Capítulo 7: Planes.

3 0 0
                                    

El mes de octubre resbaló y se fué más rápido de lo que muchos habían imaginado. Estando hoy en la primera semana de noviembre, Saúl, Sonia, Anubis y Zarún se encuentran dentro de una pequeña cafetería pasando el rato platicando y poniéndose al día de las cosas que habían pasado. En especial de la pequeña fiesta de Halloween a la que habían asistido hace poco a la casa de la hermana mayor de Sonia...

— ¡Pero si te veías hermoso de conejo! — Dice Sonia con una voz dulce dirigiendo su vista hacia Zarún.

— ¡No me fui de conejo, me fui de liebre! — Contesta un poco molesto el castaño.

— ¿Y cuál es la diferencia? — Pregunta Anubis con una sonrisa de oreja a oreja.

— Las liebres tienen unas orejotas grandes, — Empieza a explicar el ojos miel al hacer varios movimientos con sus manos. — son de mayor tamaño que los conejos y tienen cola más larga. Los conejos tienen cola chiquita, como una bola de algodón.

— Pero tú tenías puesta una cola así... — Dice Saúl al darle un pequeño trago a su capuccino.

— ¡Ah, tú cállate "Gatúbelo"! Que te tuvimos que sacar a rastras del lugar por lo ebrio que estabas...

Sonia y Anubis soltaron a reír de inmediato, no sólo por recordar el cómo fue que tuvieron que sacarlo y subirlo a un taxi para llevarlo a su casa, sino que también rieron por el apodo de "Gatúbelo" que, seguro, sería un pequeño nickname extra para él de ahora en adelante.

— Hijo de puta... — Comienza el ojos negros hacia el castaño. — ¡No te atrevas a llamarme así!

— Creo que ya lo hizo... Gatúbelo. — Sonia lo mira con una sonrisa pícara y burlona mientras que Saúl la mira con cierto desprecio.

— Okay, okay, ya no te llamaremos así. — Habla Anubis después de reírse un poco. — Ahora tenemos que ver el asunto por el que vinimos desde el principio. Sonia... — Voltea a ver a la morena.

— ¡Ah, cierto! — Reacciona Sonia de inmediato. — Les quería preguntar que si querían hacer algo en navidad. No sé, una reunión en la casa de alguien, lo que quieran.

— Lo siento, pero yo pasaré por hoy. — Responde Zarún. — Me iré a España con mi hermana el dieciocho de Diciembre para pasar las fiestas con mis padres...

— ¿De verdad? — Pregunta Anubis algo sorprendido, a lo que el castaño le asiente con la cabeza. — Oh... ¿y cuándo regresarás?

— El primero de Enero a la primera hora de la mañana tomaremos el avión, — Responde el ojos miel. — eso si nada sale fuera de planes...

— Entonces, ¿qué tal si hacemos una reunión de los cuatro el dos de enero?

— Mm... no suena mal. — Dice Saúl al recargarse más en su asiento y cruzar sus brazos.

— Pero el dos yo trabajaré. — Habla Zarún. — No puedo faltar así porque sí, mi jefe también se irá de vacaciones, pero regresará el primero y el día dos toca trabajar. Se cabreará si no me presento.

— Es cierto... — Continúa el moreno. — ¿Y que tal si hacemos una acampada en la playa el primero? — Propone Anubis. — Llegas de tu vuelo, descansas un poco y a las siete nos vemos en el malecón. Ahí vemos dónde acampamos.

— Pero entro a trabajar a las ocho de la mañana... — Replica el castaño.

— No importa, — Responde Sonia. — nos levantamos temprano.

— Incluso si nos levantamos temprano, mi casa queda lejos de aquí... — Dice Zarún. — Llegaré tarde al trabajo.

— Puedes llevar ropa extra y cuando nos vayamos te puedes ir a duchar a mi casa, tu trabajo queda a pocos minutos de ahí... — Le propone nuevamente Anubis al castaño. Zarún voltea de inmediato a verle y no puede evitar el que sus mejillas se tornen ligeramente rosadas.

EdénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora