Capítulo 21: Amanecer

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N/A: Último capítulo...

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Secuencia: Recuerdo No 392094099 a las 0:42
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Bodega abandonada
Bromley, Gran Londres, Inglaterra, Reino Unido.

¡Crack...!

Se dan la vuelta viendo que se trataba de una bomba molotov, haciendo que el piso se encendiera en llamas, como habían distintos papeles y cartones también allí, el fuego empezaba a propagarse rápido, otro par de las mismas armas explosivas fueron arrojadas por las otras ventanas haciendo que el fuego comenzara a aumentar, los dos corren a una puerta con tal de alejarse, de la puerta principal venía entrando Axel...

—Maldición... él enloqueció...

¡Crack, crack!

Más llamas aparecían, una de las bombas molotov explotó cerca de los dos encendiendo un grupo de cajas, las llamas se extendían rápidamente por el lugar hasta el techo, el humo hacía que la visión de ambos disminuyera, al igual que pasaba con el oxígeno...

Escuchan la voz loca de Axel llamándoles para que fueran con él, ninguno de los dos estaban tan locos para hacer eso, esquivan de pronto dos bombas más que salieron de la nada al lado de ambos, casi quemándolos vivos, el fuego cada vez se hacía más intenso tal cual como el calor, pasan por una puerta y la cierran, otra bomba más estalla por la misma y se expande más rápido de lo que ellos pueden moverse, rápidamente extendiéndose por el resto de la habitación.

La mujer para y empieza a toser fuertemente, casi con ganas de vomitar, cansada y casi sin esperanzas, el rubio la mira y se le acerca preguntándole qué pasaba, ella le dijo que no se siente bien por lo que decide cargarla en sus brazos, aún cuando de un lado su herida, sangrante aún y con riesgos de infectarse punzaba fuertemente cual aguja. Ella se niega en un principio para no causarle más daño, tratando de hacerle creer que estaba bien, pero él estaba dispuesto a cargarla aún estando débil y habiendo perdido una buena cantidad de sangre.

¿Para qué negarlo? Los dos estaban muy débiles y cansados, probablemente con quemaduras de primer a segundo grado, además de ello nada podía asegurar que el humo que estaban inhalando no era tóxico, podían morir si no salían de allí, o igual si lo hacían... quién sabe... entonces llegan hasta una pared, las llamas se acercaban no tan rápido como antes pero sí lo hacían, dando una visión lúgubre de las cosas, la mujer baja de sus brazos dejando que su novio se apoyara contra la pared cansado, el sudor baja de sus frentes a toda velocidad, los dos perdiendo agua rápidamente así...

—Chris vamos... —dice ella buscando animarlo —vamos... aún podemos salir de aquí... —cierra los ojos —Aún tenemos una leve esperanza supongo... una muy leve... —piensa sombríamente

El mismo le mira, con sus azules llorosos, se mueve a ella poniendo su mano sobre su hombro para abrazarla, el mismo no dice nada... solo se queda mirando a todos lados buscando cómo seguir, buscando que aún hubiese un pequeño rayo de esperanza para ellos... entonces encuentra lo que tanto buscaba...

—Una puerta... ¡Una puerta...!

La morena se da la vuelta, viendo una puerta de madera, sus ojos se inundan de más lágrimas al verlo, el oji-celestes británico corre en dirección a la misma, usando su brazo lastimado la golpea intentando derribarla cual mazo, el dolor le invade en su intento fallido haciendo que retrocediera llorando de dolor, pero aún así carga energías lo vuelve a intentar determinado en salir vivos de ello. Lo intenta una, otra, otra, otra vez para el dolor de Helena quien se había llevado las manos a su boca horrorizada por el esfuerzo sobrehumano de su novio. Él lo hacía por ellos, por todo lo que había luchado hasta ese preciso momento, entonces luego de varios intentos finalmente la puerta cede, rompiéndose y dejándolo pasar... el rubio cae al piso adolorido, la mujer sale cansada y se tira suavemente a su lado, quedando de frente, miran para arriba viendo que se encontraban afuera...

Una historia en Londres (Chris Martin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora