Capítulo 4: Letras

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25/03/1998 a las 12:30
Universidad de Londres
Londres, Gran Londres, Inglaterra, Reino Unido

Podemos ver a Chris comiendo algo en la cafetería de la Uni con sus amigos, nada más sencillo que unos sándwiches con algo de jugo y añadiendo alguna cosa extra, hablando de algo, y digamos que ese algo involucraba a la banda, a la cual le cambiaron de nombre a "Starfish", ya que el otro parecía algo... bueno... tonto, y ahora estaban hablando de los ensayos y eso. El próximo "concierto" sería en dos días en el mismo bar. Y ahora veían qué podían hacer... ¿Mencioné que Phil aún no había contado eso que el rubio ya sabía? Ah bueno...

El timbre suena, indicando un nuevo periodo, los cinco se quejan, aún así se ponen de pie y se largan a sus clases, Jonny acompaña a su rubio amigo a su clase, tiran la basura en los basureros y se disponen a irse a sus respectivos salones hasta que tropieza con algo, cayendo de cara, las personas a su alrededor se reían de él, frunce el seño, se pone de pie sin ayuda de su amigo, se arregla un poco y se disponen a seguir caminando mientras ignoran las burlas de todos.

— ¿Estás bien Martin? —pregunta Jon

—No me golpeé fuerte, ni siquiera fue la gran cosa —responde

Logra notar cierto atisbo de enojo por esa caída, más un brillo de lo mismo en ese par de brillantes ojos celestes, él era ligeramente orgulloso, pero no lo suficiente, ese lado más humano siempre volvía al mando, si su orgullo tomaba el mando no duraba más que unos cuantos minutos —al menos la mayoría de las veces era así— como para que se le pasara.

Algo que no entendía era cómo a sus alturas —desde el punto de vista de Jonny por cierto—, el rubio aún no tenía novia, o al menos no tenía a nadie en el momento, de hecho hasta llegaba a ser objeto de burlas sin motivo aparente, y no, no era gay; sencillamente se le hacía extraño que todo eso le pasara siendo que tenía todo lo que cualquiera, pero cualquiera quisiera tener de un hombre, aparte de ello sabía hacer chistes malos que daban risa, lo cual era como un don para muchos.

Llegan a la clase de Lengua Latina, ambos se separan, uno se retira y el otro entra, sentándose en una mesa, el rubio saca sus cosas y revisa que tuviese todo, incluido apuntes de la clase anterior más algunas cosas de investigación, los lápices y una libreta que parecía ir a la mitad, abre ésta y mira todo lo que tiene, suspirando en señal de alivio al dar cuenta que tenía todo en orden... escuchaba los cuchicheos de todos en la clase, no hablaban de él ni de Jonny o algo parecido, hablaban más bien del susodicho asesino...

Intentaba ignorar los rumores acerca del tipo y su identidad, lo único que se sabía era que atacaba cada cierto tiempo, más o menos en un intervalo de una semana, usando métodos que marcarían un conocimiento en el campo médico, ya fueron cuatro víctimas en todo ese tiempo, el penúltimo se dice que fue un corte limpio en el cuello, mientras que el último usó un veneno potente para corroer las venas del corazón según las autopsias. Lo que había escuchado también en las noticias era que sabía ocultar bien sus rastros como Jack el destripador, por no haber sospechosos, pero se rumoreaba mucho de Erick Walker con sus habilidades... aunque en realidad nadie sabía quién podría ser...

No había rastros, no había huellas dactilares, no había descuidos, no había nada, al punto que en poco tiempo la investigación acabaría por congelarse, la única razón por la cual encontraron el último cuerpo fue porque la misma víctima había llamado a la policía diciendo que intentaban matarlo, pero al llegar no quedaba nada. Lo único que sabía era que no quería encontrarse a ese tipo bajo ninguna circunstancia, no iba a ser otro más en lo que podría ser una larga lista futura...

Una historia en Londres (Chris Martin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora