Superacion

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Superacion

El tiempo pasaba y no sabia como sentirme en las mayorías de las ocasiones. Algunas veces me encontraba sonriendo sin saber porque y otras melancólicas mirando a una pareja o  aun niño corriendo por el parque y deseando que ese niño fuese mío, alguien que me quisiera pasase lo que pasase, que su amor jamás acabase y nunca me lo pudiesen quitar… los cambios de humor eran tan dispares, tan confusos y deseaba locamente que desapareciese en cualquier momento.

El trimestre ya estaba por acabar, y las cartas de solicitud de universidad venían una tras otra, lo único que sabia era de que aun quería hacer medicina pero no en la universidad de él, el innombrable, como lo había bautizado la lokita de Erika.

Me había mudado de casa de mis padres, se me había echo imposible vivir hay, y con lo que tenia ahorrado y el dinerito que ganaba en mi trabajo a media jornada podía permitirme vivir en un piso de estudiante en la manzana.

Las cosas debían ser así, era lo mejor para mi, hacer como si nunca hubiese existido, como si jamás hubiese seguido sus labios con la mirada, o reído de su manía de explicarme cada cosa con gestos como si fuese la cosa mas simple del mundo, y besado sus labios hasta sentirme llena, completa.

El teléfono sonó y rápidamente lo agarre era Eri preguntando si hoy íbamos a salir como estábamos haciendo cada sábado desde el accidente, pero se la notaba recelosa y con pocos ánimos.

-¿Qué pasa?-Dije temiéndome lo peor.

-Es que hoy viene Esteban, quiero pasar la noche con el…-Ya me lo olía, y lo entendía, las parejas deben pasar momentos como esos lo mas a menudo que pudiesen.

-Entiendo pásalo bien yo me iré a dormir. Kisss Te quiero lokilla.

-Buenas noches, no salgas. Mañana te llevo churros para desayunar.

-Claro que no, me muero de sueño. No es fácil ser una chica de matricula….- La verdad es que cogía la escusa de estudiar para no pensar en nada mas.

-Jajajaja… Buenas noches.

-Buenas noches.

Nada mas colgar, realmente pensé  en irme a la cama, no tenia nada que hacer el proyecto ya estaba acabado y revisado por mi profesor, y no me apetecia mucho estar en casa, por lo que me levante de la cama y fui a mi armario, y saque una minifalda a cuadros escocesa cinturones metálicos y una camisilla negra, que conjunte con unas botas heaves. 

Últimamente me daba por un estilo mas RockDark y sabia que eso no era muy normal pero no me importaba, entre en el coche, y conduje hasta la avenida principal cercana a la costa, hay aparque en una esquina para bajarme e ir a la guarida realmente era todo lo contraria a una discoteca, ya que aunque hubiera un escenario y música a tope, la gente iba mas que nada por las mesas de billar y las de futbolín nadie solía bailar y eso es lo que me gusta, ya no me gustaba bailar, es mas lo aborrecía.

Me tome varias copas no se cuantas, coquetee con varios chicos, todos ellos me parecieron asquerosos pero no me importo, no eran el, pero se daban un aire y eso era lo único que me importaba, incluso cuando acabo la noche y salí al callejón seguida por el metalero de media melena con el salcillo en la ceja, en lo único que podía pensar era que no era el, pero al entrar en el coche, y rodearlo mientras el me acariciaba mi cuerpo, ese era el único pensamiento que me gritaba en la cabeza, “NO ES EL, NO SON SUS MANOS, NO ES SU BOCA, NO ES SU LENGUA LA QUE TE SABOREA…”

-ALÉJATE DE MI IMBÉCIL.

-¿Qué…?

No se que fue lo que se apodero de mi pero abrí la puerta, y le eche de un empujón, lo vi enredado entre su pantalón ya desabrochado, lo que me dio tiempo a cerrar la puerta y poner en marcha el coche para irme a casa, pero estaba tan cansada, solo deseaba desaparecer, y que fácil seria hacerlo ahora, nadie descubriría la verdad…. 

Los meses pasaban, y veía como cada día ella me lo demostraba, dejándome ver su vientre aumentar cada vez mas, quien me iba a decir que una simple noche de olvido acabaría así.

-Cari, la cena ya esta echa, no vas a comer.

-Enseguida voy.

Sentía como si todo fuese una mentira, y seguro lo era, aun soñaba con que un día me levantaría y estaría de nuevo en la casa de la piscina con ella durmiendo a mi lado y no viviendo esta pesadilla, provocada por un descuido imperdonable.

Cogí mi móvil y volví a marcar el mismo numero como hacia cada día, pero sonó el mismo sonido, un tono y nada, sabia que me rechazaba la llamada, pero aun así esperaba que un día me dejase volverla a escuchar, aunque fuesen solo insultos, aunque fuese para maldecirme mil veces mas de lo que ya lo estoy, solo déjame entrar de nuevo a tu vida un segundo, déjame tocar el cielo que eres tu para mi.

“Ring, Ring”

Cogí el teléfono, esperanzado con que fuese ella pero era del hospital, hubo un accidente en la autopista, necesitaban que volviese y así lo hice, me despedí rápidamente y volví al trabajo así mi mente no pensaría en nada mas, solo trabajaría y trabajaría asta que mi cuerpo dijese basta para volver a casa y solo dormir hasta el día siguiente.

Sabia que era un modo cobarde de vivir, casi asta despreciable para la que ahora era mi mujer, pero tenia que admitir su eficacia, por el momento.

Al llegar al hospital vi el desastre que se había formado, varias personas heridas, otras enfermas, ya no recordaba por que estaba en la planta de urgencias, hasta que un enfermero vino con un historial en la mano, una chica joven había resultado herida en su coche por culpa del accidente nada mas mirarlo salí corriendo, no podía ser…

Llevaba mas de una hora en la puerta esperando a que alguien me abriese, ya me temía lo peor, volví a marcar el numero de teléfono, pero me daba apagado, ¿es que no pensaba venir? Le había dicho que le traería churros para desayunar.

Me temía ya lo peor, le habría pasado algo, quizás estuviera en casa de sus padre, pero temía llamarlos y que se preocupasen o que anoche saliese y hubiera pasado la noche en casa de un chico, entonces no sabría si alegrarme o enfadarme necesitaba olvidar y últimamente no dejaba que muchos chicos se le acercase.

Decidí esperar un poco mas y dejar ver como iba las cosas si en cinco minutos no venia llamaría a sus padres y que ellos decidiesen que pasaría. Pero al hacer la llamada, me arrepentí por haber tardado tanto la bolsa salio volando de mi mano al contenedor mas cercano y mis pies no pararon de correr hasta llegar a mi moto y aparecer en el hospital, que había echo esta loca, las lagrimas salieron sin parar de mis ojos, y solo podía rezar mis oraciones en silencio, pidiendo que no le pasase nada, que por favor no se la llevase, aun siendo el ángel mas bello que conociese en esta tierra, que me la dejase un poco mas, que yo la necesitaba, “por favor Dios sálvala y déjamela”

Te recordare siempre, Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora