Lisboa del siglo XVII. Mi nombre es Esteban, 23 años, mi vida no ha sido la mas normal que digamos, tengo problemas en mi cabeza, tengo alucinaciones y otras veces no, otras veces hago cosas que creo que sueño pero que al día siguiente sucedieron, es realmente triste.
Mi familia partió de este mundo uno a la vez, primero mi hermana, después padre y madre se fueron juntos durante una epidemia de cólera, cuando había salido de viaje a ejercer de dentista, ahora, ahora estoy solo, pero en mis condiciones mentales a lo mejor es lo mas indicado, viajo a donde mis tíos en Praga, en el viaje en carruaje recuerdo las tardes con mi prima Elena. Sonrisa hermosa, era bella como ver un atardecer enamorado. Era una reunión familiar, en la gran casa de campo en los cultivos de mis tíos que cuya fortuna se había forjado en las espaldas de esclavos.
Esa tarde ella me esperaba, 20 años, radiante y ahora con ese toque de sensualidad que la edad le regala a las caderas. No recuerdo haber hablado con nadie mas hasta el anochecer, ella contaba que sufría de ataques que de alguna manera detenían su corazón, su madre ya un par de veces la había dado por muerta, pero reaccionaba a los minutos, solo trague saliva e intente no decir nada para incomodar esa sinceridad con la cual ella hacia avanzar la conversación.
Por la noche mis tíos me llaman a jugar a las cartas, la casa esta rebosando de rostros familiares y elegantes, pero solo pensaba en la sonrisa de Elena que había partido a la ciudad por cosas que comenzaban a hacer falta por tanta demanda, solo esperaba ahí sentado a que su carruaje se asomara.
A los minutos uno de los sirvientes llega sin aire corriendo a prisa y en voz entre cortada dice que la señorita Elena tuvo un ataque en la tienda de abasto, mi tío tomo su caballo y salio a la ciudad junto con uno que otro que tenia aun las fuerzas para reaccionar, yo no lo hice.
Espere cuatro horas noticias hasta que mi tía me informo que el medico hizo todo lo posible, pero que esta vez Elena no regresaría, y ahí estaba mi tío con un cuerpo oculto entre sabanas arriba de su corcel, -Acompañame Esteban- dijo, esa noche junto con la familia la enterramos en la patio al lado de la abuela.
Esa noche comenzaron las pesadillas, su sonrisa, pero con una atmósfera obscura, ella luchaba de alguna manera, en mi mente imágenes de mis herramientas odontológicas sacándolas del baúl y mucha tierra, sentí que fueron horas, una eternidad, hasta que envuelto en sudor desperté! Alguien tocaba la puerta. La cama estaba llena de tierra, eso me hizo entrar en pánico, que demonios pasa?! Lo habré hecho otra vez?! Otra travesura?! Me limpio un poco y abro la puerta, era un sirviente.-La señorita Helena! joven Esteban! esta viva!- mi sonrisa apareció por unos minutos hasta que -Alguien la saco de su tumba, pero sus dientes! Amo! Sus dientes se los quitaron uno a uno!- termino de exclamar, cerré la puerta de golpe y me puse de espaldas a ella... ahí estaba, el baúl de mis herramientas me llamaba, me acerque con calma y mas muerto que vivo, lo abrí, ahí estaban, brillantes y blancos como harina.
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Historias Cortas Para Una Larga Noche.
Mystery / ThrillerAntología de historias cortas. Recomendadas para antes de dormir, justo en donde cobraron vida.