Yandere Simulator, el fanfic

21. No he podido más. Adiós. Fdo: Kokona Haruka

Era  jueves por la mañana y había sido de las primeras en llegar al instituto. Saqué la nota rosa que había escrito esa misma noche.

"Hola Haruka-chan. Quiero hablar contigo sobre abuso doméstico. Te espero  en la azotea a las 4.00 pm. Espero que vengas."

Me acerqué a la taquilla de Kokona y se la dejé. Rápidamente me alejé de ahí y fui a mi taquilla. 

- Jijijiji~

- ¡OHAYO, YAN-CHAN!

- Oh... Midori-chan...

- ¡Tú también has venido pronto!

- Seh~

- ¡Yo he querido hacer un par de fotos al insti para sorprender a los de mi club! >D<

"Nadie te ha preguntado e_ê".

- ¡Ah! ¡Y magnífica actuación en la obra de ayer! ¡Estuviste genial! ¡No sabía que te gustaba eso de sustituir a los actores! ¡Hice montoooones de fotos! ^D^

- Espero no salir en las que subiste a Facebook -o-

- Tarde :P

- e.e

- ¡Por cierto! ¿Te has enterado? ¡Una chica del instituto volverá por fin a venir a clases!

- El curso comenzó hace semanas.

- Lo sé. Es bastante extraño... Tal vez estuviera de viaje...

- ¿Sabes quién es esa chica?

- ... Es la tenebrosa y rarita esa que es líder del Club de Ocultismo, Oka Ruto.

- Vaya... ...En fin - dije - Disculpa, tengo que ir a clase.

Justo cuando iba a cerrar la taquilla, vi que dentro había algo que no conocía. Era una cinta de casette. No podía ser... Nadie pudo haberla metido por la ranura de la taquilla... a no ser que alguien tuviese una copia de mi llave y la metiese... ¡NO PUEDE SER!

- ¡Oh, sí! ¡A clase! - dijo Midori.

Cogí rápidamente la cinta y me fui a clase, algo preocupada por quién podría haber sido el listo. Tras un par de horas llegó la hora de comer e intenté ir al Club Gaming para usar el reproductor de casettes, pero aquel día la sala estaba cerrada por reformas debido al cambio de club, por lo que tendría que esperar hasta el día en que abrieran la sala. Decidí, pues, entrar en el Club de Drama... y coger unos guantes de látex y una máscara de youkai, un demonio japonés.

Volví al patio y vi a mi rival Kokona Haruka... Ella estaba tan deseosa de que llegase el día siguiente para confesar sus sentimientos a MI Senpai... Tal vez teniéndole como novio superaría lo de su padre... Lástima que mi Senpai fuese MÍO.

Las últimas horas de clases fueron eternas pero por fin finalizaron y salí corriendo a la azotea. Me puse los guantes y la máscara para ser irreconocible. Entonces, tras un rato de espera, por fin el reloj dio las 4 de la tarde.

- Tiene que venir...

Ya eran las 4:07 pm. 

- Llega tarde... ¿Por qué no viene? Ahora mismo podría estar stalkeando a mi querido Senpai... ¡Oh! ¡Ahí está!

Kokona caminó y se puso frente a la barandilla de la azotea contemplando el paisaje.

- ¿Quién puede ser el que me pidió venir? - sí, definitivamente Kokona hablaba sola de vez en cuando -  Si Saki-chan no es... ¿quién querría hablarme de abuso doméstico? ¡Oh! ¿Y si es Taro-kun? .//.

- Estúpida - murmuré.

Me acerqué a ella sigilosamente... Ella no se percató en ningún momento. Entonces la empujé contra la barandilla.

- ¡AH! - protestó.

A continuación la sujeté de los pies y la empujé más hacia delante, hasta que conseguí que se cayese y le quitase los zapatos. Caía mirando hacia arriba encontrando al culpable... Nuestras miradas chocaron, la suya de terror y la mía de profunda satisfacción... y mientras caía chillaba histérica, pero nadie la iba ayudar. Y por fin cayó. Sus huesos crujieron en cuanto llegó al suelo. 

Dejé los zapatos de Kokona en el suelo mirando al frente simulando la tragedia. Se había suicidado, no con un veneno ni con un cuchillo, sino tirándose desde la azotea del instituto. Escribí una nota simulando la letra de Kokona, letra en la que me había estado fijando durante los pocos ensayos que tuvimos y en lo poco que tuvo que apuntar Kokona con respecto a la actuación.

"No he podido más. Adiós. Fdo: Kokona Haruka."

Miré hacia abajo. Su cuerpo entero estaba extendido sobre el césped chorreando sangre.

Dejé la nota apoyada en los zapatos, me quité la máscara y los guantes de látex para guardarlos en la mochila, y salí corriendo de la escena del crimen. Bajé las escaleras nerviosa y una vez llegué al patio, vi que los primeros alumnos que vieron el cuerpo de Kokona se amontonaban alrededor. Pronto más alumnos, los profesores, la ambulancia y la policía iban a llegar.

- Debo irme, debo irme.

Entonces, mientras andaba apresurada hacia la salida, no me percaté en que coincidí con alguien que caminaba a sentido contrario al mío. Su piel era pálida, tenía el pelo oscuro y desordenado, sus ojos lilas estaban vacíos y caídos, con unas ojeras que indicaban que no dormía bien por las noches. Llevaba medias y guantes oscuros con un estampado de tela de araña y en el cuello llevaba una gargantilla. La banda roja que llevaba en su brazo izquierdo indicaba que era la líder del Club de Ocultismo.

- Un peligroso mal ha caído sobre este lugar.

Ni siquiera cruzamos las miradas, pero solo con su presencia y su voz sentí algo dentro de mí que nunca tuve anteriormente: terror.