Capítulo 6: Una buena noche.

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Han pasado dos semanas desde la última vez que Anubis y Zarún se vieron. Anubis le ha llamado por teléfono varias veces después de que le ayudara hace unos días para saber cuándo podrán salir de nuevo, pero Zarún responde que se encuentra ocupado buscando un trabajo.

Hoy, al ser sábado, espera sí pueda verse con él. Hay tantas cosas que el moreno quisiera saber de la actual vida de Zarún. Quiere llegar a conocerlo un poco más para evitar cometer errores al hablar y tratar de no tocar tema de cuando eran niños...

El teléfono suena, Anubis se encuentra sentado en su sofá favorito en la sala de su hogar, esperando que Zarún conteste.

— ¿Hola? — Por fin contesta.

— Ey, Zarún. Soy Anubis.

— ¡Ah! Hola, ¿qué tal?

— Bien, gracias. ¿Y tú?

— Regular... — Dice con voz un poco desanimada. — por fin conseguí un trabajo.

— ¿Y por qué suenas así? — Pregunta Anubis. — Deberías estar al menos un poco feliz. Has trabajado duro para conseguir uno.

- Sí, bueno... Es en una tienda de libros. Es pequeña y al entrar pensé que no sería mucho trabajo, pero no resultó ser así...

— ¿Te agarró de sorpresa, huh? — Pregunta con una sonrisa.

— La verdad, sí, — Ríe a lo bajo.

— ¿Y cuánto tienes trabajando ya?

— A penas tres días.

— ¿En serio? — Dice sorprendido. — ¿Y tan pronto te estás cansando?

— No es fácil. — Contesta Zarún. — He trabajado en bibliotecas allá en España. ¡Pero aquí, a pesar de ser un lugar pequeño, hay mucho que hacer! Es atareado, en especial cuando tienes un jefe que te grita por cada cosa.

— Ah, te tocó uno de esos... — Replica al hundirse un poco más en su sofá mientras cambia de canal en el televisor con el control remoto.

Entra un silencio que acapara más o menos unos cinco segundos.

— Oye, — El moreno decide avanzar en la conversación. - te llamaba para preguntarte si te gustaría ir por unos tragos en la noche.

— Pero, hoy trabajas, ¿qué no?

— Sí, me refería a si te gustaría ir al bar. Estarán ahí Saúl y Sonia. ¿Sí recuerdas a Saúl, verdad?

— Mm... ¡Ah, sí! El que me presentaste cuando fuimos a hacer compras.

— Sí, — Contesta alegremente. — ellos tienen ganas de verte. En especial Sonia.

— ¿De verdad? — Pregunta sorprendido.

— ¡Sí, parece que les caíste muy bien!

— Oh... Hehe. - El muchacho suelta una risa nerviosa y un tanto apenada. — Bueno, si ese es el caso, entonces iré.

— Genial. — Anubis siente de inmediato una calidez en su pecho y sonríe ante su respuesta. — Entonces allá nos vemos. — Continúa. — ¿Sí sabes cómo llegar, verdad?

— Sí, ya estoy memorizando bien todos los rumbos de esta ciudad.

— Okay... ¿Estás trabajando ahorita?

— Sí, pero justo cuando me marcaste entré en mi receso.

— Oh, lo siento haha, ya te estoy quitando tu tiempo de comida.

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