Historias Cortas Para Una Larga Noche.

#6 - El viejo de las vegas

En un bar de las vegas, mucho mas bajo de el glamour acostumbrado, estaba este chico cazador gastando los ultimos dolares de la noche, tenia a la distancia su ultimo objetivo; una chica de su altura sensual y con ganas al parecer de acabar la noche de manera tranquila. 

Un saludo y una entrada carismatica le dio lugar al chico una oportunidad de acompañarla algunos minutos en la mesa del bar. La quimica fluía natural y agradable hasta que el chico comenzó a presumir sus pasatiempos, el chico era un apostador nato y de esos muy buenos al parecer.

-Asi que te gusta apostar?- se escucho preguntar a un viejo a unas cuantas sillas de distancia.

Un tipo al mas puro estilo texano con botas y sombrero.

-Acompáñenmen afuera, hoy puede ser vuestro dia de suerte- termino de agregar el viejo mientras pagaba la cuenta de los tres.

El joven cazador y la chica se vieron por unos segundos y asi como telepaticamente se decidieron a seguir al viejo afuera, a ver que pasaba.

El viejo estaba en el estacionamiento y sacando unas llaves hace sonar la alarma de un coche. Un coche hermoso, de esos que ni en tu sueños tendrias. Deportivo.

- Si decides apostar en un solo juego, este auto puede ser tuyo antes de que amanezca- dijo el viejo.
- No sabes con quien te estas metiendo anciano- dijo el cazador de forma pretenciosa y aceptando el desafio.

A pesar de todo el viejo parecia una persona de palabra, los dos y la chica subieron al deportivo y el viejo puso en marcha hacia su departamento. Ahi jugarian.

Ya en el departamento.
- A que le tienes mas confianza? Que es lo que nunca te fallaria?- Pregunto el viejo.
- Mi encendedor - dijo el cazador sin pensarlo, sacandolo de su bolsillo.
- Entonces jugaremos de esta manera amigo- dijo el viejo tomando un cuchillo de la cocina- Si logras encender diez veces el encendedor, el auto es tuyo... Pero si fallas una vez, pierdes un dedo.

Se escucho un silencio aterrador, el chico la penso por un minuto, pero no habia vuelta atras, de verdad se sentia confiado y acepto. La chica desde el anonimato solo se preparaba a precenciar esa locura.

La mano del chico en la mesa, el viejo con el cuchillo de carnicero listo para hacer justicia y el chico con su otra mano... Click!... Enciende. Llevaba una... Cierra la tapa, vuelve a abrirla y click!... Llevaba dos.

A la octava, click!... Enciende... El chico estaba nervioso a mas no poder. El miedo le lleno desde que habia comenzado... Novena vez y...

- Harold! - Se escucho en la entrada. Una señora elegante de guantes y abrigo de pieles. - Otra vez apostando?! Vete de aqui. Deja de molestar a inocentes.

El viejo sin mucho animo dejo el cuchillo en la mesa y salio por la puerta.

- Ese que ven ahi es mi hijo- Dijo la señora a los dos jovenes- Este edificio y todo lo que posee, la empresa y los autos, lo perdio todo apostando.

La anciana se quito los guantes...

- Fue un poco difícil pero logre recuperarlo todo... - La anciana, solo tenia 2 de 5 dedos. Los demas al parecer cortados por un cuchillo de carnicero.