Capítulo 21: Instinto de Dragón

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Era muy tarde, la noche estaba más silenciosa de costumbre y prácticamente no se veía ni un alma dando vueltas por la cercanía. A estas horas lo mas común es que los estudiantes estuvieran durmiendo plácidamente, no se podía decir lo mismo de los maestros ya que algunos aun seguían en sus labores u haciendo algún asunto personal, pero en general todos estaban en sus cuartos descansando. Pero había una excepción...

-(Calia): ¡Seiryu, Seiryu! Que te pasa... ¡Vamos reacciona por favor!

En una habitación bastante lujosa, al igual que la mayoría en este lugar, una niña forcejeaba incesantemente el cuerpo de un dragón, era Calia y ya llevaba bastante tiempo tratando de despertar a su compañero, pero no había respuesta. Sus ojos estaban llorosos ya que la preocupación hace mucho ya había dominado su mente, al comienzo Seiryu solo parecía tener una pesadilla, pero de pronto comenzó a gritar como si alguien lo hubiera apuñalado mil veces al mismo tiempo, como si lo torturaran, nadie en su sano juicio se habría quedado tranquilo luego de tal semejante rugido.

Al ver que no podía despertarlo a la fuerza solo pudo sentarse a regañadientes mientras abrazaba el cuerpo de Seiryu, con mucho cuidado, y lo acariciaba tratando desesperadamente de calmarlo. Habia parado de rugir, pero cada ciertos momentos Calia podía detectar a traves de su rostro distintas expresiones que la hicieron sentir confusa. Al comienzo su rostro parecía alegre, aveces soltaba un par de risas entre sueños y reflejaba lo que parecía ser una sonrisa... "Quizás ahora esté teniendo un buen sueño", era lo único que podía pensar la pequeña.

Pero esa felicidad no duró mucho. El semblante de Seiryu se había vuelto pálido, preocupado, como si hubiera vivido el más triste de los momentos, Calia se sentía perdida, ya no sabia que pensar ni como ayudar a su amigo. Mientras más pasaba el tiempo más parecía sufrir, los recuerdos llenaban su mente hasta que se fusionaron nuevamente con su alma, recuperando lo que había perdido, el proceso duró lo suficiente para que el sol se asomara levemente por la cúpula del techo y las ventanas de la habitación. Pero mientras este proceso de asimilación ocurría, el interior del alma de Seiryu estaba teniendo muchos cambios, el vacío que representaba su alma ya no existía, había una habitación común y corriente, una cama, escritorios, una computadora. Aparentemente ya que había recordado quién era, su alma reflejaba el lugar que más anhelaba su corazón, su antigua casa en New York, su último hogar en la tierra. En ella estaba el, acostado sobre su cama durmiendo profundamente.

El proceso de asimilar recuerdos era algo bastante pesado, ya que debía absorber repentinamente el conocimiento de 16 años de vida, antes había rememorado los momentos más importantes por lo cual solo necesitaba estar dormido para asimilarlos, pero ahora estaba recibiendo hasta la información más insignificante, cada detalle. Su alma entró en una especie de hibernación, como si estuviera inconsciente, lo cual era muy distinto a estar dormido. En ese mismo instante algo extraño ocurrio, el cuerpo inconsciente de Seiryu, que en su alma ahora estaba representado como su antigua forma humana, comenzó a convulsionarse mientras una luz roja y desenfrenada se separaba de su cuerpo. Como una animal desbocado, libre, comenzó a moverse de un lado a otro, como una existencia separada, ahora que Seiryu estaba inconsciente, aquella luz se había vuelto la dueña de su cuerpo.

El cuerpo de Seiryu abrió los ojos, pero ya no había ese café pálido usual en ellos, si no una luz roja sangrienta, furiosa... Como un animal enloquecido se soltó del agarre de Calia, gruñendole como un gato le gruñe a un perro, con recelo, como si no la conociera y estuviera ante un desconocido. Calia estaba estupefacta, no sabía porque Seiryu estaba actuando de tal manera, su nariz estaba arisca, con los colmillos y la postura agresiva como si le dijera "no te acerques".

-(Calia): Seiryu... Que sucede, vamos soy yo. ¿Por que actuas asi? Vamos no juegues.- dijo mientras se acercaba e intentaba acariciar su cabeza.

-(Seiryu): ¡Graaah!

Seiryū: El Despertar De Una Leyenda (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora