5:Una tarde de hermanos.

23 2 0
                                    


― ¿Y porque no?―nos preguntó Amy después de lamer su helado.

Después de calmarla, fuimos a la tienda de Don Miguel Ángel por unos helados y ahora estamos sentados en la arena de la playa, disfrutando un poco del sol, las olas y la arena.

La brisa de del viento hace que mi cabello vuele en dirección al mar, decidí soltarme mi cabello ya que adoro ver como vuela con el viento.

―La mayoría de la gente no nos entiende y hacer esas cosas hace que les provoquemos miedo.―le responde Martin de la forma más formal posible.―Así que no debemos hacerlas, tenemos que camuflarnos entre los demás, como los espías.

Amy suelta una pequeña risa mientras que yo ruedo los ojos.

―O en otras palabras.―comienzo.―O te comporta igual de normal que esos retrasados subnormales o te pasa esto.

Les enseño la pequeña quemadura que me hicieron.

Amy abre los ojos como platos mientras que Martin agarra mi brazo y comienza a tocarlo suavemente.

Pero es suave roce me duele tanto como caminar descalza sobre clavos.

― ¡Au!―chillo.―Martin suéltame, me lastimas.

Me suelta el brazo.

― ¿Quién te hizo eso?―me pregunta con voz calmada pero puedo ver en sus ojos la furia consumirlo por dentro.

Alzo los hombros.

―No lo sé.―logro que mi mellizo se moleste mas.―No lo sé ¿Qué acaso no sabes la masacre que cause en el colegio?

Niega con la cabeza mientras Amy me mira sorprendida.

― ¿También causaste desastres como yo?―siento una punzada en el pecho al recodar lo que hice, las imágenes pasan lentamente por mi cabeza así que tengo que sacudirla para quitármelos de encima. Asiento y Amy me mira levemente alegre.―Al menos me siento mejor al saber que no fui a la única que avergonzaron.

Sonrió y paso una mano por el cabello de mi hermana. Aunque Martin nos mira incrédulo.

―Dime que paso.―exige Martin mirándome severo.

Bufo, últimamente estoy bufando muy seguido.

―No fue algo muy grave.―le restó importancia.―Simplemente hice una bola de fuego y la lance en el pasillo sin intención, queme casi todo el cabello de la profesora Andreoli y asuste a toda la población estudiantil. ―Martin me mira entre asustado y sorprendido al mismo tiempo. Se debate entre felicitarme y sermonearme.―Así que todos comenzaron a lanzarme cosas en llamas y me quemaron el brazo.

Amy me mira asustada.

― ¿Y cómo no te quemaste más?―pregunta con la voz temblorosa.―Deberías celebrar que estas viva.

Le doy una sonrisa algo triste, pero luego la cambio para que no me vea mal.

― ¿Yo? ¿Y qué me dices de ti?―le hago cosquillas en la pancita―Tu hiciste que un perro mordiera a alguien. Y te digo que robaste mi truco, yo ya lo había hecho antes.―ladea la cabeza.―Buen trabajo hermanita, sigue así y serás como yo cuando seas más grande. Pongo la mano para que choque los cinco y lo hace con una sonrisa en el rostro.

Creo que si mi conciencia estuviera oyendo esto diría algo como; "Mira el ejemplo que le das a tu hermana, ¡crecerá siendo testaruda y precipitada como tú!" Y supongo que después yo reiría.

Apenas se fue hace una hora de mi cabeza pero ya le extraño.

― ¿Acaso yo soy el único normal en esta familia?―se queja Martin.―Parece que soy el único que no hace masacres, Amy hizo quien sabe que en su escuela hoy, Heather creo una mini representación en vivo de la quema de brujas además de casi rapar a la profesora Andreoli.―golpea su pantorrilla mientras habla.―Y Leonardo me envió un mensaje diciendo que llegaron unas personas a la casa y que no llegáramos pronto porque habría quien sabe qué.

La marca.Where stories live. Discover now