Capítulo 6

41 1 0
                                    


"–Lo que sea, si es contigo-"

Gruñí al escuchar el sonido de mi teléfono. Sentía que no había dormido nada, traté de abrir los ojos pero la luz del sol pegó directamente a mis ojos.

Me dirigí al baño a darme una ducha, esta vez me tomé mi tiempo, trate de relajarme para empezar mi semana de la mejor manera, cepillé mis dientes y peiné mi cabello mojado, entre busque en mi ropa y opte por una camisa sencilla y mis pantalones holgados.

Me dispuse a despertar a Lana y hacer el desayuno.

La mire y esta vez su cara estaba más relaja, con mechones de cabellos por toda su cara, sus labios entre abiertos y sus respiraciones profundas, no provocaba despertarla, pero tenía que hacerlo, además de que el sofá no era demasiado cómodo para dormir.

-Lana- La llamé, mientras la movía un poco.

Ella abrió los ojos rápidamente, su mirada se veía asustada y perdida a la vez. Me miró por un momento y luego miró por todos lados.

Me iba a dirigir a la cocina –Anda arreglar...-. Pero su agarre me interrumpió.

-Claire- Sú voz se escuchaba tensa, asustada. Podía sentir su respiración levemente agitada, algo que no era usual en ella. Con su agarre en mi brazo hizo que me sentara en el mueble y pude ver su cara pálida.

-¿Qué pasa, Lana?- Pregunté preocupada.

-A-anoche cuando estabas en el bar, Claire, vino alguien que...- fue interrumpida por el timbre. ¿Quién sería tan temprano?

-Espera- Dije con el ceño fruncido, me pare rápidamente para ir a la puerta.

-Escúchame, Claire por favor- Su voz estaba chillona. Detuve mi mano el pomo de la puerta.

-¿Qué es lo que pasa, Lana? Si lo que intentas es una broma, no es gracioso- Dije en un tono molesto. El timbre sonó repetidas veces, así que sin pensarlo dos veces abrí la puerta.

Por un momento, visualice a un hombre parado al frente de mí, nada fuera de lo común. Pero al ver más allá, sus facciones, su cabello, incluso los signos de su edad, el mundo se detuvo para mí. Una inmensa punzada de dolor me recorrió el cuerpo, diciéndome a mí misma que lo que veía frente a mis ojos no podía ser cierto. Pero lo era. Todos los recuerdos que había guardado en lo más profundo de mi mente y los que había encerrado en mi corazón, parecieron salir a flote como miles de fotografías esparcidas por todas partes.

-Claire, hija-. Dijo y caminó para abrazarme. Inmediatamente me tensé y lo alejé.

-No me llames así- Mi voz salió fría, calculadora y segura. Justo como quería mostrarme. No quería que Lana presenciara esto, pero era tarde, ya ella estaba tras de mí, podía escuchar su llanto. ¿Pero cómo ella sabía quién era este hombre? ella estaba muy pequeña como para recordarlo.

-No trates así a tu padre, querida- Dijo este mostrando sus dientes.

-¿Qué haces aquí? ¿Qué quieres?- Pregunté, tratando de mantenerme en calma. Podía sentir como mi garganta pasaba un seco nudo.

-Vine por ustedes- Dijo como si nada.

Pude sentir todo mi cuerpo reaccionar a sus palabras

-Te fuiste hace mucho, no hay razón por la que vengas a hora a buscarnos. No sé si lo ves, pero estamos perfectamente. Por lo que voy a agradecerte que te vayas de aquí y no vuelvas, olvídate de nosotras si es necesario, pero no regreses- Pude sentir las lágrimas salir descontroladamente de mis ojos, odiaba que me vieran llorar y más mostrarme débil frente de este hombre. Traté de cerrar la puerta, pero él me lo impidió.

-Veo que no has cambiado nada- Dijo negando con la cabeza. –Tengo más de un año viendo la manera en la que viven y no me puedes decir que estas bien cuanto tu madre no viene a casa por semanas.

-Eso es algo que a ti no te incumbe, te recuerdo que tú hiciste lo mismo. Nos abandonaste, por años. Y sin embargo, hemos podido vivir con eso. No nos hace falta absolutamente nada, menos un padre- Dije con la voz tensa.

-Puede que a ti ya no, pero a ella- Dijo señalando a Lana. – A ella si, por eso vine a quedarme- Sentí que la vida me dio unas cuantas bofetadas, necesitaba calmarme antes de caerle encima.

-¿Quedarte? Disculpa, por si no lo sabes, no eres bienvenido a esta casa- Contesté con ironía.

-Para que sepas, el cincuenta por ciento de este apartamento es mío, ya que tu madre lo pagó con mi dinero- Dijo mientras me entregaba unos papeles firmados por mi madre y el. –Ah, se me olvidaba. Tengo la custodia completa y absoluta de Lana, tú puedes hacer lo que te apetezca con tu vida, vine por las buenas, pero tú estás por las malas, si te vas a quedar, son bajo mis reglas. Y tranquilas, hijitas. Esta no será la última vez que me verán, vendré luego y será para quedarme. Las amo, no lo olviden. Cuídense- Dijo con una sonrisa y se dio la vuelta para marcharse.

Pude sentir todo mi mundo caerse ¿Qué estaba pasando? Mi cuerpo no reaccionaba.

Sentí como Lana cerró la puerta rápidamente y pasó el seguro. Mis pies no aguantaron así que caí al piso y no pude aguantar más, ya no me importaba nada, todo este miedo que tenia se había vuelto realidad. Sentí como Lana agarraba mi cara y me obligaba a verla.

Sus lindos ojos estaban hinchados y rojos y de ellos seguían cayendo lagrimas tras lágrimas, se arrodilló conmigo en el piso –Claire, por favor no me dejes, te lo suplico, no puedes abandonarme- Susurró suplicante mientras lloraba como si la tuvieran torturando. Había hecho tanto para no verla así y ahora, no podía hacer nada, no sentía fuerzas.

-Y-yo no voy a dejarte, no digas eso, sin ti no me voy.- ella bajó la mirada y empezó a llorar en mi regazo. Tomé su cara y esta vez hice que ella me mirara a mí.

-Te lo prometo ¿está bien?-. Ella me miró a los ojos y asintió. La abracé –Todo-todo estará bien, no sé como pero lo estará- Dije mientras la acunaba.

Y así nos quedamos por un buen rato, mientras analizaba todo lo que había pasado. Mi padre había vuelto y no como lo esperé en aquellos tiempos, me quería quitar a Lana y a nuestra casa, tenía que hacer algo.

-Bien- Hice que me mirara a los ojos. –Lana ¿estas dispuesta hacer lo que sea?- Pregunté de la manera más seria que pude.

Ella asintió con toda seguridad. –Lo que sea, si es contigo-

-Bien, escucha. Probablemente nos esté vigilando, entonces mira lo que haremos, recoge lo esencial, nos tenemos que ir de aquí antes de que él venga de nuevo- Ella me miraba con atención. –Te llevaré al instituto como un día normal, pero buscaré un lugar donde escondernos hasta solucionar esto, pediré tu custodia, ni mamá ni él lo merecen- Ella me miró intensamente y me abrazó.

-Te amo, Claire- Suspiré por la sorpresa de sus palabras, solo una vez ella lo había dicho y había sido hace mucho.

–Yo también te amo Lana.

Cuando dejé a Lana en el instituto, le pedí que actuara de la forma más natural posible, absolutamente nadie podía saber lo que estaba pasando. Por lo que descarté la idea de contarle a Chris lo sucedido, no podía incluir a más gente en mis problemas, esto era algo que tenía que resolver sola. Por Lana.

En mi mente habían demasiados pensamientos, me, sentía aturdida y anonadada por lo que estaba pasando. Pero empuje esas sensaciones fuera de mí, no tenía tiempo ni necesidad de sentirme débil y vulnerable, en esos momentos, no cuando el padre que una vez tuve quería hacernos daño.

Saqué las cuentas del dinero disponible, pero me percaté de que no era una cantidad exorbitante. Por lo que si nos íbamos, tenía que buscar la forma de ganar dinero.

Entré de nuevo en el departamento, mirando a todas partes antes de entrar al edificio. La verdad, parecía paranoica, pero cualquier prevención era necesaria. No podía arriesgarme a nada. Busqué entre mis cosas lo más necesario, también saqué paquetes de comida de la alacena y los empaqué en una mochila. Tomé las identificaciones de Lana y mías, partidas de nacimientos, pasaportes, o cualquier tipo de papel legal que pudiese ayudarme luego.


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 13, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

REDEMPTIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora