Capítulo 5

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Lauren Jauregui

Consigo reaccionar y me aparto bruscamente. No me gusta que dominen la situación otros. No me gusta perder el control y menos que me controlen a mi.

Camila se da cuenta de mi malestar y se levanta con cara de preocupación.

-¿Qué pasa Lauren? ¿No te ha gustado? -Me pregunta.

-No Camila, o sea, sí; no te preocupes... es solo... -Y soy consciente de la situación.

A nuestro alrededor hay muchos cuerpos, desnudos, hace calor, de repente la escena me resulta bochornosa. Recojo mi ropa y me empiezo a vestir.

-¿Qué? ¿Nos vamos? -Me pregunta Camila.

-Yo me voy. -Respondo enfadada. Ni siquiera sé por qué estoy así.

-¿Y me vas a dejar aquí?¿No decías que ibas a arreglar mi noche? -Miro a la chica que está desnuda frente a mí, en esta cama que parece sacada de una película porno, y me parece surrealista.

-No me encuentro bien Camila, por eso me voy.

-Pero ¿qué ha pasado? Me ibas a enseñar no sé qué de BSD o cómo demonios se diga, y ahora te vas. Esto no es lo mío, desde luego. ¿Qué he hecho mal Lauren?

Le lanzo su ropa para que se vista y poder concentrarme en lo que me pasa.

-No has hecho nada mal Camila, sólo que... bueno, no tengo por qué darte explicaciones. Yo me voy, si quieres te llevo a casa.

Camila me lanza una mirada que me atraviesa el alma. ¿Lauren pero que dices de alma? No te sientas culpable, nunca lo has hecho. Excepto...

-¿Vienes o no? -Pregunto con las llaves en la mano y completamente vestida.

Camila se levanta, ya vestida, y me empuja al pasar a mi lado. Niñata.

Cuando recogemos las chaquetas salgo a la calle y voy en busca de mi moto. ¿Qué se cree esta niña? La vida real no es como la pintan en los cuentos, esto es un rollo de una noche. Siento si ella esperaba más. Esto le servirá de lección.

-Ya hemos llegado, ponte el casco, para que no me multen, no quiero tener que gastarme más dinero en ti.

Pero Camila no está. No me ha seguido. Iba tan absorta en mis pensamientos que ni me he dado cuenta. Joder. La culpa es mía por liarme con una niña de "19 para 20".

Arranco la moto. Voy a girar a la derecha en dirección a mi casa. Pero... ¿y si le pasa algo? Es tarde, el metro esta cerrado y no tiene dinero para un taxi... Joder, voy a ir a buscarla.


Camila Cabello

¿De qué va? Gilipollas. Lauren es gilipollas. Ni siquiera se ha dado cuenta de que me he quedado en el ropero cogiendo el abrigo.

Salgo y paf, ha desaparecido. Gilipollas. Tendré que volver andando a... ¿dónde? No puedo entrar en mi casa, supuestamente estoy en casa de Dinah durmiendo y no sola en una calle de Madrid después de que una chica guapísima y gilipollas me haya dejado tirada. Voy a llamar a Dinah, a lo mejor sigue despierta.

-¿Si? -Dinah me mata.

-Hola reina, ¿te he despertado? -Pongo mi voz más dulce para camelarla.

-Pero qué coño Mila, ¿qué haces llamándome a las tres de la madrugada? Se supone que deberías estar con la boca en otro sitio.

Puede que al final la mate yo.

-Mmm... ya te contaré. Estoy yendo a tu casa. Ha sido una noche...

-¿Especial?

-Penosa.

-Vaya. Pues ven y me cuentas. Un taxi te dejará en mi casa en unos quince minutos.

-Bueno, es que no tengo dinero. Voy a tener que ir andando Dinah, así que, no sé, vuelve a dormir y ya te llamo.

-¿Camila? ¿Sola a las tres de la mañana por Madrid? ¿Tú estás loca?

-¿Y qué hago Dinah? Ha sido todo una mierda. -Estoy a punto de llorar, pero es por el alcohol.

-Corre. Te quiero aquí en diez minutos. Menos. Y ten el móvil encendido y en sonido.

-Si, tranquila. Adiós.

-Adios loca.

-Dinah...

-¿Qué?

-Eres la mejor amiga del mundo.

-Ya veremos si piensas eso cuando llegues a casa.

Dinah es la única que podría hacerme sonreír en estos momentos.

***

No he andado ni cinco minutos cuando un grupo de chicos se acerca a mi, son un poco más mayores que yo y se nota que han bebido.

Me pongo tensa al instante e intento pasar de largo. Uno de ellos me corta el paso y me espero lo peor.

-Hola pequeña, ¿ya te vas a casa?

-Sí, y una amiga me espera, así que me voy corriendo. -Intento ser amable para que me dejen en paz.

-¿Una amiga? ¿Igual de guapa que tú? Si quieres te acompañamos y os invitamos a una copita. -Los demás del grupo se ríen.

-No, de verdad. Me tengo que ir.

-No, no te tienes que ir, ¿tu nombre?

-Camila y si me voy, así que apártate ya.

-Uy si es brava. Nos gustan bravas.

Entonces el tío me agarra de la cintura y me pega a él de un tirón. Me besa y su boca sabe fatal, a alcohol y tabaco. Qué asco. Me aparto y le doy una bofetada. Los amigos gritan y me sujetan por detrás. Lucho con todas mis fuerzas para zafarme de sus manos, pero no lo consigo. Tengo miedo porque sé cómo acaban estas cosas. No quiero. Siento cómo el pecho se me encoge, no puedo respirar.

El chico de la bofetada se acerca con cara de enfermo y me mira de arriba a abajo.

-A ver si en un rato sigues igual de brava.

No puedo creerme que esto me esté pasando a mi. Hoy. Justo hoy. Maldita Dinah. Malditas lesbianas. Maldita Lauren. Todo es culpa de Lauren. Si no me hubiera dejado sola... Si me hubiese quedado con ella...

Entonces el tío vuelve despacio, siento cómo su mirada me quema. Agarra mi pecho con su mano asquerosa y lo aprieta, haciéndome gritar de dolor. Todos los demás se ríen. La poca gente que pasa por nuestra acera, o por la otra, esconden la cara en sus bufandas. Nadie me ayuda, creo que ni siquiera prestan atención a lo que está pasando.

Un bofetón me saca de mis pensamientos. Me gritan pero no les oigo bien, solo siento manos y besos. No me he dado cuenta pero me han movido y estamos en una calle más pequeña. Sé que ha llegado el momento. 

black moon; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora