1: Olor a azufre y el idiota de mi hermano.

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"Despierta Heather" me habla la misma voz de cada mañana de mi cabeza.

Me levanto cansada y me siento en la cama con cuidado de no despertar a Amy, mi hermanita.

Giro mi cabeza hacia la cama de la derecha, Martin está durmiendo solo y babeándose la cara como siempre.

Ruedo los ojos molesta, es tan normal que Leonardo no este que ya no debería sorprenderme pero igual no puedo dejar de hacerlo, es mi hermano y si es mayor que yo pero me preocupa que nunca este...

Mi familia se resume en ellos, solo tengo a mis hermanos ya que mis padres murieron hace años, yo debía tener unos seis años cuando eso sucedió.

Leonardo es el mayor de todos y Amy es la menor de nosotros, Martin y yo estamos en el medio, aunque papá decía que yo era mayor que él por unos segundos.

Si, Martin y yo somos mellizos. Aunque no somos como esos típicos mellizos que sienten que están unidos, más bien solo nos sobre protegemos el uno al otro.

Miro la hora del reloj de aguja sobre el buro, el reloj marca las cuatro con treinta minutos, sonrío para mí misma.

Se supone que todos los días debería levantarme a las cinco pero por la vocecita de mi cabeza siempre me levanto más temprano, lo que no hace nada mal ya que me da media hora de trabajo.

Bajo lentamente de la cama intentando hacer el menor ruido posible, cosa casi imposible ya que la cama está casi toda ella de madera gastada.

―Shhh.―le digo a la cama con un dedo puesto sobre la comisura de mis labios.

Tal vez sea un poco raro hablarle a la cama para que se calle pero mi cama parece entenderme, siempre que la callo comienza a sonar peor.

Justamente como hoy. Por más intentos que hago de levantarme silenciosamente la cama produce tal estruendo que despierta a Martin.

― ¿Heather?―dice con voz cansada, mira la hora del reloj y luego pone una almohada sobre su rostro.― ¿Qué haces despierta tan temprano? No tenemos clases hasta las ocho.

Sonrío, mi mellizo es una de las personas más perezosas del universo, si tuviéramos dinero Martin dormiría, comería, iría al baño y repetiría el proceso ¡todo el día!

A veces me cuestiono si realmente somos mellizos, somos las personas más opuestas en esta vida, mi mejor amigo es el despertador pero es el peor enemigo de Martin, él ama la comida y yo no...

¿Qué? Cierta comida es deliciosa, no puedo mentir, pero no me apasiona comer a como comen mis hermanos. A veces la comida no alcanza para todos así que la mayoría de veces sacrifico mi parte de comida y creo que por hacer eso le he perdido el gusto.

"Estas mal niña, no hay nada más delicioso en este mundo que la comida." Maldita voz en mi cabeza, ¿Por qué mi conciencia no piensa como yo?

―Levantarme, quiero salir a tra...―carraspeo.―Correr, quiero correr.

Y ahora me lanza la almohada, la cual tengo que atrapar en el aire para que no despierte a Amy.

―Idiota, la vas a levantar.

Señalo a Amy dormida, pero Martin mira levemente y se vuelve dejar a caer en la cama.

― ¿Correr? ¿Estás loca?―me pregunta susurrando.― ¿Por qué desaprovecharías el tiempo de dormir corriendo?

Suspiro y ruedo los ojos.

― ¿Por qué desperdiciara el tiempo de correr durmiendo?

Sonríe con cansancio. Sé que Martin es muy perezoso pero también lo entiendo, él es que tiene el trabajo más pesado de todos y el que siempre llega más tarde de todos.

La marca.Where stories live. Discover now