9 Días Con Lu → HunHan

día uno

Pseudo Secuestro

Jongdae era todo. Era celoso y compulsivo por todo lo que le rodeaba, cuando le gustaba algo se volvía adicto hasta las últimas instancias y cuando algo le molestaba era completamente irracional. Había estado intentando desde hace un mes pedirle a Kim Minseok, su compañero de habitación, que fuese su novio pero él simplemente se veía interrumpido por la presencia constante de Luhan, su otro compañero y como él lo llamaba «El mal tercio de la relación».

A Luhan le gustaban las cosas dulces era considerado una alma libre y azucarada, le decían Gominola o Gomitas, una molesta bola dulce con mucho rosa en los calzones, palabras de Jongdae. En sus ratos libres miraba todos los dramas de las cadenas televisivas y a veces leía novelas románticas o fanfics de Infinite, Luhan en serio estaba obsesionado con el MungYeol. En su momento todo estuvo bien para Jongdae, sin embargo se salió de control cuando Minseok empezó a acompañarle y compartían más tiempo juntos del que debían, nunca tenían suficiente y Jongdae se desesperó porque ¿cómo le decía a Minseok que le gustaba si Luhan estaba como garrapata pegado a él siempre?

Jongdae era un niño cuando de acciones se trataba, Yixing solía decir cosas como «de verdad, sólo pídele a Luhan que los deje solos. Si tan solo te comunicaras...» pero era contrarrestado con las "geniales" ideas de su otro amigo Kris, cosas como «ya bórralo del mapa» adornaban sus labios cada vez que había reunión. Jongdae como buen cabeza hueca prefirió darle más importancia a las palabras de Kris dándole a Luhan un poco de acción y algo de susto a lo que se refería su vida.

El instituto entraba en su semana de aniversario y era justo el momento para que Kim Jongdae pusiera a rodar el plan que había estado pensado, un plan increíble y genial que le daría al menos unos cuantos días de paz y descanso además de darle lo que tanto quería y era a su Baozi.

📅

Jongdae hizo un corto viaje desde el campus de su universidad hasta la casa de su primo, necesitaría mucho ayuda, necesitaría a alguien que no fuera afectado por la dulzura de Luhan y ese definitivamente era Oh Sehun.

-Mi cuerpo estaba siendo atendido plácidamente por un adorable pequeño de ojos grandes y de verdad espero que lo tuyo sea realmente importante.

Sehun estaba sentado en un cómodo sillón de su sala mientras Jongdae reía de su cara de frustración; definitivamente no dudaba de que fuera verdad, es decir, que estuviese siendo atendido, Sehun respiraba y transpiraba sexo.

-Diez mil de los grandes por nueve días con la princesa.

Sehun abrió los ojos de manera exagerada.

-Estás loco, Jongdae -bufó negando-. No pienso pasar ni tres segundo con tu amiguito, es demasiado escandaloso para mi humanidad.

-Quince mil, en serio necesito tu ayuda.

Sehun volvió a negar dispuesto a largarse de su propia sala.

-Veinte es mi última oferta -regateó-. Sehun sólo nueve días, sólo por la semana de festividades en la facultad. Lo tienes aquí, mientras yo me encargo de mis... asuntos

Sehun analizó aquella oferta de su queridísimo primo, se miraba tentadora, es decir, viéndolo bien con veinte mil podía comprarse algunas cosas que estaba necesitando sin embargo el sacrificio era enorme. Por lo que sabía Sehun, Luhan o la princesa como él mismo le llamaba, era complemente un dolor de cabeza y él precisamente sufría de migrañas.

El dinero estaba tocando a su puerta, Sehun estaba tomando suficiente auto control porque ser rico requería de muchos males y sacrificios.

-Vamos Sehun, sólo nueve días y eres libre, sólo necesito privacidad con Minseok.