I love you 5 >> Stydia

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I love you five times more than any boy from before
Cause all they really cared about was whether you put out
And I truly believe, I truly believe
That this love could be

Sintió la mirada de Stiles desde el otro lado de la recámara. Scott se encontraba diciéndole cosas relacionadas al videojuego que se encontraban jugando en el momento, pero él no le prestaba atención. Fingía que estaba escuchando y repetía frases aleatorias de vez en cuando para que no sospechara, pero su atención estaba fijamente concentrada en ella. Lydia se acomodó los mechones de cabello que se le escapaban de la coleta, ya que sentía que la hacían lucir desalineada, y eso le daba un gran temor; puesto que no podía soportar la idea de que Stiles la encontrara fea por eso. Que la encontrara fea en lo absoluto. Y era gracioso, ya que en realidad, para él la hacían lucir adorable. Quería ir hasta ella, acariciarle de forma suave esos cabellos que se habían empeñado en no mantenerse peinados, y besarla hasta que ambos ya no pudieran aguantar la necesidad de respirar.

Stiles frecuentemente se preguntaba cómo era que Lydia no notaba lo mucho que gustaba de ella, al igual que ella se cuestionaba cómo era que él no distinguía que sentía lo mismo por él. Que sus sentimientos eran correspondidos. Y vaya que ambos tenían motivos para sospecharlo. La verdad era que Stiles no sólo pensaba, si no que era consciente que Lydia estaba completamente fuera de su alcance. Tan preciosa y divertida, tan carismática e inteligente. Se le hacía imposible que alguien no sintiera algo por ella, aunque fuera simplemente atracción. Todos los que se encontraban en la recámara en aquél momento habían tenido su fase de enamoramiento por Lydia Martin. Todos menos Scott, obviamente; puesto que son hermanos. Él se encargaba de mirar con recelo a cualquiera que se acercara a su hermana menor. Sólo se llevaban dos años de diferencia, pero él nunca la vería de una forma diferente a su hermana bebé que debía proteger.

Y precisamente por eso Lydia nunca quería que la viera en sus momentos de debilidad, pues la idea de que Scott tenga más razones para verla como alguien débil le molestaba.

Es por ello que cada vez que ella se permite llorar es únicamente en la noche. El momento en el que Scott duerme y es imposible que pueda escucharla llorar, ya que su hermano tiene el sueño pesado y jamás podría oírla. No podría oír que le llora a un padre que la abandono mucho antes de que supiera que necesitaba uno.

Pero Stiles no tiene el sueño pesado, y escucha cada sollozo que Lydia emite cuando se queda a dormir con su mejor amigo. Cada desgarrador sonido que podría ser de poca intensidad para cualquiera, pero que para él era una tortura. Una tortura imaginarse que Lydia pudiera sufrir de tal forma y completamente sola sin nadie que la consuele.

Y esa era la razón por la que Stiles se escabullía a su habitación cada vez que la escuchaba llorar.

Lydia al inicio jamás se imaginó que le permitiría entrar. Tampoco le agradaba la idea de que Stiles la viera llorar, pero una vez sintió los brazos del chico rodearla en un abrazo, se derritió totalmente y cada inseguridad que sentía que le producía el simple hecho de que Stiles la viera de tal forma se esfumó. La huella de sus dedos se quedaron marcadas en su piel sin dejar rastro alguno.

Al inicio Stiles solamente la abrazaba y le acariciaba el cabello, y en otras ocasiones le dejaba pequeños y fugases besos en la mejilla o frente. Pero Stiles comenzó a ir con más frecuencia, incluso aunque Lydia ya no llorara. Se había vuelto algo habitual de ellos, una especie de nueva tradición que por más que se llevara a cabo no perdía lo especial.

Ahora incluso hasta se recostaba al lado suyo. Ella en ocasiones recargaba su cabeza en su pecho, o en otras en la almohada pero con su frente recargada en el castaño. Eso sí, todas las veces se abrazaban o entrelazaban sus manos por ley. Cada caricia o cada palabra de consuelo que Stiles le diera, era lo que le enseñaba lo bueno que era como persona. Y cada una de esas cosas le demostraba que era demasiado para ella. O eso pensaba.

[500] days of oneshotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora