Un encuentro que cambiará sus vidas

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«Mamá, ¿es hoy cuando voy a conocer a las reinas y reyes de los otros reinos?

«Sí, Emma, por tu decimoctavo cumpleaños, estarán todos aquí»

«¿Todos todos?»

«Sí, desgraciadamente»

«¿Por qué desgraciadamente?»

«Porque hay algunos a los que no me gustaría ver»

«¿La Evil Queen?»

«Sí»

«¿Vendrá?»

«Sí, hace dos años que regresó del País Imaginario, y en cuanto no nos hemos interesado por ella, no ha causado demasiados problemas, ha permanecido en su reino. Tu padre ha creído apropiado invitarla para no crear conflictos políticos. Pensábamos que no iba a venir»

«Quizás tiene ganas de volver a ver el Reino Blanco, vivió mucho tiempo aquí»

«No creo que ella esté apegada al lugar»

«Estoy ansiosa de ver cómo es»

«Emma, no te acerques a ella, puede que esté madurando un plan para hacernos mal»

«¿Por qué la detestais tanto, mamá?»

«Son historias del pasado, Emma. Historias de adultos»

«Pero yo cumplo 18 años hoy»

«Eres joven, Emma»

«Siempre dices eso y al final nunca hago anda. No quieres que aprenda a luchar o a cazar, apenas me dejas montar a caballo y no puedo nunca ver a nadie»

«Es para protegerte Emma, eres la princesa, hay mucha gente con malas intenciones ahí fuera»

Emma refunfuña y se sienta en su trono, esperando que los reyes y reinas desfilen delante de ella, impaciente por ver a la que la hacía temblar de excitación.

Las personalidades de cada reino desfilan, cada uno de ellos con una pomposa frase para ella, regalos y reverencias que la repugnan. Aquellos que tienen un heredero susceptible de convertirse en su esposo no dejan de remarcarlo y Emma mira, impotente cómo su madre comenzaba a hacer las elecciones. Snow ya le había explicado que cuando el momento llegara, con su mayoría de edad, ella debía encontrar un príncipe entre sus pretendientes y que debía casarse. Al verlos allí, en fila, en la sala, comprende que su madre pretende acelerar las cosas en ese baile. Tiene la sensación de haber caído en una trampa, arrastrada a ese destino que ella no quiere. Quiere su libertad, es demasiado joven, muy joven. Tiene ganas de gritar cuando ve entrar a la Evil Queen.

Se incorpora en su asiento y la observa. Es bella, el tiempo no ha hecho mella en ella durante su estancia en el país imaginario, parece incluso más joven que Snow, 35 o 40 años como mucho. Lleva un largo vestido rojo que marca sus formas perfectas y exhala un aura de fortaleza y una belleza que corta la respiración de la joven princesa.

«Buenos días, princesa, os deseo un feliz cumpleaños de mi parte y de parte de mi reino»

Su voz electriza a Emma, que no puede separar su mirada de ella. No consigue ni siquiera formular una respuesta correcta y escucha a su madre responder por ella. La reina, majestuosa, la mira a los ojos y el mundo se ralentiza a su alrededor. Cuando ella rompe el contacto, para dirigirse a Snow, Emma siente cómo una bola se forma en su estómago, quiere que la reina la siga mirando, que no tenga ojos nada más que para ella.

«Snow White...que...placer...volver a verte»

«Regina» dice la reina fríamente

«Vuestra invitación me ha sorprendido, me alegra infinitamente ver que seguís hacia delante» dice ella con una sonrisa sádica y vencedora.

Solamente tú y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora