Capítulo 4

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"–Cuidado, pequeña. Te espera un buen sermón de tus padres.-"

Inconscientemente recordaba los acontecimientos del aquel día, la extraña mezcla de emoción y miedo que recorrían por mis venas era una sensación que quería volver a repetir sin duda alguna. Y sinceramente, ya no veía a Scott como el chico arrogante y presumido que creía que era. Chris, quien de alguna forma se encontraba de nuevo conmigo después de su pasajero ataque de gripe, y directamente me atribuyó un sermón sobre lo inconsciente e irresponsable que era por andar sola por las calles en la madrugada.

Pero ya por fin había llegado el día sábado, podía descansar de la universidad aunque mi jornada de trabajo seguía por las noches. Me sobresalto al escuchar mi teléfono sonar mientras terminaba de lavar los platos. Corrí hasta donde estaba y contesté al ver quién era.

-Hey.- contesté colocando el teléfono en mi oreja y reteniéndolo con mi hombro para terminar de recoger.

-Hola, bonita, ¿qué estás haciendo?-. Preguntó un divertido Chris del otro lado del teléfono.

-Termino de comer ¿Por qué?-

-Arréglate, vamos a salir un rato-

-No lo sé, Chris. No quiero dejar a Lana sola.

-El suspiró –Vamos Claire, tómate un respiro.

-yo...- unos pasos interrumpieron mi respuesta.

Lana se asomó por el umbral de la puerta.

-Iré a casa de Ana, hacer un trabajo. Regreso en la noche.- Dijo más como un aviso que como un permiso.

-¿te acompaño?-. Pregunté.

Ella negó con la cabeza y siguió con su camino a la puerta.

-Ve con cuidado.- grité antes de escuchar la puerta cerrarse. Tomé un suspiro y retome la llamada.

-En 15 minutos estaré lista.-

Genial, voy en camino.- Dijo y colgó.

Me dirigí rápidamente a mi habitación a darme una ducha rápida y vestirme, minutos más tardes ya Chris me esperaba afuera.

Pensé que me esperaría en el auto, pero para mi sorpresa unos golpes sonaron en mi puerta.

-Voy.- grité mientras me rociaba unas gotas de perfume, me di una última mirada en el espejo y fui hasta la puerta.

-Que puntual-. Dijo mi mejor amigo con su hermosa sonrisa.Lo hice yo también y le di un beso en la mejilla de forma de saludo.

-¿Por qué te bajaste?-. Pregunté mientras buscaba mi bolso.

-No lo sé, pensé que tardarías y ya sabes que soy un poco claustrofobico-. Frunció el ceño y empezó a ver a todos lados, como si buscara algo. -¿Y Lana?-. Pregunto.

-Fue a casa de su amiga a estudiar-. Conteste mientras que lo empujaba a la puerta- Y no eres para nada claustrofóbico, Chris- me burle mientras cerraba la puerta.

-¿Y Cuándo regresa?-. Preguntó con el ceño fruncido.

-No lo sé Chris, en la noche supongo.- dije poniendo los ojos en blanco, sin entender su actitud- Aveces pienso que te preocupas más por ella de lo que yo lo hago.

-Bien-. Contesto cortante. Me abrió la puerta del carro como costumbre y nos dirigimos a mi parque favorito.

Respiré profundo, disfrutando el olor de los árboles y la tierra húmeda, definitivamente esto era relajante.

Nos sentamos en la grama, viendo como la gente hacia ejercicio, los niños corrían o simplemente contemplaban el lugar.

El teléfono de Chris comenzó a sonar y este se volvió a tens0ar, estaba muy raro hoy, pero lo dejé pasar ya que a veces solía ser algo misterioso con sus cosas, pero pienso que todos tenemos el derecho de esconder algo.

-¿Qué pasa?-. Contestó cortante. –Sí, ya lo sé.- puso los ojos en blanco. –Joder, no me hables así. Me enteré hace poco.- asintió como si aquella persona pudiera verlo. –Sí, si voy al bar, ella va conmigo.- minutos después colgó la llamada.

-¿Qué paso? ¿Quién era?-. Pregunté calmadamente observándolo de perfil.

-Mi-mi madre, anda algo estresante hoy-. Dijo con molestia.

-Bueno, hagamos lo que siempre hacemos-. Dije tratando de calmar su tensión.

Nos acostamos y empezamos a mirar al cielo, tratando de adivinar la figura de alguna nube, era tonto, lo sé. Pero era algo que solíamos hacer para relajarnos, era algo de él y yo, una de tantas cosas que solo compartíamos nosotros dos.

Y así paso la tarde, me invitó a comer un helado y pude notar que ya estaba totalmente calmado, me dejó en mi casa, ya que ambos teníamos que arreglarnos para ir al bar y ya íbamos algo tarde, quedamos en encontrarnos allá, para mi sorpresa Lana aun no llegaba, le preparé algo de comer y corrí arreglarme antes de que se me hiciera más tarde.

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-llegas tarde-. Dijo con su burlona sonrisa.

-shhh-. Sonreímos mientras me colocaba el delantal.

La noche corrió normalmente, aunque había algo fuera de lo habitual. De alguna manera, siempre me parecía ver a Scott, sobre todo en el bar, pero ayer y hoy no apareció por ningún lado, me había limitado a contarle a Chris lo que había sucedido con él, aquel día, luego lo seguí viendo en la universidad, en el bar, incluso caminando detrás de mí, era algo molesto a veces, pero ya estaba acostumbrada, por eso me extrañaba su ausencia en el bar.

Me limité a pensar en eso y seguí en lo mío.

-Uf, que noche.- Dijo Chris suspirando, mientras se subía en su auto.

-¡son las tres de la mañana!-. Contesté al ver la hora en la pantalla del auto.

El soltó una carcajada. –Cuidado, pequeña. Te espera un buen sermón de tus padres.

Automáticamente mi expresión cambio, eso fue un golpe bajo de su parte.

Su sonrisa cayó al ver mi expresión. –oh bebe lo siento, no fue mi intención, no pensé lo que dije-. Dijo mirando a la carretera y volteando rápidamente hacia mí.

-Está bien Chris. Lo sé-. Sonreí, con una sonrisa que no llegaba a mis ojos. Todo el camino a casa estuvo totalmente en silencio.

Cuando entré a casa, me extraño ver las luces prendidas, pero me sorprendí mas al ver a Lana acostada en el mueble, se había quedado dormida.

Traté de cargarla para llevarla a su habitación, pero era imposible, ya que pesaba mucho, así que quité los cojines y la acomodé, no quería despertarla, busqué sus sabanas y la arropé, aprecié su dulce rostro por un momento, se veía algo tenso, suspiré y le di un beso en la frente.

Me sentí sudada así que decidí darme una ducha para ponerme el pijama y acostarme antes de que se hiciera más tarde y no pudiera descansar nada.

Una vez acostada en mi cama, reflexioné lo sucedido y por alguna razón Scott apareció en mis pensamientos, dos días sin verlo, supongo que se cansó de meterse en la vida de otros.

Y poco a poco me sumergí en un profundo sueño.


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