Parte 3

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Eran vacaciones de verano y como es común, los gemelos se habían empeñado en fastidiar a mamá para que me quedara viviendo con ellos hasta el último día, me sentía molesto, es curioso que hace un tiempo me aburría de estar todo el día solo en casa, pero ahora es todo lo contrario, añoro tener mi espacio, moverme y hacer lo que yo quisiera, sin embargo, eso es historia vieja; tal vez y estoy pagando por quejarme tanto. La desesperación de esa familia por tenerme de buena vez, los comprometió a mandar un auto que me recogiera, no tardo ni una hora en llegar frente a la puerta...

-Eren, te portas bien y no quiero oír más reclamos ¿entendiste? -

-No me pidas imposibles mamá. -

-Kuchel te tiene mucha confianza, pero últimamente me ha estado diciendo que eres muy pesado con sus hijos.-

-Eso es porque son unos abusivos.-

-Lo sé, lo sé...-

-¡¿Lo sabes?!- Pregunté consternado.

-...B-Bueno, es normal, están acostumbrados a que les den todo lo que quieren, pero no importa, debes comprender los.-

-No eres nada convincente.-

-Hijo, aún si ellos no actúan correctamente, es tu deber como el mayor dar el ejemplo.-

-Nunca me escuchan...-

-Sí, sí, pero debes de admitir que han mejorado bastante.- Contradijo. Tiene razón, han cambiado un poco, pero ¿a precio de qué? Eso es lo que nunca entenderá mamá.- Será mejor que ya te vayas o el chofer se pondrá impaciente.-

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

-¡Hola cariño!- Kuchel me recibió con un abrazo muy maternal, a lo que yo respondí un tanto incómodo.

-H-Hola..-

-¿Qué pasa, no estás feliz de pasarla aquí?- Interrogó alegre y con evidente cinismo.

-¡No, para nada! Me alaga su invitación...-

-Oh querido, tu siempre serás bienvenido, puedes estar aquí todo el tiempo que desees.- Volvió a sonreír del mismo modo, lo tomé como una señal, algo planeaba y creo que no me iba agradar del todo.- Bueno, no nos quedemos en la entrada, pasa, los chicos llevan rato esperándote.-

-Sí, con permiso.- Me introduje a su morada con paso lento, logrando a duras penas escuchar cómo reprendía al chofer por llegar "tarde"; si definitivamente algo no anda bien...Me dirigí a la sala creyendo que estarían ahí ansiosos por ver me cruzar el pasillo, pero no fue así, di vueltas por la planta baja y no había rastro de los dos, rendido, me senté en un sillón, ellos habían esperado, así que pensé que ahora me tocaba a mi hacer lo mismo, estuve un buen rato ahí hasta que me aburrí y me acosté, cerré mis párpados quedándome en blanco, si iba a soportar las demandas de niños egoístas las siguientes semanas, requería cierta preparación psicológica, luego de un rato, abrí los ojos, me encontraba listo, "deben de estar arriba", formulé, me levanté, subí por las escaleras, convenciéndome de que a lo mejor los encontraría en su habitación, abrí la puerta y noté que tampoco había nadie "¿estarán jugando las escondidas?", con eso en mente, me aventuré a entrar y una vez que di como diez pasos, escuché la puerta cerrarse detrás mío, asustado me giré y al mismo tiempo sentí a alguien lanzarse encima de mí, trastabillé un poco, sin embargo recompuse mi postura velozmente para poder ver a mi atracador.- ¡Rivaille!-

-Ja, ja ¿por qué tardaste tanto?-

-Ah, no planeaba venir hoy.-

-Pero aquí estás.-

Blanco o NegroWhere stories live. Discover now