2

14K 1.5K 45
                                    

La mañana es calurosa en la ciudad de Sídney, en esta estación de año, pero especialmente ese día sí que hacía calor.
Karsten se quitó el saco y se quedó en camisa, aflojó un poco la corbata, estaba particularmente desesperado por irse a su empresa, era una manufactura de calzados y ropas deportivos la cual él mismo levantó con su propio esfuerzo.

Su padre necesitaba ayuda y lo llamó para que ayudara a su hermano Adalberto a que tomará la presidencia ya que él se retiraría en unos pocos meses, aunque lo que su padre realmente quería era que fuera él quien tomará ese lugar, y también su hermano le huía a esa responsabilidad.

Tomar la presidencia conlleva a un matrimonio arreglado por su padre y socio, y Adalberto que está tan enamorado de su novia Jessica hace más de cinco años atrás, esta renuente a acceder a tal petición.

Suspiró enfadado, todo los documentos están en total desorden complicado su deber y así retrasado su trabajo ya no podría irse pronto.

___ Bertha, los documentos del balance de la empresa Yanio, no los encuentro, podría por favor ayudarme___ sin espera alguna respuesta colgó. Ese era él, esperaba que todo se hiciera sólo porque él lo ordenaba.

Era un hombre muy seguro de su mismo, a sus treinta y cinco años, ostentaba varios títulos universitarios lo que lo convertía en alguien que conocía muy bien el campo del comercio internacional, sus ojos azul verdoso los cuales estaban enmarcados por una gafas doradas la cual reposaba en arco de una nariz aguileña perfecta, se concentran en los documentos que tiene en su mano grande y fuerte.

___ ¡Buenos días!___ saludo Gustavo a su hijo que al levantar la cabeza su cabello castaño oscuro destelló rayos rojizos que resaltaban su blanca piel___ pareces muy ocupado.

___ Padre, ¿Qué haces aquí?___ Karsten se sorprendió y arqueó una ceja al ver a su padre en esa oficina, pues no era casualidad y eso él lo sabía___ ¿A qué se debe ese milagro?___ ahí viene la clásica charla de que soy un hombre viejo y quiero nietos ___ pensó Karsten.

___Solo saludarte ___ le sonrió con los ojos brillantes ___ ¿No puedo?____ él se sentía muy orgulloso de su hijo mayor y era a quién escogió para casarlo con la hija de su socio, pero él no se dejaba manipular o manejar, eso le gustaba más, el reto era como un afrodisíaco para su vejez___ Pensé que podríamos almorzar, necesito un favor tuyo.

___ ¡Ah, sí! ____ le miró con el ceño fruncido ___ ¡Ya lo veo venir!___ pensó Karsten muy serio y sonriendo de medio lado ___ y.... ¿Qué favor sería?____ él siguió con los documentos para restar importancia a lo que su padre decía, pero de vez en vez lo miraba de soslayo.

___ ¡Bueno!___ se acomoda frente a su escritorio ___ necesito dictar un seminario de comercio exterior en la universidad de Bristhon cómo ya sabes nosotros somos benefactores y una de ellas es ayudar con nuestra experiencia a estos jóvenes estudiantes, que por cierto son muy promisorios ___ miraba como él lo ignoraba, y soportaba la sonrisa malévola que trataba de salir en su rostro.

___ Esa siempre ha sido "Tú tarea" __ recalcó las palabras, desde que Karsten era un crio siempre veía a su padre buscar de escuela en escuela y ayudar ___ y ¿Entonces? ___ pregunto impaciente.

___ Bueno....si...eso es verdad....pero es que tengo....un pequeño problemita ___ el viejo se mostraba misterioso y además muy nervioso y se rascaba la cabeza ___ y debo evitar ir.

El hijo lo observaba fijamente, sus ojos azul verdoso los cuales brillaron con curiosidad por el extraño comportamiento de su padre. Su padre jamás le pediría a él que dictara uno de sus adorados seminarios y mucho menos que se negara a ir a enseñarlos ___ Karsten ladeó la cabeza como si así pudiera organizar sus ideas ___ No aquí había algo muy raro, y no estaba muy seguro, pero lo iba a averiguar.

Esposo desconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora