Capítulo 11

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Cuando entré en el estudio, el tipo estaba diciendo:

-Esta vez no me vas a embarcar, Harry. La lana primero.

Cuando me vio, pareció inquietarse, pero cuando saqué los billetes de mi bolsillo se relajó enseguida y dijo con una risotada:

-¡Mira nada más, Harry, te las consigues cada vez más jovencitas!... -me iba a acariciar mi mejilla con su mano pero Harry lo detuvó-

-¡No se te ocurra tocarla, ella es mía! -dijo Harry serio.

Se retorcía en su cama como si fuera a hacerse chicharrón. Sus ojos gritaban su dolor. Lloraba. Sudaba. No dejaba de arañarse los brazos. Su rostro estaba todo amarillo. No lo reconocía. El otro abrió el cajón para tomar la jeringa. La imagen de la anciana que se inyectaba me cruzó por la mente y sentí náuseas. Bajé rápido las escaleras y corrí hasta la calle. Corrí y corrí hasta el canal.

Me paseé por la orilla toda la tarde, hasta bien entrada la noche. De vez en cuando me sentaba frente al agua sin pensar nada más que en el agua. Me acostaba sobre el pasto, cerraba los ojos pensando en Harry, llegando a la conclusión que ese misterio que atrapan sus ojos son los que encendieron mi deseo de saber más hasta el punto que terminé perdidamente enamorada de él, como el cazador y su presa, lo único distinto es que me gustaba estar atrapada en sus encantos. Lo único que no podía descifrar era ¿qué pasó para que terminará así?

Una pequeña catarina que bailaba en mi nariz hizó que saliera de mis pensamientos. La tomé entre mis manos delicadamente. La puse cerca de mis labios para decirle algo, como un pequeño secreto, algo absurdo. "'Por favor, ayuda a Harry a dejar las drogas".

Estaba llorando. Soplé sobre la punta de mi uña. Abrió sus alas y se fue. 

Un pacto con el diablo |Harry y ___(TN)| (TERMINADA) (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora