El encapuchado.

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La peliazul iba en el tren pues quería caminar en otros lugares de la ciudad y despejarse un poco.

Una vez llegada a la estación baja y sube mirando las pintadas y gratitis de la gente mientras escuchaba música tranquilamente pero antes de llegar al final de aquellas escaleras una figura completamente encapuchada parecía esperarla.

Sin dar mucha importancia aquello,  siguio su camino pero se puso ante ella.

- Ah perdone ¿me deja paso?- dijo gentilmente la chica.

Pero esa figura no pronunció palabra intento esquivarlo por el otro lado pero la tomo de la muñeca con cierta fuerza y brusquedad impidiéndole el paso.  Miku intento soltarse pero antes de que pudiera decir una palabra fue arrollada contra las escaleras había tras ella.

Con la mala suerte de caer rodando hasta en final de la escalera dejándola en una plataforma antes de seguir bajando hacia la estación.

Algo dolorida y molesta por la caída aun consciente de la caída miro a la figura seria. ¿Quién demonios es y cómo tiene tanta fuerza? Se preguntaba la chica mientras veía a la figura bajar.

Intento levantarse pero las heridas y el dolor le costaba levantarse cuando ese ser bajo poniéndose ante ella la tomo del cuello elevandola.

De repente algo daño el brazo de ese ser encapuchado soltando a la chica dejándola caer pero sucedio todo tan rápido que apenas girar la mirada en menos de un segundo ni vio a quien la defendió y mucho menos a su agresor.

Pues ambos parecían haberse esfumado como el polvo.

Miku no dejaba de pensar y si realmente sufrió una alucinación y eso que vio no era más que un engaño. Cuando subió las escaleras al final de estas se encontraba una pluma, una extraña plum, no parecia de un ave pues su tono blanco y aquel tamaño no coincidia con ninguno. Guardo la pluma en su bolsillo, he hizo aquello por lo que fue caminar por la ciudad de al lado. Al regresar a su casa ya caída a la noche empezó a sentir un dolor en la muñeca como si la hubiera roto y a su vez quemado.

Se levantó la manga izquierda de la sudadera mostrando su muñeca roja  y lo mas sorprendente era que parecía que aun ese encapuchado la seguía apretando la muñeca.

- ¿qué demonios?

Aun estaba algo dolorida de la caída y quizás tuviera algunas pequeñas heridas por aquello.

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⏰ Última actualización: Feb 11, 2017 ⏰

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El silencio entre dos mundos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora