Capítulo 5 : Observando un Nacimiento

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Punto de vista de Calia Vanhart

Estábamos en el carruaje camino a casa. ¡Padre había cumplido su promesa! Apenas y lo dejé hablar, cuando vi que tenía en sus brazos un pequeño huevo adornado con un listón rosa.

El ruido del galope de los caballos es fuerte, y el traqueteo del carruaje es un tanto molesto, pero la vista de la ciudad es hermosa. Tenía en mis brazos el huevo de dragón envuelto en una pequeña manta para mantener su temperatura, pero me extrañó un poco que el huevo estuviera tan frío, me asusté un poco al principio, pero decidí confiar en este pequeño.

Padre estaba callado desde que me había entregado el huevo, mirando la distancia por la ventanilla del carruaje. Supongo que está ansioso al igual que yo... ¡No puedo esperar por llegar a casa! El huevo puede nacer en cualquier momento, pero preferiría que naciera en un buen lugar; que naciera en casa como un miembro más de la familia.

De pronto sentí que los dedos me ardían. ¡Está muy caliente! Me sobresalté, pero no dejé de sujetar al huevo, lo envolví completamente con la manta hasta que su temperatura se moderó y quedó ligeramente cálido. ¿Qué fue eso?

Padre se levantó de su asiento al darse cuenta de mi reacción, apenas intentó tocar el huevo se sobresaltó por el calor, pero contrario a su reacción estaba sonriendo. ¡Ese es el Padre que yo conozco!

Llegamos a casa y corrí escaleras arriba con emoción. Entré a mi cuarto, habían tres caballeros que Padre había contratado para esta situación, por lo cual estaban listos y en posición en caso de que el huevo se abriera en cualquier momento.

-¡Estamos listos, señor! ¡¿Cuándo empezamos, señor?!- gritaron al unísono.

-(Padre): ¡Bien, así me gusta!

-(Calia): ¡Padre, no grites tan fuerte en mi cuarto! ¡Molestan al bebé!

-(Padre): Lo siento...

Me acerqué al huevo y me recosté a su lado, lo acaricié un poco y me dejé llevar por su cálida sensación. No sé cuánto tiempo habré dormido, pero me desperté de pronto cuando Padre me estaba hablando un tanto agitado.

-(Padre) ¡Calia, despierta! ¡Está naciendo!

Me levanté de golpe y miré a mi alrededor; los caballeros estaban en guardia y rodeaban la cama para prevenir el escape del bebé dragón, solo por si acaso, Padre cerró cuidadosamente la salida al balcón.

Pude sentir la tensión en el ambiente...

El huevo estaba emanando una leve aura de luz y se estaba rompiendo. Unas pequeñas garritas se asomaban del interior, hasta que pude divisar sus ojos. ¡Era tan tierno! Salió completamente del huevo como si se estuviera estirando luego de un largo sueño.

Se quedó mirando la piedra mágica que iluminaba la habitación, supongo que le llamó la atención. Fue entonces que me acerqué, ahora venía la parte mas difícil y también a la que más le temía...

Los guardias apretaron sus armas y me dirigieron una mirada preocupada al ver que me acercaba, sabían que era mi turno, pero aún así no dejaba de ser peligroso. Me senté al borde de la cama, era suave y me relajaba un poco, me quedé viéndolo por un rato. El también me miraba con esos pequeños ojos café pálido, casi incoloros.

El corazón me dolía, mi respiración estaba agitada, tenía mucho miedo... Pero traté de disimularlo, dándole la mejor sonrisa, a mi futuro compañero.

Mordí mi dedo índice, dolía mucho... Pude sentir cómo la sangre empezaba a brotar a borbotones de la herida. Me miró asustado, supongo que debe ser extraño lo que estoy haciendo, desde su punto de vista. Por favor, quédate allí... No hagas nada... No quiero que te lastimen. Me apresuré a hacer el contrato, era ahora o nunca.

Seiryū: El Despertar De Una Leyenda (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora