7: Las piezas encajan.

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Mis ojos vagaban de un lado a otro de la habitación buscando algo que me explicara porque la silla acaba de explotar.

Sentía todas las miradas sobre mí y no me explicaba porque comenzaba a tener tanto calor, toda mi casa seguía girando sobre su propio eje.

―Eso...―mi mellizo comenzó a hablar por mi.―Eso no es posible.

Leonardo le mostro una sonrisa torcida.

―Como no es posible hablar con los arboles ¿no?―la mirada de mi mellizo se volvió profunda.―Ni tampoco es posible predecir el futuro ¿cierto Amy?―ella solo se escondió en mi espalda.―O crear bolas de fuego gigantes en el aire.

Mis músculos empiezan a moverse solos y me llevan al frente de Leonardo, justo para darle otra bofetada.

― ¿Cómo sabes todo eso?―pregunto.

―Por esto.―me volteo para ver a uno de los emisarios, el cual saca una pequeña Tablet completamente transparente.

Les miro con recelo mientras el pequeño aparato reproduce como cree la bola de fuego en el pasillo

―Varios de nuestros Chabriris les han estado espiando desde la muerte de sus padres.

Solo me limito a mirarles fríamente.

― ¿Que son Chabriris?―habla Martin.

―Antiguos demonios que ahora se esconden en los bosques ya que su piel se camufla con la corteza de los arboles.―responde rápidamente Leonardo.―Graban en su memoria todo lo que ven y cada cuando le roban sus recuerdos a una persona con solo una mirada; dejando ciega de por vida a la persona. La Orden las usa vigilar a los brujos que crecen fuera de los gremios.―suelta una risa.―Pagan muy bien cuando se logra cazar una.

Los emisarios asienten, dándole la razón a Leonardo. Miro a Martin incrédula.

― ¿Para qué les preguntas?―Martin me mira mal.―Todo esto es una gran farsa, una broma que nos están intentando jugar no sé por qué razón.

Sujeto mi muñeca izquierda con fuerza y bajo mi cabeza hacia ella, no sé porque en este momento solo esta estúpida marca me tranquiliza un poco. La verdad, es lo único en el día que ha sido tan normal como puede.

Sé que mi marca causo la bola de fuego pero siempre ha causado desastres; no hay nada anormal en ella hoy.

―Las marcas Heather.―Alzo la mirada a Leonardo.―Las marcas nos hacen especiales y nos diferencian de los mortales ordinarios.―son las palabras de mamá, ella nos decía esas palabras cada vez que alguno de nosotros se asustaba por lo que causaban.―Mamá siempre te repetía esas palabras para consolarte cuando te asustabas por lo que causaba tu marca.

Trago saliva.

―Si pero...―me interrumpe uno de los emisarios.

―Él tiene razón.―habla Gate.―El símbolo que tienen marcado en su piel es el fruto de la magia pura que poseen en su alma, es la definición de que son realmente, de lo que piensan y de lo que sienten, incluso sin que ustedes mismos lo entiendan.

Martin lleva su mano a su hombro y comienza a acariciarle ¿Acaso él está creyendo toda esta bazofia? ¿Cómo podría creer esto

 Aunque no podia contradecirles, yo tampoco podría explicar porque poseíamos marcas con extraños símbolos que nunca habíamos visto. Su argumento estaba fundamentado, pero seguía sin ser lógico.

―Mis padres no tuvieron marcas.―añadí.―Ellos solo nos decían eso porque tampoco podían explicarnos que eran.

Leonardo negó con la cabeza mientras se acercaba a mí lentamente.

La marca.Where stories live. Discover now