A la mañana siguiente...
El resplandor del sol reflejaba desde la ventana de aquel departamento donde el pequeño pelirrojo se encontraba durmiendo en plena cama, descansando después de una agotadora noche.
Dazai se recargo un momento en la entrada de la cocina con los brazos cruzados, observando desde ese punto a su compañero envuelto en sabanas y recapacitando el acontecimiento que había ocurrido anoche.
-¿acaso estuvo correcto acostarme con él? Tal vez no quería hacerlo y se contuvo como siempre - pensó angustiado
Aunque no lo pareciera, Dazai le temía un poco la confianza que Chuuya sentía hacia él. Le inquietaba lastimarlo después de lo mucho que lo apoyaba, y cada vez que lo hacía ni si quiera tenia el valor de pedirle disculpas. Así es; Chuuya Nakahara siempre era el idiota que le cubría sus espaldas sin esperar nada a cambio y sin embargo Dazai nunca lo notaba. Hasta ese momento.
Sus pensamientos se desvanecieron tras un suspiro de depresión que al poco tiempo su vista cambió hacia la dirección de la cama al escuchar las sabanas alborotarse por los movimientos que empezaba a hacer los brazos del pelirrojo
Se escuchaba un pequeño bostezo por parte de este y no obstante se levantó lentamente hasta quedar sentado en la cama con sus ojos entreabiertos, mirando el alrededor del apartamento hasta parar a la silueta del suicida.
- buenos días, Chuuya - habló primero el mayor
Chuuya lo miró confundido, aun sin recordar nada mientras acariciaba su cuello cubierto de marcas rojas
- Me duele el cuello - se quejó el menor desviando la mirada del castaño.
Dazai se acerco hacia Chuuya y se sentó a su lado acercando una de sus manos hasta su cabello anaranjado, haciendo que levantara la cabeza y que nuevamente se mirasen a los ojos
- pensé que no te había lastimado - dijo apenado
Chuuya, al ver la mirada de su compañero, reaccionó recordando lo ocurrido de esa misma noche y rápidamente negó con la cabeza.
- n-no no me refería a eso - aclaro pensando en alguna excusa - tal vez me hubiese torcido al dormir, siempre me pasa
El castaño sabía perfectamente que las palabras de su compañero eran tan falsas y acercó sus labios hacia el oído de este. Sentía como la respiración del pelirrojo se entre cortaba cada que se acercaba aun más a él.
- Chuuya, no me mientas ¿si? - susurro el suicida con su expresión seria
La piel del menor comenzó a erizarse y a temblar tras sus palabras, le ponía tan nervioso, pero a la vez lo anhelaba tener cerca de él.
- de acuerdo - dijo con dificultad
Dazai se acerco hacia su semblante para darle un beso en la frente pero un ruido proveniente de la cocina interrumpió aquel momento
- oh el desayuno esta listo - recalcó con un tono optimista y desvió su mirada hacia la cocina demostrando una sonrisa tan sincera
Se levantó y caminó hacia donde provenía aquel chiflido dejando solo al pelirrojo. Chuuya soltó un suspiro de alivio mientras continuaba tocando con delicadeza el cuello cubierto de moretones rojos
- ¿¡que es lo que estoy haciendo!? - pensó decepcionado de si mismo - nunca me imagine que Dazai se atreviera a tocarme de esa mamera. Tal vez fue una mala idea dejarme llevar... Pero valió la pena
En eso Chuuya miro sus brazos y su cuerpo y se dio cuenta de que estaba completamente vestido pasando sus manos por su pecho y sintiendo el mismo ardor que sintió en su cuello. Varios quejidos salieron de los labios del ojiazul que mejor prefirió alejar sus manos y empezar a levantarse, pero en eso, sus piernas no tuvieron suficiente fuerza y comenzó a sentir un desagradable calambre en sus caderas que provocó que cayera incado hacia el suelo.
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Dulce Suicidio | Soukoku (+18)
Fanfic«descripción en proceso» - Novela Lemmon (yaoi) - se prohíben copias y adaptaciones - historia sin editar - créditos a la portada a su respectiva autora.