El autobús pasa por la quinta parada y en la siguiente me tengo que bajar yo. A mi lado hay una chica perfecta, con su pelo perfecto, su cara perfecta y cuerpo perfecto. Está escribiéndole algo a alguien.
Esa chica me cae mal... mírala. Tú nunca llegarás a ser tan guapa como ella.
—Cállate.
La chica me mira y me dice en tono amable:
—¿Me has dicho algo?
Yo niego con la cabeza.
—¿Cómo lo haces? —pregunto con miedo.
Me mira extrañada.
—¿El qué?
Suspiro y le miro directamente a los ojos.
—Ser tan... perfecta.
El autobús se detiene; esta es mi parada. La chica se queda mirádome mientras que yo bajo con cuidado el escalón hasta poder tocar el suelo de la calle. Me coloco la bolsa y me pongo mi capucha.
—¡Di! ¡Di, espérame! —grita alguien.
Me doy la vuelta y veo a Niall corriendo hacia mí.
—Hola, rubio, ¿que haces?
—Un poco de ejercicio —respira y se vuelve a colocar la capucha de la sudadera azul que tiene—. ¿Ya has venido del psicólogo?
Asiento.
—Vamos a mi casa, te prepararé un chocolate o algo.
Niall sonrie y acepta mi propuesta. La lluvia ya ha cesado un poco y nosotros comenzamos a andar en dirección a mi casa. Pasando por el edificio de tres plantas algo deterioraro y atravesando el pequeño parque deshabitado, llegamos al edificio en el que vivo. Tiene una entrada con escaleras que llegan hasta la cuarta planta, que es donde vivo. Hay un ascensor, pero no me gusta subir por él, yo prefiero las escaleras.
Una vez arriba, saco mis llaves de mi bolsillo izquierdo y abro la puerta. Entramos y Misti viene hacia nosotros con un paso alegre y lleno de energía. Su pelaje blanco está tan brillante y sus ojos amarillos parecen estrellas caidas del cielo
—Hola, Misti —saluda Niall.
Ella le contesta con un cálido ronroneo al sentir su mano acariciándole.
Yo sonrio y cojo a Misti. Todos nos vamos a mi cuarto y Niall se tumba en mi cama como si fuese su casa, cosa que, la verdad, si que es.
—Sirvienta, tráeme una taza de chocolate bien caliente.
—¿Lo quiere con una nube, señor? —pregunto siguiéndole el juego y dejando a Misti a su lado.
—Eso ni se pregunta, mileidi.
Sonrio y voy a la cocina para prepararle el chocolate cuando veo una nota pegada en el frigorifico.
"Volveré por la noche. Ten cuidado. -Mamá"
Maldita idiota... se ha vuelto a ir y te ha vuelto a dejar, volverá otra vez ebria.
—No hables así de ella, es mi madre —grito.
—¿Con quien hablas, Di? —pregunta Niall desde mi habitación.
Cállate, no digas quién soy.
—Con... con nadie —miento.
Pongo dos tazas, echo el cacao, la leche y lo caliento en el microóndas. Mientras espero me quito los zapatos y los coloco en el tendedero que hay en el salón. Cuando escucho el típico 'diiin' voy a la cocina y cojo con cuidado las tazas, preparo una bandeja con todas las cosas y voy a mi cuarto.
—¿Con quién hablabas antes? —me pregunta Niall cogiendo su chocolate e incorporándose.
—Estaba... estaba hablando por teléfoto...
No suena muy convincente y Niall me mira raro.
—¿Segu...?
Suena el teléfono. Voy hacia el salón y lo cojo.
<<¿Miriam?>>
—¿Quién es? —pregunto.
<<Nena, ¿sabes dónde está Miriam?>>
—No, y no me llames 'nena' ¿vale?
<<Tranquila, nena... avísale que he llamado.>>
—¿Cómo voy a avisala si ni sé quién eres?
<<Tú di que ha llamado David, ¿vale, nena?>>
—Como quieras. —cuelgo y dejo el teléfono en su base.
¿David...? Añádelo a tu lista de venganza, ¿vale?
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In the Shadow {Harry Styles}
Teen Fiction"Eres un monstruo..." dijo asustada. "Todos lo somos." contestó con una sonrisa y le acarició la mejilla. "Todos menos tú; tú eres un ángel."