas, se acercó con pasos silenciosos a ella “¿Qué sucede?” “Necesito salir ahora mismo de clases, yo…” “Pero el examen aún no termina, tienes una hora más para contestarlo” recalcó arrugando las cejas preocupada, la menor se mordió el labio nerviosa “Taeyeon sunbae… por favor” suplicó mirándole fijamente, la mayor tragó saliva desviando su mirada, carraspeó y tomando su examen se alejó, la menor aliviada tomó su bolso y salió del lugar, Taeyeon se acercó a la puerta y la vio correr por los pasillos, alejándose como si de aquello dependiera su vida, bajó la vista a su examen, tenía todas las preguntas desarrolladas “Esa chica” suspiró volviendo a entrar al salón de clases.