Parte 8

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Comenzar mi día como si fuese cualquier otro no me resultó tan complicado como creí, aunque todo sería perfecto si el primer rostro que viera en la mañana fuera el de mi madre.

Ahora mismo, debo enfrentarme a Kuchel, la maldita se le caerá la cara cuando se de cuenta de su gran error.

Los gemelos están de mi lado y ellos no me tocarán ni un pelo si así lo deseo.

Bajé por las escaleras y caminé rumbo al comedor, un buen desayuno es vital para comenzar el día, ¿A dónde iría? A la escuela obviamente, mi uniforme limpio y planchado delataba mi insensibilidad respecto con lo de ayer, actuar como si nada hubiera pasado era la mejor decisión por la que podía optar, claro que el odio y rencor los llevo muy bien guardados en mi pecho, jamás olvidaré lo que hizo con Isabel, su esbelto cuerpo siendo bañado por balas, su sangre esparcida por todos lados, todo parecía una horrible pesadilla, una que me costó el sueño de anoche.
Sin embargo, ahí me ves, como aquel mar que jamás desato su furia, como si la brisa del viento se hubiera apagado.

-Eren.- Una molesta voz me había sacado de mi ensoñación, era la voz más detestable.- ¿Hay algo en especial que desees desayunar?-

-Lo que sea está bien.- Jalé la silla hacia mi dispuesto a sentarme, los gemelos no habían hecho acto de presencia aún, me sentía nervioso, pero como mi plan debía seguir en pie, cuide el temblor de mis manos y todo tic que luchara por escapar. La mujer delante mío, la villana de este cruel mundo se acercó a tomar mi plato y servirme, aunque los sirvientes podían hacerlo, encontraba satisfactorio tomarse esa molestia.

-Espero lo disfrutes, es tu favorito-

-Si, gracias.- Estaba a punto de meterme la cuchara en la boca cuando vi a Levi entrar a la habitación.- Creí que jamás se levantarian-

-Lo siento Eren.- Eso me sorprendió, ellos nunca se disculpan tan fácilmente.- Pero es que el no tenerte acostado a mi lado me roba el sueño.- Tosí de inmediato y agradecí mentalmente que no tenía nada en la boca, tal vez hubiera muerto atragantado...

-Agradezco el sentimiento, aunque no era necesario ser tan directo.-

-Es la verdad.- Levi tomó asiento junto a mi y permitió que uno de los empleados le sirvieran, lo cual me causó extrañeza, ya que Kuchel no le quitó la cuchara ni le dijo algo como "lo haré por ti", simple y sencillamente lo dejó hacer.

-¿Qué sucede, te enamoraste de mi otra vez?- Preguntó al notar que no le apartaba la mirada.

-N-No, lo siento, es sólo que...me preguntaba sobre el paradero de Rivaille.- Me excuse avergonzado.

-Ah.- Expresó en tono molesto.- ¿Quién es ese?-

-Levi ya hablamos de eso.- Defendí.- Me preocupo por ambos de la misma forma.

-¿Cuándo dejarás de pensar por los dos y me miraras como uno solo?-

-Nunca podré hacer eso, es egoísta...-

-Chicos, es muy temprano para discutir; Levi, termina tu comida.- Otra vez, esa sensación, tal vez estoy imaginando cosas pero...¿Acazo Kuchel me esta dando preferencia? Estaba a punto de cuestionarlo cuando de repente Rivaille entró a escena. Bajó diligentemente las escaleras y caminó por el pasillo hasta llegar a su asiento.

-¿Me guardaron algo?-

-Para ti no hay nada.- Contestó Levi. Ayer tenían una actitud muy distinta a la de hoy, no sabía lo que estaba sucediendo. Creo que en ese momento tenía una expresión muy rara en mi rostro porque Kuchel me observó por varios segundos y sonrió.

-¿Te pasa algo Eren?-

-No es nada.- De un bocado sumergí la cuchara en mi boca, fingiendo que la forma y su tono de voz no me sonaron de lo más extrañas, me sentía nervioso.

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⏰ Last updated: May 03, 2017 ⏰

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Blanco o NegroWhere stories live. Discover now