Tan rota como yo...

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Hay personas que son huracanes: a su paso destrozan todo y luego se van como si nada... 

-Benjamin Griss 

POV Elliot 

- Linda ¿quieres que nos vayamos? - pregunto con delicadeza porque la verdad no quiero alterarla; muy pocas veces la he visto llorar pero sé que no es buena señal, a Nicky nunca le ha gustado llorar enfrente de nadie ya que eso genera lastima y demuestra debilidad y nunca le ha gustado inspirar ninguna de las dos. Esas son unas de las muchas cosas que me gustan de ella.

- No... si mi hermana me ve así se va a preocupar - me dice con la voz ronca. Se separa un poco de mi para mirarme y cuando lo consigue me dedica la mirada más rota que he visto hasta el día de hoy.

- Mi padre... él me mintió - le digo con un nudo en la garganta. Miro sus ojos y beso sus mejillas aún mojadas por sus recientes lagrimas.

- No tienes que decirlo si no estas listo... creo que han sido muchas emociones en un solo día. Llévame a casa, ya veré qué le invento a mi hermana ¿vale? - fuerzo una sonrisa y asiento.

Caminamos en silencio por la calles y veo cómo su cabello se mueve al compás del viento. La verdad es que lo que más me gustaba de ella eran sus ojos verdosos y el olor de su cabello que era como estar en el paraíso para mi; ahora que miro a Nickmary sé que si ella se fuera de mi lado quedaría totalmente destruído, incluso más que cuando Ana me dejó y eso es lo que más me da miedo: que mis sentimientos hacia Nicky sean tan fuertes como para quedar incluso más roto de lo que estoy. Ella es como una droga, y mientras más estoy cerca de ella más me gusta. Temo aferrarme más de lo que estoy a ella, pues cuando estoy cerca suyo entro en un estado de ensañamiento como si nada importara más que ella, nunca mi corazón había latido tan fuerte como cuando la veo.

- Elliot, llegamos - sacudo la cabeza y con ello se van mi pensamientos.

- ¿Vas a pasar? - me dice y asiento; pasamos y ella se va hacia la cocina. Yo subo a su habitación y cuando entro me dirijo hacia su cama, me tumbo y aspiro el olor; todo huele a ella. Cierro mis ojos unos segundos hasta que oigo la puerta abrirse.

- Mi hermana salió y llega mañana en la tarde ¿te quedas conmigo? - Sonrío y me siento en la cama. La miro y sonrío aún más.

- Depende, ¿quieres que me quede? - le digo en tono pícaro y ella se ríe por mi cara.

- Por algo te lo pido ¿no? - me dice y se tumba a mi lado y me abraza.

- Te denunciaré por secuestro y violación - ella se carcajea fuerte y me besa.

- Eres un idiota - me dice a mitad de nuestro maravilloso beso.

- Pero así me quieres.

- Claro que si...


Hola!! Aquí les dejo otro capitulo. No olviden votar y comentar!

Perdonando a un playboyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora