56. Por poco...

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Los padres de Budo fueron a la policía para denunciar su desaparición. En esta ocasión, los agentes vinieron con perros para poder rastrearle. En cuanto me enteré cogí un gato y lo maté para que su olor despistase a los perros.

- Seguro que ha sido el maldito asesino del instituto... - dijo Sho Kunin, un compañero del Club de Kárate y mejor amigo de Budo Masuta.

Mina Rai apretó el puño. Pareciera que estuviese a punto de llorar, pero no fue así. Echó una mirada al entorno y me miró:

- Supongo que estarás contenta de que cerremos también nuestro club.

- ¿Eh? - dije.

- No te hagas la tonta.

Shima Shita se puso en medio.

- ¡Mina-senpai! ¡¿Qué estás insinuando?! ¡Ayano-chan es una de los nuestros!

- O al menos eso es lo que le conviene. Dime, Shima-chan, chicos, ¿no es curioso que a cada club que vaya Aishi-chan acaban cerrándolo porque le ha pasado algo a su líder?

- ¡También han desaparecido los delincuentes junto a su líder! - apuntó Juku Ren.

- Otra líder... ¿qué pasa, Aishi-chan? ¿Pretendes acabar con todos los líderes? ¿Es por algún libro de esos que hayas leído? Según me dicen, el año pasado estabas sola.

- Rai-senpai... - dije, aunque no pude evitar cierto tono de enfado - ... No sé qué estás diciendo.

- La típica frase de hacerse la víctima cuando en realidad eres la culpable - dijo Mina.

- ¡MINA! - dijeron todos los demás del club de Kárate.

- ¿Ayano Aishi? - dijo un policía.

Todos le miraron.

- Acompáñeme.

- Espero que el inspector la examine... estoy segura de que es ella - dijo Mina Rai.

A esa maldita despechada había que matarla... Lo peor fue cuando apareció Senpai. Me miró con cierto miedo en su rostro y no supe si creía a Mina Rai o qué narices estaba pasando. Solo esperaba que eso no me alejara de su corazón...

Entré al despacho donde estaba el inspector. Era el mismo imbécil de hacía semanas, cuando ocurrió lo de Koharu, la antigua líder del Club de Cocina. Al lado estaba el director del instituto. 

Hacía tiempo que no veía al director... Era un hombre triste. Se llamaba Kocho Shuyona y tenía casi 60 años. Tenía el pelo castaño con canas, gafas circulares y tenía barriga cervecera. Ese día llevaba un jersey verde con pantalones beige.

- Hola de nuevo, Aishi-san. Siéntese, por favor - pidió el inspector.

Me hizo un interrogatorio. Dónde estuve por la tarde, qué clase de relación tenía con los desaparecidos, qué creo que podría haberle pasado... Yo por supuesto mentí, dije que en cuanto terminé las clases de kárate y hablé un rato con Budo me fui a casa a leer manga.

- ¿De qué hablaron Masuta-san y usted?

- De mis progresos en el club. Sí, estaba muy implicada en las actividades.

- Eres como tu madre - añadió el director. Sí, en efecto en la época de mi madre también él estaba como director, recién llegado además. Esbozó una pequeña sonrisa que le duró medio segundo.

El inspector sonrió:

- Es curioso. Según el historial de casos te has unido a todos los clubs que debido a estas desapariciones han tenido que cerrar.

- Sí, es bastante curioso - dije intentando dar pena. -Debo tener una maldición o algo...

- Es posible... ¿sabe qué, director? Esto me recuerda al caso que hubo en este mismo instituto sobre una chica desaparecida en los años 80 ¿Se acuerda usted?

- Oh... sí... - respondió melancólicamente.

- Después de decirle a Aishi-san que vuelva con sus amigos ¿me lo podrá volver a contar?

- Ah... sí... claro... por supuesto.

El inspector sonrió satisfecho.

- Puede marcharse.


- ¿QUÉ LA HAN SOLTADO? ¡SE ESTÁN EQUIVOCANDO! ¡ELLA ES...!

Shima, Sho y Juku callaron a Mina. Al menos tenía a 3 que confiaban en mí. Midori Gurin estaba haciendo fotos como siempre, pero para mi sorpresa no vino a asaltarme como solía hacer. De hecho me miró y no hizo nada.

- ... Qué raro - murmuré.

- Eso mismo digo yo.

Me giré. Eran las hermanas Basu.

- Vosotras.

- ¿Segura...? - preguntó Inkyu a su hermana Sakyu.

- Sí - respondió esta - Venimos a felicitarte. De nuevo vuelves a ser declarada inocente.

- Ungh...

- Solo venimos a advertirte un par de cosas ¿Te acuerdas de ELLA?

- ¿Ella...?

- La chica de la videollamada de Skype.

- !!! - Aquella chica me había amenazado en cuanto me vio ponerme al ordenador. Ella sabía quién era, qué había hecho... lo sabía todo - ¿Quién es?

- Eso pronto lo descubrirás, nosotras no te lo podemos decir - dijo Sakyu, - sin embargo, quiero que sepas que se le ha comunicado lo que ocurrió verdaderamente ayer. Al parecer se te escaparon varios súbditos de Shidesu-san, claro que no iban a ir a la poli ya que eso iba en contra de sus principios como vándalos... por lo tanto fueron a su casa a contarle a ella lo ocurrido.

- ... Supongo que tampoco me diréis dónde esta esa casa suya.

- No. Pero a cambio te estamos advirtiendo. A partir de mañana van a instalar unas cámaras de seguridad. El director ha dado su brazo a torcer y lo ha consentido. Ten cuidado con tu próxima víctima.

- No van a haber más víctimas. Hoy mismo es viernes. Voy a confesarme a Senpai. 

-!! Ohhh, vaya. Me alegra escuchar eso ¿Quieres varios consejos para cuando te toque... ya sabes... ser suya en la cama? ;3

- QUÉ O//////O - mi corazón se disparó.

- Jijijiji~ Bueno, Yandere-chan... parece que tu misión acaba aquí.

- Ten cuidado - intervino Inkyu. 

Según vi, la hermana pequeña Basu no estaba segura de si decirme eso desde hacía tiempo, pero parece que se decidió por fin.

- ¿Más cuidado aún? - pregunté.

- Alguien que presume tener confianza contigo... te traicionará.

- ¿Quién? ¿Qué?

- ¿Lo has visto en una visión? - preguntó Sakyu a su hermana.

- Sí... algo así.

Maldición... hablar con esas dos siempre me ponía los pelos de punta. Siempre decían que me explicarían ciertas cosas, y más que respuestas me creaban más preguntas. Eso y que no eran nada más ni nada menos que una súcubo y una vampira.

- En fin. Hablaremos - dije  - No pienso perder un minuto más.

Saqué la carta que una vez escribí contando mis sentimientos. La escribí justo en la misma noche después del primer día de clase. Después de chocarnos y conocernos... Desde entonces siempre soñé con que Senpai la aceptaría. Todo eso ocurrió mucho antes de todo esto... las muertes, las rivales, las mentiras... 

Pero por fin era la hora. Por fin era el momento de que Senpai fuese mío. POR FIN IBA A CONFESARLE TODO LO QUE SENTÍA ♥

- ¡ONI-CHAAAAAAAAN!

- ¿Mmm? ¿Qué fue eso?

Me giré y me quedé en blanco. Una niña de coletas abrazó a Senpai.

- Ups - comentó Sakyu. El mundo volvió a tornarse oscuro.

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